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EDESUR DIO MARCHA ATRAS Y ANUNCIO QUE PAGARA LA MULTA DEL ENRE POR EL APAGON
El plan de meter violín en bolsa

Tras dos meses de resistencia, Edesur aceptó la indemnización ordenada por el ente de control. El monto global es de 75 millones de pesos. Quienes ya cobraron el “pago voluntario” dispuesto por la empresa serán citados de nuevo.

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Los reclamos de la gente durante el apagón alumbraron una protesta sin precedentes.
Edesur informó ayer al ENRE que desistió de recurrir a la Justicia por su negativa a pagar.

Por Horacio Cecchi

t.gif (862 bytes) A casi dos meses de finalizado el inédito “corte del siglo” que dejó a oscuras durante diez días a 150 mil usuarios, Edesur marcó otro jalón también inédito para sus propios anales y el del resto de las empresas privatizadas: desistió de recurrir ante la Justicia y aceptó pagar a los usuarios afectados la indemnización fijada por el ENRE. El monto total fue estimado por Edesur en 75 millones de dólares, incluyendo a usuarios residenciales y comercios. Las compensaciones unilaterales que ya pagó la empresa suman 16 millones, que quedan incluidos en los 75 millones. Los pagos se efectuarán en mayo, previa comunicación personal a cada cliente.
Ayer, después de haberse resistido durante dos meses a pagar la multa fijada por la resolución 292/99 del ENRE, Edesur comunicó oficialmente que desistía de apelar ante la Secretaría de Energía o ante la Justicia, con lo que automáticamente aceptó los términos y montos fijados por el organismo de control.
De todos modos, durante el apagón, el ENRE mencionó que la cifra global de la multa era de alrededor de 80 millones de pesos, teniendo en cuenta sólo a usuarios residenciales. Ahora, los 75 millones de los que se habló ayer incluyen también el resarcimiento a los comerciantes. Es que la 292 sólo habla de los usuarios residenciales. “Son 42 millones de pesos de multa, de los que la empresa ya pagó 16 con el plan voluntario”, explicó Alberto Devoto, vicepresidente del ENRE. Otros nueve millones y medio son “por el pago de la fallas de calidad en el servicio, que se descontarán de las facturas”, aseguró Daniel Martini, vocero de Edesur. El resto, hasta sumar unos 75 millones, corresponde a los comerciantes, que cobrarán la suma estipulada por la empresa. “Si los usuarios no residenciales no están de acuerdo, y reclaman pérdidas debidamente acreditadas, Edesur las reconocerá”, señaló Martini.
El lunes 15 de febrero, a las 3.47, la cuarta parte de la ciudad quedó a oscuras. La noche siguió durante diez días más. Pasados seis días sin luz y cuando los reclamos corrían el riesgo de caldearse en una pueblada, el organismo de control redactó la resolución 292/99 que obligaba a Edesur a pagar a los usuarios una multa de 90 pesos por día de corte, más una suma fija de cien pesos para los que superaron las 24 horas a oscuras. El 10 de marzo, la empresa rechazó la multa y sólo aceptó la que fijaba el pago de “fallas en la calidad de servicio”.
Cinco días después y ante las presiones de las organizaciones de consumidores y las defensorías del pueblo, Edesur puso en práctica su teoría de “pago primero y reclame después”, y abrió el Plan de Resarcimiento Voluntario. La empresa aseguró ayer que el 88 por ciento de los clientes residenciales afectados ya pasó por caja. Lo que cobraban los afectados se veía en sus caras largas: como mucho, la cifra alcanzaba el 60 por ciento de lo que estipulaba el ENRE. A fines de marzo, el organismo de control convocó a una audiencia pública en la que participó el nuevo gerente general de Edesur, el chileno Marcelo Silva Iribarne. El anterior, Jaime Manzano Tagle, se había caído de su asiento al promediar el escándalo de las tinieblas. Además de la salva de abucheos generalizados que recibió durante los dos días que duró la audiencia, Silva reconoció la responsabilidad de la empresa, pero a medias, porque en cuanto a la multa fijada por el ENRE, insistió en que la empresa no reconocería ni un centavo. Hasta el viernes pasado, oficialmente, Edesur mantuvo su postura.
Pero el lunes, extraoficialmente, en el ENRE ya sabían lo que finalmente fue confirmado ayer: “Aceptamos pagar la multa extraordinaria de la 292”, fue lo que escucharon las dos máximas cabezas del ENRE, Juan Legisa y Alberto Devoto, de parte de la gerencia de Edesur. Las razones oficiales fueron que “el Ente rechazó el pedido de reconsideración presentado por la empresa y porque Edesur no estaba dispuesta a llevar el diferendo a instancias judiciales”, según sostuvo un vocero de la empresa. “Presumimos que los cambios accionarios ocurridos en Edesur determinaron la decisión de no apelar a la Justicia”, dijo Devoto a Página/12. “A partir de ahora se trata de una cuestión operativa para decidir cómo efectuar el pago”, sostuvo el vicepresidente del ENRE. El pago se divide en dos partes. Por un lado, la multa por “fallas en la calidad del servicio”, que depende del consumo de cada cliente. Por otro, el pago que estipula la 292, hasta un máximo de 1011,25 pesos por 243 horas de oscuridad. De esa suma se descontará el monto ya cobrado por quienes se acogieron al PRV. “La propuesta de cómo se efectuará el pago ya fue conversada”, dijo una fuente del ENRE. Hoy se deberá presentar por escrito. El plan se desarrollará durante mayo. Los usuarios residenciales recibirán una nota explicativa. “Se dará la posibilidad de que elijan: si el pago se va descontando de las próximas facturas o si prefiere cobrarlo en efectivo”, aseguró Devoto.

