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La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, le reclamó al jefe del Ejército, teniente general Martín Balza, que iniciara una investigación dentro de la fuerza para averiguar las responsabilidades del general Eduardo Cabanillas y de otros militares en actividad durante la represión llevada a cabo durante la dictadura. Además, y debido a la nueva carta abierta del escritor Juan Gelman publicada ayer en Página/12, otros dirigentes de organismos de derechos humanos pidieron a la Justicia que se citara a declarar a Cabanillas. "Nosotros decimos que Balza debe ser más eficaz en sus respuestas porque después de los discursos de 1995, cuando hizo una exposición fuerte contra la represión, no pasó nada. Las Abuelas y Gelman, que es un abuelo, estamos esperando una decisión de Balza para que examine las situaciones particulares de sus subordinados", sostuvo ayer Carlotto. En una primera carta abierta dirigida a Balza, Gelman reveló que Cabanillas, actual comandante del Segundo Cuerpo del Ejército, se desempeñó como segundo jefe del centro de detención clandestino Automotores Orletti y lo responsabilizó de haber sido el autor mediato del secuestro de su nieta o nieto. El domingo, en un nuevo mensaje, el poeta le preguntó a Balza si, más allá de las consecuencias judiciales, no correspondería que le abriera también un sumario administrativo a Cabanillas para determinar si no ha infringido disposiciones castrenses como, por ejemplo, el Código de Justicia Militar. "Gelman está acusando a Cabanillas y nosotros tenemos una lista de represores que son subordinados al jefe del Ejército. Es necesario que Balza actúe investigándolos, interrogándolos y analizando los grupos familiares donde hay chicos robados por sus subalternos", insistió la titular de Abuelas. "Balza puede dar respuesta a este caso particular que va a contribuir a lo general, esta gente sabe de muchos casos más, porque por ese centro de detención, Automotores Orletti, pasaron muchos desaparecidos", agregó. En su respuesta a la primera carta abierta, Balza escribió que Cabanillas le había informado que nunca estuvo "en el lugar conocido como Automotores Orletti". Sin embargo, Gelman reveló que en una declaración ante un juez de instrucción militar en noviembre de 1977, Cabanillas admitió haber sido el segundo jefe de la OT18, sigla con que la SIDE identificaba a ese centro clandestino. El martes pasado, el juez federal Adolfo Bagnasco le pidió a Balza el expediente con esa declaración. "Parece que Cabanillas sufre el síndrome de los genocidas, que pierden la memoria y se enferman", afirmó ayer Carlotto. "Gelman está aportando datos nuevos y contribuye a la situación general. Cuando un represor confiesa por un caso particular, ayuda al esclarecimiento general. Si Balza, por su autoridad, pudiera hacerlo confesar a Cabanillas, tendríamos una contribución importante para el tema global de los desaparecidos".
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