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EN SU LEGAJO FALTA UN DETALLE: QUE HIZO CUANDO REVISTO EN LA SIDE EN 1976
Cabanillas ascendió por una mentira

La APDH pidió a Balza el relevo del general acusado por Juan Gelman como responsable del robo de su nieto o nieta. Detectó que Cabanillas ascendió gracias a que el pliego enviado al Senado omitió los datos sobre su desempeño en el centro clandestino Orletti.

Servicios: Balza quiere atacar sólo a los dinosaurios como Nicolaides. Pero la foja real de Cabanillas prueba que ya era, como capitán, un dinosaurio.

Eduardo Rodolfo Cabanillas, dinosaurio en actividad.
Según la APDH, en su legajo hay una omisión “direccionada”.

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Por Martín Granovsky

t.gif (862 bytes) Aunque Martín Balza dijo que el general Eduardo Cabanillas está en condiciones técnicas de reemplazarlo, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos pidió ayer su relevo inmediato como jefe del Cuerpo de Ejército II. La APDH estudió el legajo de Cabanillas y llegó a una conclusión: solo pudo ascender a general, y después a general de división, porque la foja de servicios enviada por el Ejecutivo al Senado “omitió datos esenciales”. El más esencial de todos, que Cabanillas fue uno de los jefes del campo de concentración Automotores Orletti.
Cabanillas había sido acusado por el poeta Juan Gelman en una carta abierta publicada en Página/12 como responsable mediato del robo de su nieto o nieta, nacido o nacida en cautiverio en 1976. La nuera de Gelman, María Claudia Irureta Goyena, fue secuestrada por una patota del Ejército cuando estaba embarazada, junto con Marcelo Gelman, el hijo del escritor.
Naturalmente ni el secuestro ni la actividad del entonces capitán Cabanillas figuran en el legajo. Pero la APDH descubrió que fueron suprimidas, “voluntaria e involuntariamente”, las pistas que podrían llevar a la verdadera actividad de Cabanillas.
En un texto que firman, entre otros, José Miguez Bonino, Adolfo Gass, Alfredo Bravo y Simón Lázara, el organismo humanitario informa que, según el legajo, Cabanillas tuvo cinco destinos durante la dictadura militar:
ron2.gif (93 bytes)  Escuela Superior de Guerra, como cursante.
ron2.gif (93 bytes)  Secretaría de Inteligencia del Estado, sin datos, es decir sin indicación de función o, como dice el legajo en jerga militar, “rol de combate”.
ron2.gif (93 bytes)  Otra vez la Escuela, como cursante.
ron2.gif (93 bytes)  Estado Mayor del Ejército, como auxiliar.
ron2.gif (93 bytes)  Escuadrón de Exploradores, como jefe.
Cabanillas revistó en comisión en la SIDE entre el 20 de agosto de 1976 y el 27 de enero de 1977. El propio general acaba de reconocer en una entrevista con el diario “La mañana del sur” que operó en Operaciones Tácticas 18, como era conocido Orletti en el vocabulario de la represión. Y los lectores de este diario ya conocen, por las tres cartas de Gelman publicadas aquí, que Cabanillas admitió en un expediente militar de 1977 su desempeño en Orletti.
Tanta información posterior torna aún más sospechoso el ocultamiento de datos. Pero además, si Cabanillas no realizó ningún curso como oficial de inteligencia, ni como capitán tenía ninguna especialización en ese campo, ¿por qué fue enviado en comisión a la SIDE? Su actividad en Orletti sirve para contestar la pregunta. Respuesta: en lugar de desplegar tareas de inteligencia exterior, Cabanillas fue designado por la SIDE para cuestiones operativas. Para ejecutar órdenes y supervisar, por ejemplo, Orletti, un centro clave en la Operación Cóndor que fue posible por la coordinación represiva de Chile, Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Brasil.
“La omisión de información implica la sustracción de elementos claves para quienes debían adoptar una decisión sobre el futuro de un oficial superior”, dice la APDH sobre el legajo del general en el Senado, y da a entender que el ascenso de Cabanillas es un proceso viciado. Por eso pide a Balza que lo releve.
Hasta ahora, el jefe del Estado Mayor del Ejército no quiso pasar a disponibilidad al jefe del Segundo Cuerpo. Gelman le recordó que entre otras herramientas a su alcance estaba el tribunal de honor, que podría analizar la conducta del general, pero Balza eligió una estrategia encaminada a que fuese solo la Justicia, y no el Ejército, la que decidiera el futuro de Cabanillas.
Balza concentró en los últimos días sus ataques en los dinosaurios como Cristino Nicolaides, a quien llamó ayer “mentiroso”. También pidió que la crítica por las violaciones a los derechos humanos se dirigiera a losdinosaurios y no a los oficiales en actividad. La mayoría de éstos, según el jefe del Ejército, no participó de la represión.
Sin embargo los datos públicos sobre Cabanillas prueban que el general ya era, como capitán, un dinosaurio, y que luego sobrevivió y fue creciendo en democracia simplemente porque el pliego ocultaba el dato más importante de su carrera.
Si Balza no revisa su decisión, todo quedará en manos del juez Adolfo Bagnasco, a cargo de la causa de Orletti. El fiscal Eduardo Freiler pidió hace dos semanas la citación de Cabanillas. El juez aún no la concretó.
Todavía hay un dinosaurio entre nosotros.

