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"Esto ya no es más Budge: es Vietnam", describió ayer por la tarde el comisario Vicente Imbrogiano a cargo de la seccional policial de Ingeniero Budge, en la periferia de Lomas de Zamora. Horas antes, en la madrugada, un colectivero de 31 años que se dirigía a pie a su trabajo era asesinado de un balazo y varios golpes en la cara por asaltantes que le robaron las zapatillas, el reloj y unos pocos pesos. El crimen generó la reacción de medio centenar de choferes de su misma línea, que poco antes del mediodía se movilizaron en sus vehículos hasta la comisaría, ubicada en el Puente La Noria, para exigir "mayor vigilancia" en la zona. "Reclamamos medidas de prevención y que la policía esté más activa, pero no sólo por nosotros sino por toda la gente de Budge", explicó a Página/12 Miguel Ignatowicz, chofer de la línea 32, a la que pertenecía el hombre asesinado. El colectivero muerto fue identificado como José Alberto Navia, de nacionalidad boliviana, casado con Carmen Sahonero, de 29 años, y padre de dos niños de 3 y 12 años. Su cuerpo fue encontrado descalzo a cinco cuadras de la cabecera de la empresa y a unas 20 de su casa, en la intersección de las avenidas Olimpo y Elizalde, en Ingeniero Budge. A dos cuadras estaba estacionado su vehículo, un Taunus amarillo bastante desvencijado. Al parecer, se le habría descompuesto el automóvil o acabado la nafta, y al continuar el camino a pie, habría sido interceptado por un grupo de tres hombres que lo habrían asaltado. Según declaró la esposa, a Navia solamente le faltaban las zapatillas, de marca Adidas, un reloj Casio y algunos pesos. La policía observó que el hombre tenía un disparo en el glúteo izquierdo y varios puñetazos en el rostro, que le habrían causado la muerte. Sin embargo, se esperaban los resultados de la autopsia para determinar si recibió algún tiro más, ya que los vecinos del lugar manifestaron haber escuchado tres disparos y cerca del cadáver se encontraron tres vainas de pistola. El crimen fue detectado pasadas las 3.30, cuando otro chofer de la empresa El Puente divisó un cuerpo tendido en la calle, mientras se dirigía a la cabecera de la línea 32, ubicada en Olimpo y Camino de Cintura, pero no identificó que era un compañero suyo. "En principio no me di cuenta de que era él porque no había luz en el lugar, pero después la policía nos informó que tenía una campera de la empresa y ahí lo reconocimos", dijo el colectivero. "No entiendo cómo pueden matarlo por un par de zapatillas y unos pesos, eso es increíble", dijo la viuda, con lágrimas en los ojos. "Mi marido no era de resistirse a los asaltos y eso que lo habían asaltado varias veces. El era de los tipos que en un robo les dicen a los ladrones 'llevate todo'", agregó la mujer. La investigación del caso quedó en manos del fiscal de turno de Lomas de Zamora, Oscar Acevedo. Ubicada al borde del Riachuelo, en los fondos de Lomas de Zamora y a sólo dos kilómetros de Autódromo porteño, la localidad de Ingeniero Budge es señalada por fuentes de la policía bonaerense como una de las zonas más calientes del conurbano. "Tenemos sólo dos patrulleros", explicó el comisario Imbrogiano, de Budge, a los choferes de la línea 32 que se plantaron frente a la seccional para reclamar "mayor seguridad". Durante la manifestación, los conductores denunciaron que diariamente alguno de ellos es víctima de un robo a mano armada durante su recorrido, que une Camino de Cintura y Olimpo con Plaza Once. "La mayoría de los asaltos ocurren cuando circulamos por Budge", precisaron.
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