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A pesar de la medida cautelar dictada el viernes pasado por la jueza federal María Servini de Cubría, Carlos Menem asumirá como titular del justicialismo en un ámbito rodeado de fieles, pero también ante la atenta y desconfiada mirada de un grupo de dirigentes con mucho poder en el PJ: los gobernadores. Desafiando a la Justicia y a Eduardo Duhalde, el jefe de Estado intentará hacer pie en una posición que le permita negociar con algo más de poder con el gobernador bonaerense, quien no está dispuesto, bajo ningún punto de vista, a permitir que Menem participe de la campaña electoral. De hecho, Duhalde le recomendó al Presidente que se asesore bien si con su asunción no se está incurriendo en un error. En el acto, que el empresario Carlos Spadone organizó para las ocho de la noche en el estadio de Obras Sanitarias, Menem prorrogará su mandato hasta el 2003 acompañado con una nueva mesa directiva que integran casi todos los gobernadores del PJ, con excepción de Duhalde y Néstor Kirchner. Con el gobernador pampeano, Rubén Marín, y el senador santafesino, Carlos Reutemann como vicepresidente, Menem será el único orador y se espera que en su mensaje incluya nuevas críticas a la Alianza, que ya forma parte de su intento de posicionarse como jefe de la campaña, y alguna mención a su rival interno. Precisamente el reclamo de Menem para que lo dejen participar de la campaña, además de un pedido a Duhalde para que adopte un discurso menos crítico hacia la gestión menemista, son los plazos más inmediatos que se fijó el jefe de Estado para después de su asunción. Cómo el dueño del modelo no va a participar de la campaña si la Alianza le copió el modelo. Además, que un presidente, después de 10 años de gestión, tenga una aceptación de un 30 por ciento, es un éxito, agregó un colaborador de Reutemann. Con esta conducción entronizada, el menemismo piensa presionar al duhaldismo para sentarlo en la mesa del diálogo con su negativa a adelantar la fecha de la interna, prevista para el 4 de julio, y a modificar la composición de la Junta Electoral controlada en una abrumadora mayoría por dirigentes leales al Presidente. La sospecha de que Menem asume como titular del partido para después convertirse en jefe de la oposición, ante un eventual triunfo de la Alianza, rondó por la cabeza de varios justicialistas. Pero José María Díaz Bancalari, ministro de gobierno de Duhalde, fue tajante al abordar ese tema. El PJ puede ser tolerante con la derrota cuando el que la sufre ha trabajado para el triunfo. Pero es implacable con aquel que colaboró para la derrota, dijo a Página/12. Ante la decisión de Menem de considerar al fallo de la Corte Suprema que habilita su asunción como más váalido que el dictamen de Servini, Duhalde contraatacó. Estamos sobredimensionando el tema. Yo no voy a ir, sabrán lo que deben hacer, es un tema que escapa a mi decisión y a mi voluntad, señaló. Pero después el gobernador bonaerense apuntó a quienes rodean a Menem. Creo que el Presidente está mal asesorado, debería asesorarse bien. Las cosas cuando se hacen bien generalmente terminan bien, y cuando se hacen mal son cosas de nunca acabar, afirmó Duhalde anticipando que mantendrá su enfrentamiento hasta las últimas consecuencias. El diputado César Arias, apoderado del PJ, se sintió tocado por las declaraciones de Duhalde y salió a retrucarlo. Tan mal asesorado no se encuentra el Presidente por los resultados que hemos obtenido, a pesar de la judicialización de la interna partidaria, contestó el principal operador del menemismo en ámbitos judiciales. Pero Arias, en su enojo, no dudó en pegar a Duhalde con los miembros de la Cámara Electoral, a quienes de todo el PJ no dudaron nunca en acusar de radicales. Lo que hizo Duhalde fue judicializar los temas de la política dentro del justicialismo y con esa conducta nos llevó a que fuesen árbitros de nuestro problemas quienes están identificados con la Unión Cívica Radical, añadió Arias refiriéndose a los dos miembros de la Cámara Electoral.
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