 

El temor a la rescisión

En el Congreso, varios legisladores dijeron que el acatamiento de la Resolución 292 demostraría que Edesur “teme caer en lo estipulado en el artículo 37 del contrato de concesión”, que determina la rescisión si la concesionaria incumple “en forma reiterada sus obligaciones”. El ENRE, en su Resolución 293/99, comunicó al Ejecutivo que estaba “configurada” la situación prevista en el artículo 37, pero a fin de año podría darse un agravante si la multa que paga Edesur supera el 20 por ciento de su recaudación anual, que ronda los 1000 millones de pesos. Eso configuraría otro punto del artículo 37. Las fuentes legislativas estimaron que la deuda de Edesur con los usuarios particulares “estaría entre los 60 y los 90 millones de pesos”. A eso debe sumarse un monto “todavía indefinido” que les corresponderá a los comercios, industrias y a los profesionales afectados por el corte. La multa estaría cerca del 20 por ciento señalado. Según el diputado Héctor Polino, resta determinar “lo que hay que pagar por otros cortes anteriores y posteriores al apagón”. Además, faltan siete meses para fin de año.


ESCEPTICISMO EN LOS VECINOS QUE SUFRIERON EL CORTE
“No creemos más en nada”

t.gif (862 bytes) ¿Vos pensás que nos van a pagar? Lo dudo”, pregunta y se autorresponde Ana María Pedroso, dueña de un almacén de Combate de los Pozos 334. La misma duda se enciende en los rostros de gran parte de los que sufrieron el apagón masivo. Muchos cobraron “bajo protesto” lo que Edesur pagó voluntariamente –y con cálculos propios–. Otros se negaron a aceptar sumas que consideraban irrisorias, con la esperanza de obtener un resarcimiento acorde con las horas vividas a oscuras. La mayoría, sin embargo, rechazó de plano la idea de iniciar una demanda legal. “No vale la pena”, dicen sobre la necesidad de invertir tiempo, esfuerzo y dinero para cobrar “quién sabe cuándo” la diferencia adeudada por la empresa.
“Está sabiamente calculado por la empresa: de 100 personas, 95 eligen cobrar y no reclamar. ¿Quién va a hacer juicio, con todo lo que eso implica?”, analiza José, uno de los dueños del bar Marrón Glacé, que sufrió el apagón desde su nacimiento hasta su muerte y también duda de que ahora esté todo solucionado. Ricardo Napal Dionisio, esposo de Ana María, tiene su propia teoría: “Es una táctica empresarial: los tipos te van desgastando, primero te asustan con que no van a pagar nada y después te dan una suma ridícula para que te conformes con algo”. Por 10 días sin luz –en los que la energía volvió 29 horas–, Edesur les pagó 119 pesos. Según Ana María, aceptaron la plata porque “hice el reclamo y cuando volví a los diez días me dijeron que no estaba tomado. Como me pareció que todo era un cuento, decidí cobrar”.
Gumercindo Sanjeano Carballo, dueño del Bar Acapulco, de Moreno y Entre Ríos, decidió no aceptar lo que pagaba Edesur. “Me pasaron 130 horas sin luz, casi la mitad de lo que fue, y me ofrecían 437 pesos. Es completamente poco”, detalla. Los días que cerró el bar, la mercadería perdida y el alquiler que había que pagar rigurosamente le arruinaron el mes de trabajo. Por eso tampoco se conforma con el promedio de 100 pesos por cada día sin luz que indica el ENRE: “Lo ideal para mí serían 200 pesos diarios”, se ilusiona.