 

Claves

ron2.gif (93 bytes)  Balza dijo que Cabanillas está en condiciones técnicas de ser su sucesor.
ron2.gif (93 bytes)  Pero la APDH envió una carta al jefe del Ejército pidiendo el relevo de Cabanillas al cargo de jefe del Segundo Cuerpo de Ejército.
ron2.gif (93 bytes)  Según la APDH Cabanillas sólo pudo ascender porque el Senado recibió el pliego sin datos claves de su carrera.
ron2.gif (93 bytes)  Un dato clave es que, de comisión en la SIDE, Cabanillas revistó en Orletti.
ron2.gif (93 bytes)  A Orletti fueron llevados el hijo y la nuera, embarazada, del poeta Juan Gelman, que relató detalladamente los hechos a Balza en carta pública.
ron2.gif (93 bytes)  El jefe del Ejército insiste en no ser él quien corte la carrera de Cabanillas. Señala que Bagnasco tiene todos los elementos de juicio.
ron2.gif (93 bytes)  El fiscal ya pidió la citación de Cabanillas. El juez aún no lo hizo.


 

EL PLAN SISTEMATICO PARA ROBAR BEBES
Las Abuelas refuerzan su acusación

Por A. M.

t.gif (862 bytes) Los abogados que representan a seis Abuelas de Plaza de Mayo en la causa por el robo de sus nietos durante la dictadura presentaron ayer ante la sala I de la Cámara Federal su respuesta a las apelaciones presentadas por los defensores de los siete militares procesados por el juez Bagnasco. Intentan evitar que ese tribunal beneficie a los represores y ordene su libertad. La mayoría cumple arresto domiciliario. Este diario tuvo acceso al capítulo introductorio del voluminoso escrito, en el que se analiza “el aparato de poder” en el marco del cual se produjo este aberrante delito.
Según el equipo de abogados encabezado por Alberto Pedroncini, para abordar el objeto procesal de la causa “es necesario distinguir tres campos: el dominio del aparato general del Estado, el plan criminal considerado como metodología del poder estatal y la práctica criminal respecto de menores, en su gran mayoría nacidos en los centros clandestinos de detención durante el cautiverio de sus madres”. Esto es lo que se les imputa a los jefes militares procesados.
“El soporte principal de esta práctica criminal fue el centro clandestino de detención donde fueron conducidas las mujeres que habían sido previamente secuestradas por sospechárselas vinculadas a ‘la subversión’”. Su ingreso a esos infiernos sellaba el destino de la madre y del niño. La madre sería suprimida, “porque ello era necesario para llevar a cabo la apropiación de su hijo sin huellas de su origen”. El niño no sería inscripto con su verdadera identidad.
Esta práctica sistemática –que tiene su génesis en el plan criminal que probó el Juicio a las Juntas de 1985– se llevó a cabo con recursos materiales y humanos del Estado: la Escuela de Mecánica de la Armada, del Hospital Militar de Campo de Mayo, otros hospitales de la provincia de Buenos Aires y el personal médico que trabajaba en ellos, además de los grupos de tareas.
El aparato jurídico-político del Estado fue utilizado para “frustrar la acción de los jueces intervinientes en los miles de recursos de hábeas corpus que se interponían a favor de personas desaparecidas”. Cesada la acción militar, ese poder fue utilizado para otorgar impunidad mediante el ejercicio de funciones de gobierno, que produjeron medidas como el “Documento Final sobre la Subversión y el Terrorismo”. Los abogados le recomendaron al tribunal que tengan en cuenta los informes de la Secretaría de Derechos Humanos y los legajos de la Conadep.

 

Libro sumado a una causa

El sargento “arrepentido” Víctor Ibáñez deberá presentarse nuevamente ante el juez Alfredo Bustos, quien investiga el destino final de Mario Roberto Santucho y Benito Urteaga. Los abogados de las familias de los líderes del Ejército Revolucionario del Pueblo pidieron que Ibáñez amplíe su declaración a raíz de los datos que aportó para la investigación sobre Campo de Mayo desarrollada en el libro Campo Santo, del periodista de Página/12 Fernando Almirón. El libro, además, fue incorporado a la causa. El coronel (R) José Eduardo Valladares, actualmente a cargo del Archivo General del Ejército, debía concurrir a declarar ayer pero se excusó diciendo que estaba “muy ocupado” y deberá testimoniar el 4 de mayo.


