Si escucharon AM 660 el sábado, los más jóvenes tuvieron la oportunidad de sentir un poco cómo era un planteo militar. Una interferencia radial puso en el aire una señal que sólo transmitía viejas versiones de marchas militares y marchas patrióticas. No hubo un locutor que leyera comunicados: sin palabras, sólo la audible fritura de un vinilo. El Confer dijo que el 660 del dial no está adjudicado y que investiga el origen de la potente señal trucha.
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