SÍNDROME
Julio César "Chiche" Aráoz debutó en Río
Cuarto como jefe de campaña de Duhalde y Ortega. Se lo vio dispuesto a estrechar cuanta
mano se le cruzara a su lado, repartió sonrisas, abrazos y no dudó en elogiar a los
hombres que venían llevando adelante la campaña electoral del binomio. Sin embargo, el
"síndrome Ortega" ya lo afectó. Ayer Página/12 le preguntó si llegaba
a salvar a Ortega por segunda vez, en referencia a su pasado como ex interventor de
Tucumán. Aráoz, muy suelto de cuerpo, respondió: "Sí, claro... Noooo perdón, no
es así", se corrigió entre carcajadas.
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