|
Clinton y Milosevic se pusieron ayer particularmente duros respecto de los bombardeos de la OTAN y una posible negociación que los detenga. El presidente norteamericano afirmó ayer que los ataques continuarán hasta destruir todo lo que podamos la capacidad militar serbia. Y el gobierno yugoslavo volvió a rechazar el envío de una fuerza internacional a Kosovo. Frente a las propuestas alemana y europea de paz y a las ofertas de mediación del secretario general de la ONU, Kofi Annan, el Pentágono indicó que habrá envíos de más aviones, una intensificación de los bombardeos y hasta se está estudiando la movilización de 30.000 reservistas norteamericanos para reforzar la presencia de la OTAN en la región. Clinton destacó la necesidad de aplicar una suerte de Plan Marshall para los Balcanes. Pero esto sólo ocurrirá cuando finalice la campaña de la OTAN, algo que no parece tan cercano. Será tan larga como sea necesario, dijo Clinton en un discurso televisado desde San Francisco. Desde los conservadores de España a los socialistas de Francia, pasando por los verdes de Alemania, toda la OTAN está detrás de Estados Unidos, dijo el presidente norteamericano. La OTAN está más unida ahora que cuando empezaron las operaciones, afirmó. El secretario de Defensa, William Cohen, había admitido horas antes que esto no va a ser rápido, fácil y limpio. Cohen y Madeleine Albright, la secretaria de Estado, comparecieron ante el Congreso para proclamar que Estados Unidos piensa ganar esta guerra, pese a las dudas existentes dentro y fuera de la superpotencia sobre sus métodos y objetivos. Aunque criticaron el exceso de optimismo con el que Albright empujó a la batalla, la mayoría de los congresistas de ambos partidos animaron al gobierno a la mayor intransigencia en el conflicto. El escepticismo respecto de las iniciativas de países aliados se convertía en desprecio total a la hora de valorar la idea de Milosevic de que observadores civiles de países no participantes en el bombardeo supervisen un eventual acuerdo de paz. La incorporación del ruso Victor Chernomyrdin a los esfuerzos por encontrar una solución diplomática fue acogida en Washington con indiferencia. Y una clara negativa saludó el deseo del secretario general de la ONU, Kofi Annan, de que su organismo desempeñe algún papel en la búsqueda de una salida. Por su parte, el canciller ruso Igor Ivanov pidió el jueves una tregua en la guerra de Yugoslavia para que la calma propicie un acuerdo político que empezamos a dibujar en Rambouillet, en París, de un futuro status político de Kosovo dentro del territorio de Yugoslavia. Ivanov dijo que de la guerra hay que salir terminando la operación militar de la OTAN y reestableciendo las conversaciones políticas, porque este problema de Kosovo sólo puede ser solucionado por la vía política, no hay solución militar. La postura de Rusia en el conflicto se basa, según Ivanov, en que cualquier despliegue de la misión internacional, sea civil o militar, sólo puede realizarse con la autorización de Belgrado. Si Belgrado acepta cualquier misión, Rusia estaría dispuesta a participar en ella. Sobre la limpieza étnica por parte de Milosevic en Kosovo, el canciller declaró: Yo creo que de limpiezas étnicas no se puede hablar; antes del 24 de marzo no había refugiados, aunque sí alguna violación de los derechos humanos. Había choques, incidentes entre el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) y las fuerzas de la policía. Pero no lo que está sucediendo ahora. Más del treinta por ciento de la acción militar de la OTAN está dirigida contra Kosovo. Entonces, hablar de la limpieza étnica, ¿por parte de quién?. El nombramiento del ex primer ministro ruso, Victor Chernomyrdin, como enviado especial en los Balcanes, es considerado como muy útil por Ivanov, quien rechaza la idea de considerarse personalmente desplazado.Yo creo que éste no es un asunto donde uno pueda ganar condecoraciones. Ahí lo único que se puede encontrar son problemas, expresó.
|