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Por Raúl Dellatorre  El presidente
del Banco Central de Brasil, Francisco "Chico" Lopes, fue arrestado ayer por
decisión de una comisión investigadora parlamentaria, acusado de haberles anticipado a
dos entidades financieras la devaluación del 13 de enero. Los bancos privados Marka y
FonteCindam obtuvieron espectaculares ganancias comprando divisas antes de la devaluación
y vendiéndolas con posterioridad. Un allanamiento al domicilio particular de Lopes había
permitido detectar elementos que comprobarían su relación con dichas entidades y la
existencia de una cuenta en el exterior a su nombre con 1,7 millones de dólares, que no
había declarado ante el fisco. La comisión parlamentaria resolvió el arresto de Chico Lopes cuando éste se negó a declarar bajo juramento ante la misma. "El huyó, y al hacerlo, confirmó su culpa", expresó el senador Antonio Carlos Magalhaes, integrante de la comisión investigadora y líder del Partido del Frente Liberal (PFL), uno de los tres que conforman la alianza de gobierno. Por su parte, el senador del Partido de los Trabajadores (PT) Eduardo Suplicy se preguntó "a quiénes buscaba proteger Lopes al negarse a declarar bajo juramento". Otro integrante del mismo partido de oposición, el diputado Aloisio Mercadante, fue quien realizó la denuncia original por las fabulosas ganancias obtenidas por los bancos con la devaluación. Agentes de seguridad del Senado y un comisario de la policía federal llevaron preso al hombre que durante más de cuatro años integró el comando del Banco Central, primero como director de Política Económica y finalmente como presidente. Lopes se negó ayer a declarar ante la comisión parlamentaria, a la cual le presentó una nota redactada por sus abogados en la que justificaba su decisión. La comisión investigadora, con atribuciones de poder de Justicia, ordenó su arresto al considerar que el ex funcionario "optó por ser acusado en un proceso penal, y tendrá que enfrentar las consecuencias". Los abogados del economista elevaron de inmediato a la Corte Suprema un recurso de amparo pidiendo su liberación. El proceso de investigación tuvo un curioso trayecto. La denuncia la formuló Mercadante, del PT, que propuso la conformación de una comisión investigadora en Diputados. La alianza oficial forzó que la comisión se formara en la Cámara de Senadores, donde tiene mayoría propia, y la puso bajo control del principal aliado de Fernando Henrique Cardoso, Antonio Magalhaes. Pero esta suerte de paraguas protector resultó perforado por el peso de las evidencias, y no se descarta que detrás de Lopes puedan quedar involucrados otros funcionarios de la conducción económica. Suplicy, del PT, expresó ayer que "tenemos la responsabilidad de descubrir si los errores que él (Francisco Lopes) admite haber cometido fueron sólo suyos o involucran a otras personas del equipo económico y de altos escalafones del gobierno". La filtración de informaciones confidenciales del Banco Central al sector privado se habría operado a través de la consultora Macrométrica, de la cual Lopes fue fundador y a la que se habría mantenido ligado pese a ejercer en la función pública. Aunque las evidencias recaen sobre dos instituciones --Marka y FonteCindam--, la labor de la comisión investigadora también apunta sobre las millonarias ganancias obtenidas durante enero por una serie de entidades de primera línea, incluidos bancos extranjeros, que también podrían haber estado ligados a Macrométrica. Aunque el escándalo no salpicó aún al ámbito político, los mercados se hicieron eco de la noticia. La bolsa paulista, que venía operando en alza, se desplomó al final y cerró con una baja del 2,1 por ciento. El dólar, tras varias jornadas de tendencia a la baja, cotizó cerca de 1,70 real, con un alza del 0,75 por ciento. El presidente Cardoso había defendido la gestión en Lopes durante su reciente gira por Europa. Pero las evidencias en contra del ex titular de la entidad monetaria quebraron la solidaridad de sus aliados. El PFL y el PMDB prefirieron no quedar pegados a la maltrecha figura de Lopes e impulsaron ayer su arresto.
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