“Estuvimos desde el primer día hasta el último sin luz y nos dieron 200 pesos.” Los 74 años no le quitan vitalidad a Haideé de Escalada. Vive en el décimo piso de Combate de los Pozos 445 y gastó más en los días que pasó en un hotel huyendo de las escaleras –que su marido, enfermo del corazón, no podía subir–, que en los diez días que estuvo de vacaciones en Gualeguaychú. Guarda celosamente la boleta del hotel, que marca 70 pesos por noche, para poder reclamar. Y su hija analiza la posibilidad del juicio. De todas formas, Haideé se conformaría con cobrar 100 pesos por cada uno de esos calurosos días de febrero.
Para Elvira De Lorenzo, del barrio de Congreso, las cosas están claras: Edesur no hizo bien las cuentas. “No sé qué cómputos hizo la empresa, a mí me puso 33 horas y en realidad eran ciento y pico”, se enoja. Cobró 106 pesos con opción a hacer otro tipo de reclamo pero jamás lo hizo. “Individual no se puede hacer porque por los costos y el tiempo no vale la pena, habría que hacerlo en grupo, lo cual también es difícil.” Como muchos, está resignada, y tampoco tiene muchas expectativas sobre el anuncio de Edesur: “Cuando lo vea lo creo. Después de las que pasamos, ya no creemos más en nada”.

 

Después de la rendición

“Descomprimir la presión”

Rafael Veljanovich (Defensor del Pueblo adjunto de la ciudad): “El acatamiento de la resolución del ENRE de parte de Edesur no es más que una estrategia de la empresa para descomprimir la enorme presión que sufrió durante la Audiencia Pública. Edesur intentó evitar el pago por todos los medios, pero se vio acorralada y no tuvo alternativa. No obstante, de no aparecer otro decreto del Ejecutivo que desconozca el reclamo de los usuarios en la audiencia, como sucedió con los trenes, esto significaría una solución favorable y respetuosa de los derechos de los ciudadanos. Queda por garantizar el justo resarcimiento a los comerciantes (lucro cesante y daño emergente), y definir la propuesta que formuláramos en la Audiencia: el pago de 400 pesos diarios como piso indemnizatorio”.

“Llamado de atención”

Sandra González (Presidenta de la Asociación de Consumidores y Usuarios de la Argentina, ADECUA): “Edesur debería pagar estos dos meses de retraso con el mismo interés usurario que les cobra a los usuarios: 45 por ciento mensual. El cambio de actitud de la empresa es un triunfo de los consumidores y un llamado de atención a todas las empresas privatizadas para que recuerden que los consumidores tienen obligaciones pero también derechos. Todos los problemas, sin embargo, no están resueltos porque en el acuerdo no entran los comerciantes. La presión que se ejerció desde las asociaciones del consumidor está haciendo más fuertes los derechos de los usuarios. Así como se renegocian los contratos a favor de las empresas deberían empezar a renegociarse a favor de los usuarios”.


