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EL FESTIVAL INTERNACIONAL CONTARA CON
LA PRESENCIA DE GASSMAN, PETER BROOK Y BOB WILSON
El gran teatro del mundo llega a Buenos Aires

La segunda edición de la muestra de teatro, música y danza, con una programación que incluye los últimos espectáculos del Volksbühne de Berlín y los catalanes de Els Joglars, fue confirmada para la quincena del 9 al 26 de setiembre.

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El texano Robert Wilson será una figura clave.
Hace treinta años que está a la vanguardia.

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Vittorio Gassman y su ceremonia del adiós.
“L’Addio del Mattatore” abrirá la muestra.


Por Hilda Cabrera

t.gif (862 bytes) El tema del adiós mantiene activo al actor Vittorio Gassman, quien ya en su Memoria del sottoscale, testimonio de la imposibilidad de escribir una autobiografía, había comenzado de alguna manera a despedirse. Aquello de la imposibilidad de retratar la propia vida queda registrado en ese mismo libro a través de un personaje de ficción: “Contamos sólo flecos de memorias, que en apariencia se acercan a algún aspecto de nuestra vida; después los mezclamos con libres asociaciones mentales, y en ese instante la ficción prevalece sobre todo”. Gassman se quiere despedir, quizá no tanto a través de una autobiografía ficcional como desde un escenario. Para ello armó espectáculos con los que recorrió Italia. Uno de éstos se verá en Buenos Aires, L’Addio del Mattatore, elegido para inaugurar el Festival Internacional de Buenos Aires, que acaba de confirmar la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad y se desarrollará entre el 9 y el 26 de setiembre. Acompañado por Marina Lorenzi y Emmanuele Salce, Gassman escenificará textos de Luigi Pirandello (El hombre de la flor en la boca), William Shakespeare (un pasaje de Hamlet), Jean Paul Sartre (Kean, adaptación del original homónimo de Alexandre Dumas de 1836, sobre el actor inglés Edmund Kean) y, entre otros, de los poetas Boris Vian, Paul Valéry y Dante Alighieri.
El actor italiano no será la única gran figura en esta segunda edición del Festival (la primera fue en 1997) dedicado al teatro, la música y la danza. Los organizadores anunciaron a Página/12 una ambiciosa programación, que incluye a otros notables, como el director inglés Peter Brook y al actor y director estadounidense Robert Wilson. A estos artistas, lo mismo que a Gassman y a la directora francesa Ariane Mnouchkine (que no vendrá al Festival) se les dedicará un ciclo de cine, semejante al que en la temporada ‘98 ofreció el British Art Centre respecto de Brook.
Justamente de este puestista se verá The Man Who, una obra que ya presentó en otros festivales. Brook creó su primer grupo experimental en el Londres de 1965, pero hizo casi toda su carrera en Francia. En 1970 se instaló en París, donde fundó el Centro Internacional de Creaciones Teatrales, y poco después su Théâtre des Bouffes-du-Nord (cerca de las vías de los ferrocarriles del Norte de París). También régisseur, teórico (El espacio vacío, Provocaciones) y director de cine (Moderato cantabile, El señor de las moscas), supo llevar un registro de sus puestas (Marat/Sade), y se mostró partidario del “internacionalismo” en el teatro. Un caso es Mahabharata, versión del monumental poema épico indio, donde Jean-Claude Carriére colaboró como adaptador y participaron artistas de diverso origen. Sus recreaciones sobre las obras de Shakespeare atraparon a muchos. Sucedió con Medida por medida, La Tempestad y Hamlet, que se convirtió en una despojada Qui est lá, donde –según la crítica europea– ha volcado las influencias de Stanislavski, Meyerhold, Gordon Craig, Artaud y Brecht, además de lo aprendido durante sus estadías en Africa y su interés por el teatro de Oriente.
The Man Who se inspira en El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, libro del neurólogo Oliver Sachs, sobre los comportamientos aberrantes. En este montaje, presentado en París, Londres y Viena, el cerebro se constituye en tema de reflexión, y es resultado de una investigación que le demandó a Brook y al elenco dos años de trabajo. Por su lado, el texano Robert “Bob” Wilson traerá Persephone, espectáculo concebido a partir de una instalación suya que participó de la Bienal de Venecia ‘93. Entre su producción figura la inaugural La mirada del sordo, donde este director impugnaba la palabra (con la que luego se reconcilió, sobre todo con su musicalidad), defendiendo a ultranza un “teatro de imágenes”. A esta obra, estrenada en la Academia de Música de Brooklyn a fines de la década del 60, le siguieron otras de parejo impacto. La colaboración con el compositor Philip Glass –cuya música basada en la repetición se acomodaba bien a las imágenes suspendidas en el tiempo y el espacio de las puestas de Wilson– le permitió concretar trabajos como Einstein on the Beach, de 1976. Consagrado en Europa, estrenó en 1983 otra obra-hito de su carrera, CIVIL warS, inspirada en las fotografías de Matthew Brady. Una labor titánica, crítica sobre la Guerra de Secesión y compleja en su forma. Un verdadero rompecabezas escénico del que participaron artistas de varios países. Entre ellos, el dramaturgo y director alemán Heiner Müller, de quien Wilson puso en escena Máquina Hamlet (en 1987) y Cuarteto. Entre los últimos trabajos del estadounidense figuran Orlando, La enfermedad de la muerte (de Marguerite Duras), la ópera Cuatro santos en tres actos y Hamlet, un monólogo, interpretada por él mismo y considerada “un desarreglo de los sentidos”. En cuanto a la obra que se verá en el Festival, Wilson enlaza el mito de Perséfone con un poema de Thomas Eliot, “La tierra desolada”, componiendo una compleja “ópera cromática”, enmarcada por collages sonoros extraídos de obras de Glass y Rossini. El tema no es otro que el amor de Perséfone por Hades, Señor de los Infiernos.
