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Por Claudio Zlotnik  La Bolsa
tuvo ayer una explosión de euforia. Las acciones líderes subieron en promedio el 7,8 por
ciento –la escalada más importante en lo que va del año– y se pactaron
negocios por un total de 101,4 millones de dólares. Hay que remontarse a octubre del
‘97, cuando se desató la crisis asiática, para encontrar un volumen semejante. El
notable rally estuvo motorizado por los papeles de las siderúrgicas y los bancos, que
mostraron alzas de hasta el 19,7 por ciento.En las últimas dos ruedas, el índice de acciones líderes MerVal arrojó una suba del 11 por ciento, que se extiende al 16,8 desde inicios del mes. Y en lo que va del año, la mejora alcanza al 14,3 por ciento. El cierre de del indicador, en los 493,87 puntos, se ubica cercano al valor de fines de noviembre del ‘98, cuando todavía estaba en franca recuperación tras la cesación de pagos de Rusia. “Tal como sucedió el jueves, ayer también hubo una oleada de órdenes de compra por parte de inversores extranjeros. Cuando se derrumban los precios, los fondos internacionales se pelean por huir del mercado; y ahora compiten para entrar”, comentó a Página/12 Hugo Dias Lourenço, de C&E Consultores. La ola compradora incluyó a los inversores institucionales locales. Las AFJP, que se encontraban retiradas del mercado accionario desde hacía dos meses, ayer retornaron masivamente. Para entender la notable suba de ayer, no hay que perder de vista lo sucedido en otros recintos de la región en las últimas semanas. Desde que en Brasil se tranquilizaron los ánimos, con la estabilidad del real y la continua baja de las tasas de interés, la Bolsa paulista se recuperó casi 50 por ciento en dólares. México, a su vez, tuvo un recorrido similar. Y Wall Street viene batiendo record tras record. Por caso, durante la semana que pasó el índice Dow Jones marcó cinco máximos consecutivos. “La Bolsa porteña se puso a tono con las demás. Los valores habían quedado retrasados. En el último mes y medio hubo una sensible recuperación en los precios de los bonos que las acciones no habían capturado. En ese contexto se dio la euforia de ayer”, explicó a este diario Ricardo Cobanera, economista del holandés ABN Amro Bank. A la hora de evaluar la fuerte suba de ayer, los analistas aparecen con opiniones bien diferenciadas. Para algunos, como Ricardo Cavanah, del banco de inversión Raymond James, el avance “convalidó la sensación de que Brasil ya salió de lo peor y abre las puertas a próximas recuperaciones ya que es sabido que los precios de algunas acciones se encuentran en mínimos históricos”. Sin embargo, para otros especialistas, como Cobanera, “ahora hay que tener más cuidado que nunca; no hay que ilusionarse. Es cierto que la situación en Brasil está más tranquila, pero no es menos verdadero el hecho de que las empresas mostrarán balances flojos este año, en el marco de una recesión”, remarcó el analista. La acción de Telefónica fue la más negociada durante la sesión, con un total de 30 millones de pesos (el 30 por ciento del total). Al respecto, operadores comentaban que el ex Banco República, del empresario menemista Raúl Moneta, liquidó una gran posición que tenía en papeles de esa compañía. A su vez, se negociaron 14 millones de pesos en acciones de Pérez Companc. Y casi 13 millones entre las acciones de las siderúrgicas, las estrellas de la rueda: Siderca subió el 19,7 por ciento; Siderar, el 15,2; y Acindar, el 14,5. “No hay nada nuevo en la empresa que justifique esta suba”, aseveró Jorge Donoso, el gerente financiero de Siderar al ser consultado sobre la recuperación. La preferencia de los financistas por acciones de las siderúrgicas ya había quedado evidenciado anteayer, después de que en su último informe un banco de inversión europeo recomendara comprar esos papeles. Durante los momentos de turbulencias, las acciones de ese sector habían sido las más castigadas del recinto. Por otra parte, Alieto Guadagni, secretario de Industria, se pronunció ayer en forma positiva enaprobar medidas antidumping a favor de Siderar tras comprobarse daños que le provocan importaciones originadas en Rusia y Ucrania.
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