Llegaron los españoles y mandaron hacer las paces

El ingreso de Endesa España como accionista principal de Edesur fue la llave para  resolver el conflicto. Un cambio de imagen.

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Los directivos chilenos de Edesur debieron ceder sus lugares a empresarios con imagen renovada.
La venta del paquete de control de Enersis a Endesa España marcó un cambio de política empresaria.

Por Raúl Dellatorre

t.gif (862 bytes) Afortunadamente para el ente regulador eléctrico, Edesur se bajó de la lucha de resistencia contra el pago de la sanción impuesta por aquél. Afortunadamente para el régimen de concesiones de servicios públicos, Edesur no tensó la cuerda al límite de poner en jaque a toda la política de privatizaciones. Afortunadamente para el Gobierno, los concesionarios y los reguladores, apareció Endesa de España y adquirió en Santiago el capital mayoritario de la empresa controlante de Edesur, Enersis. El dueño español mandó parar: abandonar la disputa, pagar lo que le reclamaban y empezar a remar contra la corriente para restaurar la deteriorada imagen empresaria. En los pasillos oficiales, ayer respiraron aliviados.
La determinación del nuevo grupo controlante de desistir de la pelea aplacó las tensiones ayer en varios frentes, y ahora se espera que lo mismo ocurra con los usuarios. Esa es, precisamente, la estrategia que se plantea Endesa para recuperar la imagen de Edesur: hacerse cargo de la empresa sin tener que asumir deudas políticas.
Pero, para ello, necesitan que el ente regulador desista de otra disputa que su propio presidente, Juan Legisa, había insinuado al declarar que el ENRE iba a obligar a Endesa a abandonar una de las dos empresas, Edesur o Edenor, para evitar caer en situación de “abuso de posición dominante”.
Tras la decisión adoptada ayer por Edesur, el ente regulador ya le habría hecho un gesto a la empresa de su predisposición a congelar el tema. Incluso, trascendió que un análisis detallado de las facultades del ente y las obligaciones de los concesionarios llevó al organismo de control a la conclusión exactamente opuesta a lo afirmado por Legisa: no hay elementos que permitan cuestionar la participación simultánea de Endesa en ambas empresas. “El servicio de distribución eléctrica es un monopolio natural, cada empresa es absolutamente monopólica en su respectiva área, y que una misma empresa esté en las dos áreas no la hace, por ello, más monopólica”, fue el argumento esgrimido por uno de los especialistas que analizó el tema. Aun a costa de desautorizar a su propio presidente, el ente regulador habría acordado la paz con Endesa.
En el Gobierno, en tanto, concluyen que el cambio de manos del control de Edesur desactivó la principal demanda de la oposición aliancista, que había pedido en la audiencia pública de fines de marzo que el Gobierno “ejecutara las garantías”, es decir, que otorgara a un nuevo accionista el paquete perteneciente a Enersis. De hecho, es lo que ocurrió, aunque sin que el Gobierno tuviera que pagar el costo de tirar abajo la concesión.
Los españoles tomaron el holding chileno –con intereses en varios países de Latinoamérica– y de inmediato se debieron abocar a resolver el conflicto más caliente: el escándalo provocado por su filial argentina Edesur. Midieron el costo de seguir adelante con la resistencia a la sanción del ENRE y concluyeron que más les valía dar un paso atrás. En la nota enviada ayer por Edesur al ente regulador, por la que informa que no recurrirá la Resolución 292 (que fija la sanción), condiciona esa decisión a que el organismo de control “reconsidere la ejecución de las garantías”. Con ello apuntan no tanto a eliminar el riesgo de una decisión que ya el gobierno no tomará, sino que pretenden “limpiar el legajo” de la empresa: eliminar ese aspecto de la sanción equivale a un “cambio de carátula” de la causa. Ya no se trataría de haberse hecho pasible de una sanción por “faltas reiteradas” sino por una sola falta (el apagón), aunque prolongada. La diferencia no es poco sustancial como antecedente.
Lo que aún no puede saberse es si, a futuro, el cambio de manos de Edesur es malo o es bueno para los usuarios. En principio, habrá quien cuestione la acumulación de poder de Endesa al tener un pie en cada una de las dos distribuidoras mayores. Pero el hecho de ser vecinas no le otorga al cliente la posibilidad de cambiar de proveedor. Su única defensa, en el actual esquema de servicio, seguirá siendo el buen funcionamiento del ente regulador que vela por sus derechos. Y que no se distraiga en caso de que ambas empresas ahora vinculadas, Edenor y Edesur, puedan echar mano dealguna práctica que implique “abuso de posición dominante” en contra de los intereses de los usuarios.

