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"Una jornada plenamente exitosa". El portavoz de la OTAN, Jamie Shea, resumió así la ofensiva del día de ayer. El informe que leyó a la prensa incluía 36 objetivos alcanzados: los blancos habían sido el ejército yugoslavo, los parapoliciales serbios destacados en Kosovo, y las vías de comunicación e infraestructura energética. Los informes serbios fueron menos asépticos. En Pancevo, una localidad cercana a Belgrado, cayeron varias bombas sobre una fábrica química, liberando una cantidad de sustancias que hasta el momento intoxicaron a 50 personas, mientras crece el peligro de que el viento lleve la nube negra de gases a la capital yugoslava. La OTAN se prepara para una ofensiva mayor: ayer llegaron 24 helicópteros norteamericanos Apache a Albania y se le pidió oficialmente a Bulgaria la utilización de su espacio aéreo. El secretario general de la OTAN, Javier Solana, no descartó una invasión con tropas terrestres en el mediano plazo. Yugoslavia rompió ayer relaciones diplomáticas con Albania. "Es un crimen inaudito. La OTAN quiere envenenarnos", declaró el alcalde de Pancevo, Srdjan Mikovic. "¿Cómo pueden atacar una fábrica que puede poner en peligro vidas humanas por la contaminación?", se preguntó. El doctor Slobodan Tosovic, del Instituto Toxicológico de Belgrado, estimó que la principal de las sustancias liberadas, el fosgeno, "es peligrosa pero no letal". Destacó, sin embargo, que probablemente sea necesario evacuar a los 140.000 habitantes de Pancevo. "Tuvimos mucha suerte de que anoche soplara el viento cuando fueron atacadas la refinería, la fábrica de abonos y la industria química", señaló Tosovic. Según la televisión serbia, la defensa antiaérea yugoslava logró derribar ayer a tres aviones aliados. En Kosovo, los ataques aéreos se dirigieron contra dos puentes que comunican la provincia con Serbia y contra el aeropuerto de Slatina, cerca de Pristina, la capital de la provincia. Según observadores de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa), cinco albaneses kosovares que huían hacia Albania murieron cuando su vehículo pisó una mina terrestre. Los ataques contra los centros de refinado y producción de petróleo dejaron al ejército yugoslavo "sin el 70 por ciento de su abastecimiento", según Shea, para quien existen "buenas razones para creer que el sistema de defensas antiaéreas integrado yugoslavo ha sido gravemente dañado". Todos estos datos confirman para los aliados que es el momento de duplicar la ofensiva final sobre Kosovo y de evitar así el desplazamiento de tropas terrestres, algo a lo que se opusieron ayer tanto funcionarios norteamericanos como el canciller alemán Gerhard Schroeder. Pero el secretario general de la OTAN, Javier Solana, concedió ayer la posibilidad de que la invasión terrestre permanezca como última opción para su organización. El diario británico The Observer publicó ayer que esta invasión se estaría planeando para fines de mayo, y citó los movimientos de entrenamiento que ya comenzaron en la región norteamericana de Colorado. La secretaria de Estado, Madeleine Albright, salió a decir ayer que "estos entrenamientos no están relacionados con Kosovo". Estados Unidos autorizará esta semana la movilización de 33.000 reservistas hacia los Balcanes y el presidente Bill Clinton pedirá 6000 millones de dólares adicionales para el conflicto. Mientras tanto, la OTAN espera que Bulgaria autorice la utilización de su espacio aéreo. El actual gobierno búlgaro está en lista de espera para entrar en la Alianza Atlántica, pero el Parlamento suscribió un documento en el que se opone "a cualquier tipo de intervención directa o indirecta en el conflicto". El premier Iván Kostov, que ayer mantuvo una conversación de 10 minutos con el presidente norteamericano Bill Clinton, intentará convencer a la oposición socialista de que permitir el paso de aviones no constituye ninguna intervención.
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