La tristeza del general
Cuando la determinación de Straw suavemente traducida al
chileno terminó de entrar por sus orejas peludas, el general gruñó algo inentendible
que sus asesores de inmediato interpretaron como una señal de tristeza. El general está
triste, qué tendrá el general, los gruñidos escapan por sus belfos de bestia, meditó
uno de sus muchachos, recordando unos versos leídos al azar, veinticinco años atrás
mientras quemaba libros en una calle de Santiago. (Sigue en
contratapa.)
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