 


 

DROMI PIDE MAS CONTROL A LAS EMPRESAS PRIVATIZADAS
“Hay un Estado ausente”

Por Cledis Candelaresi

t.gif (862 bytes) El ex ministro de Obras Públicas Roberto Dromi, quein se define a sí mismo como “partero de las privatizaciones” del gobierno de Carlos Menem, busca presentarse ahora como un crítico despiadado de la forma en que el gobierno controla los servicios públicos. Dromi es asesor presidencial.
"Hay cinco vicios esenciales referidos al tema: falta de control, de regulación, de defensa del consumidor, y un Estado ausente, que no impide la concentración monopólica de los adjudicatarios”, sentenció en público el asesor presidencial. Las lapidarias objeciones también apuntaron a uno de los criterios medulares de las licitaciones eléctricas: los concesionarios no están sujetos a un plan de inversiones obligatorio.
Difícilmente un político opositor supere a Dromi en la dureza de los cuestionamientos que esbozó en los últimos tiempos a través de la prensa, y que el martes planteó con toda crudeza durante una exposición en la Facultad de Derecho sobre las renegociaciones contractuales. Prueban esto las coincidencias que manifestó el radical Martín Lascano, titular del ente regulador de agua (Etoss), y reemplazante de Rodolfo Terragno en el debate que no fue: tampoco asistieron Ricardo López Murphy ni Juan Llach, a quien los organizadores invitaron tras la renuencia de Domingo Cavallo. Desde su rol de regulador, Lascano señaló algunas flaquezas oficiales en el área de su competencia: el contrato de concesión no contempla la posibilidad de renegociarlo y ese organismo de control fue completamente “marginado” de esta revisión, abierta desde hace más de un año. Por lo demás, identificó los mismos problemas que quien debía ser su ocasional contrincante, entre ellos, la falta de participación de los usuarios en el control de los servicios y la demanda social insatisfecha por este tema.
Dromi avanzó un poco más, sembrando dudas sobre todo el andamiaje institucional de contralor como si no hubiera pertenecido al Gobierno ni hubiera tenido responsabilidad en la redacción de pliegos. “Las audiencias públicas son un simulacro. Se hacen cuando ya hay resoluciones firmadas sobre lo que supuestamente debe debatirse en ese encuentro”, sostuvo. “Existe el riesgo de politizar el control, en la medida que el Poder Ejecutivo tiene cada vez más discrecionalidad... No puede revisarse un contrato omitiendo al Congreso o a los entes. Eso resta seguridad jurídica”, advirtió.
Al ENRE, que ayer se erigió en una especie de ganador de la contienda librada con Edesur, dedicó críticas particulares. “Adolece de deficiencias jurídicas y su función política es poco clara, ya que tiene potestades superpuestas con la Secretaría de Energía”, cuestionó el consejero de Carlos Menem. Pero esta presunta flaqueza de los reguladores es, a su juicio, tan censurable como la vara con la que se evalúa a los prestadores del servicio eléctrico.
A diferencia de otras privatizaciones, las eléctricas no impusieron a los concesionarios la obligación de sujetarse a un plan de inversiones predeterminado. Por el contrario, Edenor, Edesur y las otras firmas del sector sólo deben cumplir con cierto nivel de calidad en el servicio (medido, por ejemplo, por la frecuencia de los cortes). Cuánto y cómo invierten para honrar esa obligación, no es algo que quede bajo el control del ENRE ni de ningún otro organismo oficial. Por el contrario, queda enteramente librado a la buena voluntad empresaria.

 

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