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ARTURO PEREZ-REVERTE LE DIO DURO A JORGE LUIS BORGES
“Era un concheto gilipollas”

“Que lo admire como escritor no me impide sentir que ha sido injusto con el español”,  explica sobre los motivos de su definición.

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Por Cecilia Bembibre

t.gif (862 bytes)  Llegó a Buenos Aires, como hace al menos una vez por año, a presentar su último libro, El sol de Breda, el tercer volumen dentro de la serie de aventuras del capitán Alatriste. Acaso amparado en las cifras que lo señalan como uno de los autores más leídos de las letras hispanas actuales, Arturo Pérez-Reverte suele decir que no quiere –ni necesita– codearse con el mundillo literario. Ancló, sin embargo, en la Feria del Libro para anunciar el lanzamiento de la novela. Si el rechazo a lo que llama el “snobismo de los escritores” lo hace rehuir los debates sobre literatura, no ocurre lo mismo cuando la polémica surge a partir de temas de actualidad. Con la experiencia que le dieron sus 21 años como corresponsal de guerra hizo su lectura pública del conflicto en los Balcanes, y se convirtió en una de las figuras más cuestionadas del encuentro, al afirmar, en el marco de la exposición que homenajea a Jorge Luis Borges, que lo veía como “un concheto y un gilipollas”.
–¿Esperaba iniciar una polémica cuando habló sobre Borges en la Feria?
–No pensé que iba a causar tanto revuelo, creo que no me entendieron. Creo que Borges es un escritor inmenso, su obra está muy presente en mí, hasta el punto que mi libro La tabla de Flandes se abre con un soneto suyo. Que lo admire como escritor no me impide sentir que ha sido injusto con el español; en su autobiografía no tiene una sola palabra amable para con nuestra lengua. Dice que como escritor argentino tiene que sobreponerse al español, y que es demasiado consciente de sus defectos. Actitudes así hacen que yo crea –en lo personal, no en lo literario– que Borges se comportó respecto del español como un concheto y un gilipollas.
–¿Por qué cree que fue tan criticado por las declaraciones?
–Porque la gente necesita los mitos, los fabrica y los reconoce. El peligro, me parece, está en convertir los mitos en personas totalmente intocables. Estoy seguro de que hay un montón de lectores de Borges que piensan lo mismo que yo.
–¿Y por qué no lo hacen público?
–Hay un montón de cosas que hacen difícil cuestionar al mito, y sin embargo es importante poder hacerlo, porque justamente lo mejor de los mitos son sus luces y sombras, y lo dice alguien que en su experiencia ha visto el derecho y el revés de muchos mitos. Cuando yo hablo de la España del capitán Alatriste, hablo de la España abyecta y de la maravillosa. Con Borges debería suceder lo mismo.
–Varios de los escritores invitados este año a la Feria son autores de best sellers. ¿Se siente cómodo en esa categoría?
–Hay que hacer una distinción. No es posible decir que es lo mismo El nombre de la rosa que el último libro de Tom Clancy, de la misma manera en que no se puede comparar mi novela El club Dumas con la última de Stephen King. Trabajos como el mío se estructuran sobre la cultura y la historia, en cambio muchos de los best sellers bastardos de origen anglosajón tienen como único objetivo permanecer un mes en la vidriera. A mí siempre me han tratado bien y con mucha generosidad en la Argentina, al menos hasta que hablé de Borges.
–Una de las discusiones entre autores en la exposición enfrentaba a los lectores cuyos textos exigentes con el lector, con otros narradores que creen que hay que allanarle el camino. ¿Se identifica con una de estas posturas?
–No, el libro aburrido es el que no tiene posibilidades con los lectores y, más allá de esto, ambas posturas son completamente compatibles. El lector no es estúpido ni es una lumbrera, pero depende en parte del talento narrativo del autor ayudarlo a progresar. Ortega y Gasset decía: “Al lector hay que cortarle la retirada”.
–Después de haber sido corresponsal de guerra para la televisión española durante la guerra de Bosnia, ¿qué lectura hace del conflicto de Kosovo?
–No estoy siguiendo el conflicto con todos los detalles. Ya no veo televisión, a veces paso quince días sin ver un telediario. Aun así, haycosas que todos los periodistas que trabajamos en la zona advertimos hace tiempo. No es culpa nuestra que la OTAN sea estúpida y lenta en reaccionar. Cuando todavía era corresponsal de guerra para la TV española, sentí mucha impotencia. Pasé tres años en Sarajevo. Hice mi trabajo y tengo la conciencia tranquila.

