Como bajar la violencia del delito
Adiós a las armas
En Estados Unidos, más ciudadanos mueren en dos días por disparos de armas
de fuego que los que mueren durante un año entero por la misma causa en Canadá, Gran
Bretaña, Japón, Suecia y Australia sumados. Contra toda sensatez, la Argentina se acerca
poco a poco al modelo norteamericano de explosión armada. Y confía más en las penas
duras que en acciones concretas para terminar con el contrabando de armas y la
participación de la policía en el mercado negro de pistolas y revólveres.
Hasta un fascista puede admitir que tal vez, quizás, remotamente y por vía de
hipótesis, quién sabe, el desempleo algo que ver tiene con el delito.
Incluso un conservador podría aceptar que la mezcla de frustración y falta de esperanza
o, peor aún, la certeza de que nada va a mejorar influyen en la tasa de
crímenes.
Ambos creen en el poder mágico del aumento de penas. Como si robar o matar menos
dependiera sólo del miedo al castigo en la cárcel.
La Argentina no genera empleo sino lo contrario, pero en el mejor de los escenarios, el de
un país en crecimiento, con justicia social y creación de puestos de trabajo, un país
convertido en una fábrica de ilusiones de progreso, la disminución del delito se
producirá a mediano plazo. El problema es mientras tanto. Y en este tramo, que se mide en
meses o un par de años, al menos se podría buscar que el delito sea menos violento. Lo
cual tiene una condición inmediata: menos armas. En este lugar del mundo sin
estadísticas suele escucharse que lo nuevo es que los ladrones actúan drogados, pero
cualquier farmacéutico veterano sabe que el robo de psicofármacos y anfetaminas es viejo
como la botica. Es posible que los chicos hoy roben más. ¿Cómo saberlo con exactitud?
Entre tanto misterio, algo es seguro: una pistola mata más que una sevillana.
Algunos datos de Estados Unidos, un país que ama las
estadísticas tanto como los revólveres:
En 1991, los accidentes con armas fueron la quinta causa de muerte accidental para
chicos menores de 14 años.
El 50 por ciento de los disparos accidentales con armas de fuego que afectan a
menores suceden en la casa de la víctima, y el 38 por ciento en la casa de parientes y
amigos.
A este paso, las heridas y muertes por armas de fuego se convertirán en Estados
Unidos en la primera causa de muerte por accidente alrededor del 2003.
En dos años mueren por disparos de armas de fuego más norteamericanos que en la
guerra de Vietnam.
El miércoles, este diario publicó que en unas horas se
consigue una 9 milímetros por 100 pesos y que un adolescente inexperto y nervioso puede
comprarla para su primer robo en la armería trucha del barrio. El jueves, el Senado
convirtió en ley un proyecto con media sanción de Diputados por el que, razonablemente,
queda penada la tenencia y la portación ilegal de armas de fuego.
El crecimiento portentoso del contrabando de armas va camino a transformarse en un
gran problema de toda América latina, dijo el viernes a Página/12 un diplomático
que pidió reserva de su nombre. Lo sufre Brasil, que también lo genera: buena parte de
las armas de puño que circulan en el continente son contrabandeadas desde territorio
brasileño, donde se fabrican. Ciudad del Este, ubicada junto a la frontera trinacional de
la Argentina, Paraguay y Brasil, es un punto clave para toda la región. La Argentina
cumple su papel en la división internacional del trabajo: usa, recibe, comercializa,
blanquea, lava. El diplomático informó que también México está muy preocupado, porque
exporta emigrantes ilegales a Estados Unidos pero recibe de allí toneladas de armamento
traficado ilegalmente por la frontera.
El tema figuró en todas las reuniones americanas de los últimos dos años. En noviembre
del 97, la OEA aprobó la Convención Interamericana contra la Fabricación y el
Tráfico Ilícitos de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Otros Materiales
Relacionados. Tiende a mejorar los registros y la cooperación debido a la preocupación
por el incremento, a nivel internacional, de la fabricación y el tráfico
ilícitos, por la gravedad de los problemas que este ocasiona y por
su vinculación con el narcotráfico, el terrorismo, la delincuencia internacional
organizada, las actividades mercenarias y otras conductas criminales.
En abril del 98 los presidentes del Mercosur, más los de Bolivia y Chile, firmaron
una declaración conjunta en la línea de la Convención.
En Estados Unidos, el debate divide a la sociedad. De un
lado, la ultraconservadora Asociación Nacional del Rifle, que fue uno de los principales
lobbies favorables a Ronald Reagan, defiende la mano dura y la expansión del mercado de
armas como producto del derecho de los ciudadanos a pertrecharse en milicias, que viene de
la revolución de independencia. Del otro, por ejemplo, la organización Ceasefire,
fundada con dinero de Courtney Love, la viuda del suicidado rockero Kurt Cobain, procura
combatir la explosión armada con campañas en las que colaboran periodistas como Walter
Cronkite, actores como Paul Newman y Michael Douglas (el mismo que compraba armas como
hamburguesas en Un día de furia), médicos y educadores. Ceasefire recopiló estas cifras
sobre Estados Unidos:
Un arma triplica los riesgos de homicidio.
El 41 por ciento de los hogares norteamericanos tienen por lo menos un arma en
casa.
En una muestra de 198 robos registrados en Atlanta por el Journal of the American
Medical Association, sólo tres personas pudieron usar sus armas para defensa propia.
Otros estudios señalan que frente a 800 mil delitos con armas de fuego, sólo 65 mil
personas se han defendido con sus propias armas.
En Estados Unidos se fabrica un arma cada seis segundos.
Todos los años el FBI recibe denuncias de que han sido robadas 300 mil armas de
fuego.
El Buró de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego registró en Estados Unidos la
existencia de más de 223 millones de armas de fuego, de las cuales 76 millones son armas
de puño.
En 1994 el FBI reportó más chicos menores de seis años muertos por armas de
fuego que policías asesinados en cumplimiento del deber.
Los chicos norteamericanos tienen doce veces más chances de morir por disparos de
armas de fuego que la suma de los chicos de otros 25 países industrializados.
El camino hacia el control de armas en la Argentina es duro.
Por lo pronto, aparece como una de las caras de la profesionalización de las policías.
Sin ellas, o contra ellas, no hay tráfico de pistolas ni de prostitutas que pueda crecer.
Y además no puede prosperar sin una atmósfera estimulante. O sea: no puede prosperar con
tres ministros investigados por la Justicia en una causa de tráfico de armas que ya
apuntó a hombres de extrema confianza del Presidente. |