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Por Pedro Lipcovich  Las
autoridades sanitarias argentinas, en línea con las norteamericanas, ratificaron la
autorización del nuevo antiinflamatorio Celebrex, contra el reumatismo, pese a que en
Estados Unidos se notificó el fallecimiento de diez pacientes que lo consumían. El
fármaco, que bate records de ventas en ese país y salió al mercado hace una semana en
la Argentina, tiene efectos similares a los antiinflamatorios tradicionales como la
aspirina, pero sin los efectos colaterales que convierten al abuso de éstos en una de las
principales causas de úlcera gástrica. Los especialistas consultados señalaron que, de
todos modos, el nuevo antiinflamatorio debe ser tomado bajo control médico y uno de ellos
observó que “todavía falta experiencia clínica para estar seguros de que no tiene
efectos secundarios”.La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) anunció ayer que “no existen razones epidemiológicas para modificar los criterios” con relación al Celebrex. La Food & Drugs Administration (FDA) de Estados Unidos había afirmado que “no hay ninguna necesidad de preocupación” al respecto. El Celebrex, producido por varios laboratorios bajo distintos nombres comerciales, salió a la venta hace tres meses en Estados Unidos, donde esta semana se reportó que once pacientes que lo consumían padecieron trastornos gastrointestinales y otros diez murieron. Sin embargo, “dichos reportes se consideran aislados, si se toma en cuenta que se han efectuado más de dos millones de prescripciones de esa droga”, sostuvo la ANMAT. Juan Scali, jefe de la unidad de reumatología del Hospital Durand, señaló a este diario que “probablemente esas personas tomaban también otros medicamentos: en Estados Unidos, cuando una persona fallece se hace un listado de los medicamentos que tomaba, y la FDA lleva registros de la mayor cantidad de efectos adversos provocados por cualquier droga. No se puede asociar directamente esos fallecimientos con el Celebrex”. De todos modos, destacó Scali, “no es un medicamento que la gente deba tomar por propia cuenta: se vende bajo receta y debe ser indicado por el médico, ya que todos los antiinflamatorios tienen contraindicaciones o interacciones con otros fármacos que la persona pueda tomar”. Mauricio Schraier, director de la Revista Gastroenterológica Latinoamericana y ex presidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología, observó que “el Celebrex tiene menos efectos agresivos sobre la mucosa gastroduodenal que los antiinflamatorios tradicionales, pero no estamos totalmente seguros de que no la afecte en absoluto, ya que todavía falta suficiente experiencia clínica al respecto”. El término “reumatismo” se refiere en realidad a más de cien enfermedades, de las cuales las más conocidas son la artrosis y la artritis. La primera afecta al 80 por ciento de las personas mayores de 60 años: proviene “de un desgaste en el metabolismo, propio del envejecimiento”, según el doctor Scali, y se manifiesta como inflamación en una o unas pocas articulaciones. La artritis reumatoidea, en cambio, puede dañar muchas de las articulaciones del esqueleto, y afecta especialmente “a mujeres entre la segunda y la quinta década de la vida, aunque también existe la artritis reumatoidea juvenil, en niños, y la artritis del geronte”, precisó Scali. No se conoce la causa de estas artritis ni se sabe cómo curarlas, pero “hay medicamentos para que avancen más lentamente y para mejorar la calidad de vida de los pacientes”. Dentro de estos medicamentos, los antiinflamatorios contribuyen a controlar el dolor, que puede llegar a ser muy intenso. Lo logran inhibiendo la producción de una enzima llamada COX-2, que aparece con la inflamación; pero los antiinflamatorios tradicionales, llamados no esteroides, junto con esta enzima inhiben otra parecida, la COX-1, “que tiene funciones en el buen mantenimiento de distintos órganos: por eso esos antiinflamatorios pueden tener efectos adversos a nivelgastrointestinal, o del riñón, o de las plaquetas sanguíneas. El Celebrex, en cambio, inhibe sólo la COX-2, vinculada con la inflamación, sin afectar la COX-1, protectora: esto elimina o modera los efectos adversos”, explicó Scali. El abuso de antiinflamatorios no esteroides está señalado como una de las principales causas de úlcera gastroduodenal. El mercado de los antiinflamatorios mueve hasta 12.000 millones de dólares al año sólo en Estados Unidos.
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