El País
De Madrid
Por Juan Carlos Sanz
Desde Argel
Un
espectacular despliegue policial cerró a calicanto el centro de Argel para impedir que
los partidarios de la oposición se concentraran a primera hora de la tarde de ayer en la
plaza del Primero de Mayo contra el supuesto fraude electoral en las presidenciales, donde
el candidato único, Adbelaziz Bouteflika, favorecido por el ejército, obtuvo el 74 por
ciento de los votos emitidos por un 60 por ciento del padrón electoral. Bouteflika fue
candidato único porque la oposición, representada por otros seis candidatos, decidió
abandonar la campaña denunciando que se preparaba un fraude. EE.UU. dijo que las
elecciones eran una oportunidad perdida para el avance hacia la democracia, suspendida
desde que en 1992 el ejército canceló comicios que iban a ser ganados por el
fundamentalista Frente Islámico de Salvación (FIS).
Alrededor de 1000 personas, jóvenes en su gran mayoría, permanecían bloqueadas en las
calles que desembocan en la plaza por agentes antidisturbios armados con largas porras de
madera. Una hora después, los dirigentes del llamado Grupo de los Seis desconvocaron la
movilización sin que se produjeran incidentes graves, excepto algunas cargas aisladas.
¡Vengan con nosotros!, coreaba un grupo de adolescentes a los agentes que les
cerraban el paso. Han confiscado el país. Bouteflika no es nuestro
presidente, protestaba un responsable de la campaña del reformista Mulud Hamruch,
quien se convirtió en la campaña electoral en un polo de atracción para los jóvenes
favorables a una Argelia tolerante y abierta. Vamos a convertir a Argel en un nuevo
Belgrado: saldremos a las calles todas las tardes hasta que nos den la razón,
advertía mientras mostraba un silbato de hojalata. Los seguidores de los Seis pretenden
reeditar la prolongada protesta de la oposición al hombre fuerte yugoslavo Slobodan
Milosevic tras el fraude en las elecciones locales serbias de 1996.
Los ómnibus y furgonetas con efectivos policiales jalonaban el camino hacia la plaza del
Primero de Mayo, donde los vecinos contemplaban desde los balcones cómo la zona quedaba
completamente tomada por las fuerzas de seguridad. Las unidades especiales de
intervención, los temidos ninjas ocupaban el primer plano, al pie de los
cañones de agua a presión y de extraños vehículos con palas excavadoras.
El gobierno había dejado claro que no iba a tolerar la marcha callejera por el centro de
la capi- tal. El ministro del Interior, Abdelmadek Sellal, reiteró tras dar a conocer los
resultados electora-les que la manifestación era ilegal, y el titular de la
cartera de Información, el ex embajador en España Abdelaziz Rahabi, recordó a la
oposición que el mejor lugar para poder expresarse es una urna.
La oposición había adelantado sus cautelas ante un eventual despliegue policial.
Los candidatos sólo mantendremos la marcha de protesta si puede celebrarse
pacíficamente, anunció horas antes el ex aspirante a la presidencia Ahmed Taleb
Ibrahimi, a quien se atribuye contar con el apoyo del disuelto FIS, y que junto con el
reformista Hamrouche es uno de los políticos favoritos de la juventud. Pero a pesar de
que la hora prevista para el comienzo de la manifestación coincidía con la salida del
rezo del viernes en las mezquitas, casi no había entre los concentrados en torno a la
plaza del Primero de Mayo hombres con barba ni vestidos a la usanza islámica. La mayoría
de los presentes portaba pegatinas del Frente de Fuerzas Socialistas (FFS), el partido del
candidato retirado Ait Ahmed.
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