Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


EDUARDO STUPIA EN EL CENTRO CULTURAL RECOLETA
El dibujante en su tinta

Uno de los grandes dibujantes de la Argentina inaugura una muestra en la que exhibe toda su destreza técnica para sugerir un relato visual hecho de paisajes, núcleos y gestos.

na29fo01.jpg (17660 bytes)

Por Fabián Lebenglik

t.gif (862 bytes)  Si su anterior exposición, hace dos años, funcionaba como un elocuente registro del propio proceso creativo, ahora, exteriorizado ese desarrollo íntimo de su trabajo, Eduardo Stupía articula una escritura hecha de dibujos.

En la nueva muestra que se inaugura pasado mañana en el Centro Cultural Recoleta, cada pieza del alfabeto -–cada dibujo-- tiene simultáneamente un sentido autónomo e interdependiente, según se expande cada trazo y cada obra al entrar en combinación con los demás. En esta exposición el montaje es crucial porque establece la particular sintaxis del artista. Cada dibujo va completando ese gigantesco relato visual en el que la lectura es al mismo tiempo continua y fragmentaria: la sintaxis de Stupía también tiene sus convenciones, sus reglas y excepciones, sus transiciones y cambios, en los que se verifica una estructura modular, seriada, y una doble lectura, marcada por ejes horizontales y verticales, de sucesividad y simultaneidad, tiempo y espacio, intensidad y profundidad.

Como siempre, uno de los elementos más inspiradores de los dibujos de Stupía es la capacidad para evocar en el espectador figuras escondidas, extraños recorridos urbanos, construcciones, selvas o paisajes imposibles.

Cada dibujo termina en sí mismo pero continúa en otro. Hay trabajos que se abren y otros que se cierran, como núcleos de sentido independiente. Debido a este funcionamiento, un solo dibujo no resultaría suficiente. Los papeles chicos, por ejemplo, tienen la carga de un trazo que los excede. Al revés, los grandes constituyen universos condensados. Sumados, arman un cosmos, una suerte de galaxia Stupía.

Pero el todo no debe alejar al espectador del detalle, del interminable recorrido por las zonas precisas, hiperrealistas (de una hiperrealidad mental), que se combinan con otros sectores, de perfecta imprecisión. Se advierte el trabajo demorado y también el gesto veloz; los blancos y los negros que se filtran hasta hacerse netos, mientras que por atrás, siempre, aparece la textura y el granulado de los diferentes papeles que sirven de soporte y son parte sustancial del dibujo, según su tersura o rugosidad, la nitidez de su blancura y así siguiendo. Toda la muestra se puede ver como un único gran dibujo, o más bien, como un inmenso organismo en el que el dibujo, funcional y constitutivo, es pensamiento que se piensa a sí mismo. Algunos de los acentos y climas que Stupía maneja con maestría son los cambios de óptica y de velocidad: desde la perspectiva óptica, la muestra presenta, al menos, cuatro diferentes vibraciones: en primer término, el detalle de las líneas infinitas y entrecruzadas de las filigranas. En segundo lugar, los dibujos de visión borrosa, como fuera de foco. Luego se ve una serie de dibujos más pictóricos, que podrían catalogarse como claroscuros. Y, finalmente, los de aspecto gráfico. Por el lado de la velocidad, tanto resulta evidente la ilusión de detenimiento de algunos trabajos, como el movimiento virtual de otros. La variación entre la filigrana y la mancha, entre la línea y el núcleo, entre el paisaje y la escritura son parte de esa ilusión interpretativa que Eduardo Stupía le ofrece al que mira con la generosidad de un maestro (Centro Recoleta, Junín 1930, desde el jueves 22.)

 


Inauguran en la semana

* Presentación del libro de Martín Kovensky, mañana, en el ICI, Florida 943.
* Gustavo Greguoli, pinturas, hoy, en Van Riel, Talcahuano 1257.
* Carla Bertone, mañana, en Espacio Giesso Reich, Cochabamba 360.
* Garza Medina, pinturas, mañana; Centro Borges, Viamonte y San Martín.
* Miguel Ocampo, pinturas, el jueves 22, en Van Eyck, Santa Fe 834.
* Andrea Juan, el 22 en el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930.
* Carteles de la Bienal Internacional del Cartel de México, el 22, en el Museo Nacional de Arte Decorativo, Libertador 1902.

Premiados y premios

Fueron discernidos los premios del concurso de pintura del Banco Provincia y Arte Ba: Miguel Angel Nigro (1º, $ 3000), Mariela Scafati (2º, 2000) y Martín Di Paola (3º, 1500). Menciones: Andrea Juan, Santiago Fuentes Bo y Sergio Castro. La muestra se exhibirá en Arte BA a partir del 21 de mayo.

ESCULTURAS DE CECILIA MIGUEZ
Ceremonia de materiales

 

Por Silvia Ambrosini *

t.gif (862 bytes) Cecilia Miguez enlaza en su obra la potencia de la materia con el formalismo de la realización. Los referentes enlazados provienen a veces de una selección azarosa, otras de la elección deliberada de la artista, que transforma un objeto encontrado (una antigua cajita de correo o un apoyacabeza de Kenya), en un artefacto.

La calidad de los materiales se combina con el modelado que C. M. ejerce sobre las virtudes intrínsecas de cada uno: la nostalgia afectiva de la madera que incorpora un torso, la inflexible resistencia del hierro que conforma una cavidad semiabierta en "The dripping fountain".

Un ceremonial del lenguaje escultórico apoyado en la figura humana: desnudos sintéticos que tiñen con mágico realismo figuras estilizadas de ángeles, del dios Pan... Porque los objetos escultóricos de Miguez evidencian una realidad que anida con la ficción, una temática de palabras mudas para el silencio de una circunstancia. Su afinidad por la música y el ballet trasciende en la postura y el gesto de sus modelos, siempre con un sentido de rememoración, y cierta dosis de fantasía y humor.

Aunque C. M. no pudo acceder en su país, en los penosos años 70, a estudiar Bellas Artes, su vocación no declinó y emprendió estudios afines en Montevideo, en Madrid y, en 1985, se instaló en Santa Mónica, California, donde reside, trabaja --alguna vez en el taller de Borofky--, y estudia en una escuela emergente de Los Angeles, integrada por artistas The Drawing Group, con la consigna de no pasar un día sin haber dibujado. "Para mí -–dice-- el dibujo es coordinación entre el ojo, la mente y la mano, en una actividad que me satisface desarrollar por sí misma". Y su imagen oscila entre el realismo y la ideación, entre las tensiones del mundo y la imaginería de su interioridad, en un quehacer de bricoleur.

Expone en algunos museos de California: Museum of Latin American Art, Venice Art Walk, Bakersfield Museum of Art, Louis Stern Fine Arts Gallery de Los Angeles. (En Praxis, Arenales 1311, hasta el 24 de abril.)

* Directora de la revista Artinf.

PRINCIPAL