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La lista de centroizquierda de AMIA se imponía en la elección

Al promediar el escrutinio de la elección interna en la AMIA, la lista encabezada por Hugo Ostrower sumaba el 44 por ciento, en tanto las organizaciones religiosas ortodoxas acumulaban el 30 por ciento de los cargos.

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Por Raúl Kollmann

t.gif (862 bytes)  El abogado Hugo Ostrower será el nuevo presidente de la AMIA. La lista de centroizquierda que encabezó Ostrower se imponía anoche –-al cierre de esta edición-- con el 44 por ciento de los votos, con una amplia ventaja sobre cada una de las dos organizaciones religiosas ortodoxas, que de todas maneras –-juntas-- se quedarán con el 30 por ciento de los puestos en la Comisión Directiva. La escasa votación –-unas 3300 personas-— es expresión de la crisis en la que se encuentra la conducción de la comunidad judía tras la caída de los bancos Mayo y Patricios y el paso al costado que tuvo que dar el referente de la comunidad, Rubén Beraja. En la última elección, realizada en 1993, votaron casi 5000 personas, es decir que la caída de la votación rondó el 40 por ciento.

La victoria del laborismo –-en hebreo, Avodá-— ratifica lo que es casi una tradición en la AMIA: el centroizquierda conduce la mutual judía desde hace décadas y el presidente saliente, Oscar Hansman, será sucedido por Ostrower, un hombre del mismo partido. En la lista ganadora, denominada Frente Sionista Democrático, además de los laboristas, participaron otras dos fuerzas de centroizquierda, Convergencia y Meretz. De este último partido será el secretario general de la AMIA, Noé Davidovich.

Las dos listas formadas por los sectores religiosos ortodoxos sumaron 30 por ciento, casi lo mismo que hace seis años. De todas maneras, junto al Likud, el partido de derecha que obtuvo el 9 por ciento, se conforma un bloque que tiene el 40 por ciento de los puestos en la Comisión Directiva. Justamente una de las grandes dudas de esta elección era la perfomance del sector ortodoxo, que puede impulsar algunas reivindicaciones más que polémicas: mayor presupuesto para las escuelas ortodoxas, instauración de la educación religiosa en las escuelas judías laicas, cierre de instituciones los sábados y crecientes obstáculos para los matrimonios llamados mixtos, entre judíos y no judíos. Al final, el porcentaje obtenido por los ortodoxos –-que tenían el apoyo económico de empresarios del grupo de George Soros-— es elevado, los mantiene como un fuerte grupo de presión, pero no les permitirá imponer sus posturas.

Buena elección hizo la lista llamada Movimiento Sionista Renovador –-consiguió el 14 por ciento--, integrada por padres de alumnos de escuelas de la red escolar judía, con centro en la escuela Natán Gesang.

La tarea que ahora les queda a Ostrower y Davidovich será más que difícil. La AMIA sufre una fuerte crisis económica producto de la caída de los bancos, ya que esas entidades financieras ayudaban a algunas de las instituciones, escuelas y templos. El agujero que quedó, debe ser llenado ahora por la mutual. Hay que considerar que la AMIA es la institución judía que se ocupa de los sectores más pobres de la comunidad, los discapacitados, la tercera edad, los desocupados y, sobre todo, la red de escuelas de esa colectividad.

Al mismo tiempo, la nueva Comisión Directiva de la AMIA tiene pendiente la resolución de un escándalo relacionado con el manejo de fondos que eran de la AMIA y que fueron invertidos en una empresa off-shore que quebró. La asignación de responsabilidades por esa maniobra provocará una durísima polémica, lo que ha llevado a la convocatoria de un tribunal de ética que dictará un veredicto inapelable.

Ayer, el escrutinio se realizó en el anfiteatro del nuevo e impresionante edificio de la AMIA. La conducción surgida de estas elecciones parte con esa ventaja: puede poner en marcha su actividad en la sede construida sobre los escombros del edificio arrasado por el atentado. Al mismo tiempo, se queda con la carga de una investigación que ha sido más que débil hasta el momento y con los problemas de seguridad de una colectividad que ya sufrió dos ataques y sigue teniendo barriles, pilares de cemento o pilotes de metal en las puertas de sus instituciones.

 

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