Otra importante propuesta llega de Alemania. Se trata de Murx (Una velada patriótica), obra del suizo y también músico Christoph Marthaler. El título está tomado de la canción que cantan a coro los personajes: “Murx den Europäer! Murx ihn! Murx ihn! Murx ihn ab...” (donde Murx podría ser el imperativo de ahorcar). Se la verá por el elenco de la Volksbühne de Berlín, pionero de la experimentación teatral en la ex República Democrática Alemana (Alemania oriental). La puesta es del mismo Marthaler, sobre dramaturgia de Matthias Lilienthal. Esta obra, que se presenta con apoyo del Instituto Goethe y ha participado de numerosos festivales, retrata con humor corrosivo las impresiones de Marthaler (llamado por algunos críticos europeos “el huraño hijo de Beckett”) sobre una sociedad opaca, donde los individuos, patéticos y pueriles, se prestan a seguir mansamente rituales absurdos.
El grupo catalán Els Joglars traerá un estreno: Proyecto Dalí. Lo dirige el también actor Albert Boadella, creador de un montaje mítico, Il diari, de 1969, donde rompió con la tradición arcaica del mimo (una de las disciplinas en la que se formó) e ironizó ácidamente sobre la realidad política y social de la España de entonces. Boadella y su grupo tienen fama de irreverentes, una gloria amasada en treinta años de actividad artística interrumpida alguna que otra vez por juicios y condenas. Boadella conoció las rejas en tiempo de Franco, y también algunas excomuniones. La Torna y Teledeum (“una comedieta de sotanas y casullas”, de 1983) fueron, entre otras obras, objeto de enconadas polémicas. La Odisea, Bye, bye, Beethoven y Ubú President son otros tantos títulos sardónicos y festivos. Con Proyecto..., cierra una trilogía sobre algunas personalidades de Cataluña, “tierra de cordura”. Los catalanes, como los castellanos y andaluces, le inspiraron bromas en Yo tengo un tío en América, de 1992, donde mete a todos en un manicomio. En Proyecto..., el gran Dalí es el “filósofo-clown” de la pintura.
Otra presencia destacable es la Compañía Societas Raffaello Sanzio, que dirige Romeo Castellucci. Llegará con Orestea, una versión sobre el Orestes, de Esquilo, teñida de negros trazos de humor circense. Del teatro brasileño se anuncia Melodrama, interpretada por la Compañía Dos Atores. Esta obra de Enrique Díaz (también director) retrata con humor delirante el melodrama de un marido engañado.
Confesiones, de Michel Didym y Veronique Bellegarde, es otra de las propuestas del Festival. Se basa en confesiones hechas por autores latinoamericanos y franceses, dichas al oído de cada uno de los veinticuatro espectadores que se admitirán por función. Se prevé una rotación para que al término del espectáculo los asistentes sean portadores de todos los secretos. El elenco está integrado por intérpretes argentinos.
Aun cuando falta completar la programación en cada uno de los rubros, los organizadores anunciaron la participación de otras producciones francesas: Paradis, por la Compañía Montalvo Hervieu (coreografía y video de José Montalvo), y Stances, por el Centre Choréographique National de Rennes et Bretagne. De Bélgica se verá Drumming, por la compañía Rosas, dirigida por Anne Teresa de Keersmaeker sobre música de Steve Reich. Esta pieza “minimalista” de los años 70 se inspira en el film Tippeke, de 1996, que cuenta la historia de un niño perdido que intenta regresar a su casa. Como resultado de un trabajo conjunto realizado por dos artistas estadounidenses y una argentina, Solos será otra destacable propuesta del Festival. Lleva coreografías de la premiada Trisha Brown, de Jennifer Müller (fundadora y directora artística desde 1974 de la compañía The Works) y Noemí Lapzeson, quien reside desde la década del 70 en Ginebra, donde en 1989 creó la Vertical Dance. En cuanto a música, se prevé la visita del brasileño Arnaldo Antunes, quien inició su carrera de solista a partir de la trilogía Nome (disco, libro y video), y la de Cida Moreira. Esta cantante y actriz traerá su espectáculo Aos que estao por vir (A los que están por venir), donde homenajea al dramaturgo alemán Bertolt Brecht. Desde Portugal llegarán la cantante de fado, Misia, y Maria Joao, cantante de jazz que ha grabado con Dino Saluzzi, Manu Katché y Ralp Towner. La acompañará al piano Mario Laginha.
En cuanto a la participación de espectáculos nacionales, la representación estará conformada por veinte obras generadas en cualquier punto del país y elegidas por un comité de selección, integrado por Mauricio Kartun, Daniel Veronese, Roxana Grinstein y Jorge Dubatti. En principio, el Teatro San Martín aportará su Shylock, un montaje basado en El mercader de Venecia, de William Shakespeare, que concretará el director georgiano Robert Sturua, y Tango, vals, tango, de la coreógrafa Ana María Stekelman. Han comenzado a organizarse talleres y seminarios, ciclos de cine (en la Sala Leopoldo Lugones), y se ha instituido un concurso de textos teatrales para autores menores de 35 años. El Premio Germán Rozenmacher de Nueva Dramaturgia consiste en la entrega de una suma de dinero y la publicación de las obras ganadoras. Las bases están a disposición de los interesados en el octavo piso del Teatro San Martín (Corrientes 1530), sede del Festival.

 

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