EROTISMO Y PORNOGRAFIA EN LA LITERATURA
Un debate lleno de ardores

Por C.B.

t.gif (862 bytes) El aire acondicionado al máximo representaba a la vez un problema y una ventaja para los asistentes de la sala Julio Cortázar. Por un lado, el ruidoso mecanismo silenciaba las voces de los oradores. Por otro, generaba la esperanza colectiva de que el ardor de la charla conjurara la corriente gélida que expulsaba el aparato desde un rincón. Quizá por eso, el público que llegó seducido por la promesa de “Erotismo y pornografía en la nueva narrativa” no lo pensó dos veces antes de levantar la temperatura objetando a los autores invitados (“Si usted dice que todo texto es erótico, no le voy a dejar leer Corazón a mi hijo”, expresó un asistente enojado con Dalmiro Sáenz), arriesgando un comentario de doble sentido e incluso recomendando calurosamente alguna obra maestra de la literatura pornográfica que alguna vez había amenizado sus horas muertas.
Viviana Lysyj se concentró en definir los términos para delimitar la línea entre narrativa erótica y pornográfica; Luisa Valenzuela instó a recuperar la obra de Susana Constante, “autora de un erotismo hecho de silencios”, ganadora del concurso que realiza la colección erótica La Sonrisa Vertical, y en cambio declaró que “la pornografía es la degradación del sexo; siempre hay una victimización”. Sáenz, tras afirmar que todo texto es, en última instancia, erótico, se preguntó “¿Cuándo desaparecen los cuerpos de las camas? La almohada, la cara, encierra hoy todo el erotismo”. Entre las palabras del panel, se filtraban los clásicos del sexo escrito, robados, según acordaron panelistas y presentes, que evocaron por igual a Isabel Sarli, al Marqués de Sade y a Boccaccio.
Ante una concurrencia que se apretaba para entrar en la pequeña sala, Federico Andahazi, en su doble calidad de escritor reivindicador del clítoris y psicoanalista, realizó “una pequeña apología de la pornografía”. Después de confesar que de no haber ganado el Premio Fortabat habría terminado escribiendo bajo la dirección de un cineasta porno, disintió con Valenzuela y explicó que “la pornografía requiere de cierta exquisitez, se inserta claramente en el campo de la cultura. En cambio, el erotismo se presenta en la naturaleza: basta ver el cortejo amoroso de los pavos reales”.


Para ir hoy

15.30 Taller de robótica a cargo de la Fundación Solydeus. Coordina Leonardo Kot. (Un lugar para jóvenes)
17.00 Taller de historieta, de Carlos Albiac. (Un lugar para jóvenes)
Lena Faigenblat, sobreviviente del holocausto, habla sobre su libro Los vientos de la historia. Stand de la Embajada de Israel.
18.00 Elena Tasisto lee a Virginia Woolf. (Salón de lectura)
Mesa redonda Escritores latinoamericanos de hoy. Participan Oscar Bustamante, Germán Marín y Luis María Pescetti. (Sala Alfonsina Storni)
18.30 Mesa redonda Homenaje a Octavio Paz. Participan Adolfo Castañón, Eduardo Lizalde y Guillermo Sheridan. (Sala Leopoldo Lugones)
19.00 A medio siglo de una novela clave: Adán Buenosayres. Coordina Jorge Lafforge. Participan Pedro Luis Barcia, María de los Angeles Marechal, Graciela Maturo y Eduardo Romano. (Sala Julio Cortázar)
20.30 Juicio oral a los concursos literarios. Juez: Eduardo Alvarez Tuñón. Fiscal: Jorge Dorio. Defensora: Angélica Gorodischer. (Sarmiento)
21.00 El nuevo arte del reportaje: ¿el periodista protagonista?. Coordina Nancy Pazos. Con Juan I. Boido, María E. Gilio y Jorge Halperín. (Sala José Hernández)
Entrevista de Tomás Eloy Martínez a Rodolfo Terragno sobre su libro San Martín y el siglo 21. (Sala Juan Rulfo)
21.30 Violencia social, charla con Guillermo Ferschtut, Emilio Galende y Guillermina Garmendia de Camusso. Coordina Carlos Moguillansky. (Sala Ricardo Rojas)
Mesa redonda: Fiesta de Rusia. Homenaje al 200 aniversario del nacimiento de Alejandro Pushkin. Participan Vasily Borisenko y Lilia Pushkin. Coordina Nina Thürler. (Sala Alfonsina Storni)

 

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