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El último Festival de Cannes antes del año 2000, será un duelo cinematográfico entre Europa y América arbitrado por Asia, en busca de la prestigiosa Palma de Oro, la que será otorgada el 23 de mayo por un jurado presidido por el cineasta canadiense David Cronenberg. La lengua inglesa no monopolizará la competición, cuyo punto fuerte es una presencia asiática muy marcada y una preferencia por la emoción más que por la ultra violencia, dijo este jueves, al dar a conocer la selección Gilles Jacob, delegado general del festival. El barbero de Siberia del ruso Nikita Mijalkov, Oscar del mejor film extranjero 1994 por Sol engañoso, abrirá el baile el 12 de mayo en el Grand Theatre Lumière y An Ideal Husband del británico Oliver Parker bajará la cortina el 23 de mayo. Veintidós cineastas compiten por la Palma, entre ellos, por primera vez en 25 años, el israelí Amos Gitai, con Kadosh, un film sobre la condición femenina víctima de la religión. Tres jóvenes franceses aportarán color local: Jacques Maillot con Nos vies heureuses; Bruno Dumont con L'Humanité y Leos Carax con la muy esperada Pola X, protagonizada por Catherine Deneuve. A ellos se suma el infatigable franco-chileno Raúl Ruiz --el cineasta más prolífico de la historia del cine-- con Le temps retrouvé, inspirado en Marcel Proust. Entre los consagrados figuran el español Pedro Almodóvar (Todo sobre mi madre), el británico Peter Greenaway (8 1/2 Women), el portugués Manoel de Oliveira (A Carta), el italiano Marco Bellocchio (La Dalia) y el ruso Alexandr Sokurov con Maloch. Algunos norteamericanos de primera línea también vuelven a Cannes, como David Lynch (con The Straight Story) y Jim Jarmusch (Ghost Dog, la vida del samurai). El otrora campeón del cine independiente norteamericano, John Sayles, presenta este año Limbo, único competidor bajo los colores de un gran estudio, Columbia. Por su parte, Tim Robbins, que después de ser premiado en Cannes '92 por su interpretación en The Player, de Robert Altman, llega como director con The Cradle Will Rock, sobre un espectáculo teatral que concibió Orson Welles en los años '40. También compiten el canadiense Atom Egoyan, con Felicia's Journey, y el mexicano Arturo Ripstein con El coronel no tiene quien le escriba basada en la novela de Gabriel García Márquez, quien seguramente aprovechará la oportunidad para mostrar su colección de guayaberas a orillas del Mediterráneo. Para Gilles Jacob, el punto fuerte de esta selección --de por sí de una solidez impresionante-- es la vitalidad de Asia, con varios representantes en competición: Japón, Hong Kong y China, así como una película de sketches de Irán, encabezada por Mohsen Majmalbaf, el número 2 del cine de su país, después de Abbas Kiarostami. Después de haber obtenido el León de Oro en la Mostra de Venecia con Hana-Bi, el japonés Takeshi Kitano presenta su último opus. El verano de Kikujiru, y el chino Chen Kaige vuelve a Cannes con El emperador y el asesino. Esta película viene a reemplazar a una de su colega Zhang Yimou, que se retiró de la selección de Cannes por lo que consideró una discriminación de Occidente hacia el cine chino que no tiene un declarado contenido político en contra de las actuales autoridades de su país. Por su parte, la sección Una Cierta Mirada (fuera de competencia, pero de carácter oficial) también tendrá films de directores de enorme prestigio, como el irreverente portugués Joao César Monteiro (con As bodas de Deus), el japonés Masahiro Kobayashi (La ruta de los contrabandistas), el norteamericano David Mamet (The Winslow Boy), el egipcio Youssef Chahine (El otro) y los legendarios Jean-Marie Straub y Danielle Huillet (Sicilia). "Este festival estará muy conectado a la modernidad en cuanto a las formas innovadoras y a las interrogaciones sobre el mundo de hoy", afirmó Gilles Jacob. El gran artífice de la selección de Cannes desde 1977 ha prometido "la sorpresa de un Lynch o de un Kitano, la ternura de Almodóvar, de un Gitai, lo juvenil de un De Oliveira y la ironía de un Egoyan". No parece poco.
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