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Por Pablo Ferreira La segunda jornada de la protesta agropecuaria terminó de paralizar la mínima actividad comercial que logró mantenerse en pie el lunes pasado. El Mercado de Liniers, más desierto que nunca (sólo entraron 27 animales), fue un reflejo fiel del malhumor de los productores por la política oficial hacia el campo. Los negocios cerealeros también mostraron una total inactividad con caídas notorias, además, en las exportaciones de granos, principal fuente de ingresos de Argentina. Ayer se repitieron las movilizaciones de agricultores, ganaderos y chacareros en todo el país pese a que, según los organizadores de la protesta, de ninguna manera son impulsadas por las entidades. De todos modos el titular de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), Valentín Levisman, confirmó a Página/12 que se siguen haciendo movilizaciones en todas las provincias y continuarán seguramente hoy. La medida de fuerza que culmina esta medianoche es la más importante desde 1975, año en el cual los pequeños y medianos productores estuvieron también acompañados por la Sociedad Rural. Precisamente, Enrique Crotto, titular de la entidad, calificó el acatamiento del lunes y de ayer como contundente. Y resaltó que la gente salió a expresar su bronca porque están verdaderamente mal. El balance de ayer muestra que en las regiones Noroeste y Litoral (Salta, Jujuy, Chaco y Corrientes) los productores cumplieron otra jornada de movilizaciones pacíficas. Las marchas con tractores y camionetas salieron a las rutas en las primeras horas de la tarde. Como en las demás provincias, los productores distribuyeron volantes con información de la crisis que soporta el agro y los escasos recursos con que debe manejarse el sector. También siguieron inmovilizados los remates de feria del interior, dado que operan con precios de referencia del Mercado de Liniers, donde ayer ingresaron sólo 27 animales. Los negocios con granos, en tanto, registraron nuevas reducciones en la oferta del sector productivo, salvo escasas operaciones en el mercado a término. Los operadores de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires informaron que la comercialización agrícola se derrumbó de 800/900 operaciones diarias a sólo 20 el lunes, y que ayer ocurrió algo similar. Por su lado, en Rosario y Bahía Blanca las negociaciones granarias siguieron paralizadas. En el sudeste de la provincia de Buenos Aires, según manifestaron las sociedades rurales de la zona, la medida tuvo total acatamiento. En Mar del Plata, Balcarce y Necochea, el movimiento en el campo fue nulo. En esta última ciudad hubo una adhesión masiva de los comercios asociados a la cámara sectorial local. La presión de las cuatro asociaciones del agro apunta a ablandar la dura posición del equipo económico, que rechaza toda posibilidad de revertir la carga impositiva en un año con graves dificultades fiscales y fuerte sesgo electoral. También preocupa la descapitalización y el fuerte endeudamiento de la mayoría de los pequeños y medianos productores, que ronda los 7000 millones de pesos. Según estima la Federación Agraria Argentina, casi 40 por ciento de la superficie que se siembra anualmente está hipotecada. Esto es, 12 millones de hectáreas sobre un total de 31 millones. Por otra parte, el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, definió la medida como injusta y achacó la crisis sin variar el libreto de Roque Fernández al derrumbe de los precios agrícolas internacionales. El funcionario insistió en identificar a los dirigentes de las entidades con la Alianza. Aunque luego aclaró que, en su opinión, esa posición política era adoptada por la FAA y Coninagro, sin explicar a qué razón atribuye la presencia en la medida de los grandes criadores de ganado. La dirigencia del campo volvió a contestar ayer al Gobierno que la deflación internacional de los commodities no es la única razón. René Bonetto, titular de la FAA, especificó que las causas a las que lasentidades le imputan su grave situación son, además, la suba inconsulta de impuestos, la creación de nuevos tributos dañinos, y la falta de oferta financiera.
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