 

LO QUE BALZA DICE QUE LE DIJO CABANILLAS
“Trabajaba en unas oficinas”

t.gif (862 bytes) El general Martín Balza aseguró ayer que el general Eduardo Cabanillas “está en condiciones de ser jefe de Estado Mayor del Ejército”. “Ocupa el sexto lugar en el orden jerárquico. Es general de división y todos los generales de división están en condiciones de serlo. Pero eso lo va a decidir el próximo presidente” de la Nación, dijo Balza. El jefe del Ejército reiteró, durante un reportaje transmitido ayer por Radio Mitre, que es la Justicia federal y no el Ejército la que debe ocuparse de establecer la responsabilidad de Cabanillas en la apropiación ilegal del nieto o la nieta del poeta Juan Gelman y en otros delitos de lesa humanidad.
Durante la entrevista radial con Néstor Ibarra, Balza repitió casi textualmente los argumentos utilizados en la carta de respuesta a Gelman, publicada por Página/12 el 11 de abril. El poeta había solicitado la intervención del jefe del Ejército para descubrir el destino de su nieto o nieta, ya que Cabanillas –actual comandante del Segundo Cuerpo– fue el subjefe del centro clandestino Automotores Orletti, donde estuvieron detenidos ilegalmente el hijo y la nuera de Gelman. El puesto ocupado por Cabanillas en el centro clandestino fue revelado por el mismo general en un sumario interno realizado por el Ejército.
Balza volvió a decir ayer que el comandante del Segundo Cuerpo le aseguró que “nunca estuvo en Automotores Orletti”. “Me dijo que trabajaba en unas oficinas. Manifestó que nunca presenció ni supo de acto delictivo alguno y que no tenía ningún conocimiento relacionado con el secuestro del hijo del señor Gelman ni sobre la nuera que estaba embarazada”, relató. Ante estas afirmaciones Ibarra le reiteró lo que una periodista de este diario le había señalado en la conferencia de prensa que Balza brindó el viernes pasado: que existe una contradicción entre lo que Cabanillas declaró ante la Justicia militar y lo que le dijo a él. Balza, entonces, repitió que la Justicia Federal es la encargada de investigar a Cabanillas. Recordó que el juez Adolfo Bagnasco ya tiene en su poder el sumario administrativo en el que el comandante del segundo cuerpo aseguró que se desempeñó como subjefe de Automotores Orletti. El juez había requerido este documento con el propósito de ordenar la citación de Cabanillas.
El jefe del Ejército –quien dijo que es “muy probable” que se retire a fin de año– insistió también en la inexistencia de listas de desaparecidos, tema por el que fue citado el viernes pasado por Bagnasco. “Si algo ha quedado o no, no lo sé. Lo que sé es que en reiteradas oportunidades ordené buscar todo antecedente sobre listas, mensajes y documentos de cualquier tipo relacionados con la lucha contra la subversión. El resultado hasta ahora ha sido negativo. Lo cual quiere decir que en el Ejército no hay documentación”, aseguró Balza. Y agregó que por ese motivo no le consta que hubiera existido un plan sistemático para apropiarse de los hijos de desaparecidos.
El general Cristino Nicolaides, quien firmó en noviembre de 1983 la orden de incineración de todo material relacionado con la represión ilegal, había dicho que el Ejército tenía actualmente listas de desaparecidos. Balza lo criticó y calificó la disposición de destruir los documentos como “intrínsecamente inmoral, porque nos impide dar la respuesta que la sociedad reclama”. Para cerrar la polémica sobre la existencia o no de archivos, el general dijo que los secretarios generales de las tres Fuerzas Armadas y los comandantes en jefe del último gobierno militar son quienes deben aclarar que hicieron con las listas.
Balza respondió además preguntas vinculadas con la venta de armas a Croacia, otro proceso judicial en el que está involucrado. Aquí también dijo que confiaba en la labor de la Justicia para resolver el tema. De todos modos, se encargó de recalcar que Fabricaciones Militares –el organismo que intervino en la maniobra– no está vinculado con el Ejército sino que entre el `83 y el `96 dependió del ministerio de Defensa y luego pasó a estar bajo la órbita de Economía. El jefe del Ejército consideró”vandálico” y “criminal” el hecho de que la explosión de la fábrica de armamento de Río Tercero fuera intencional, tal como revelaron las pericias la semana pasada. El general desplegó la misma estrategia sobre el tema de las armas y sobre los desaparecidos: se distanció del asunto, lamentó lo ocurrido y afirmó que a él no le corresponde hacer la investigación.

 

Elsa Nocetm, objetivo

Como indicio de la supervivencia de documentación relacionada con la represión, el periodista Néstor Ibarra leyó al aire una de las órdenes de secuestro elaboradas por los militares. “Filiación: FAR Monto. Objetivo primario: Elsa Alicia Nocetm, de 21 años. Objetivo secundario: quien se encuentre con él. Grado de peligrosidad: mínimo”. El papel forma parte de los documentos que los militantes de derechos humanos pudieron rescatar en estos veintidós años y está incluido en la causa que lleva adelante el juez Adolfo Bagnasco. Un par de horas después de la lectura, llamó al programa el hermano de Elsa Alicia Nocetm, desaparecida desde que fue secuestrada en la ciudad de La Plata. La familia no había tenido ninguna pista sobre el destino de esta joven estudiante de Psicología. Ayer obtuvieron la prueba de que Elsa Alicia fue secuestrada por un grupo de tareas del área 113.


 

La carta de la APDH al jefe del Ejército, completa

“Buenos Aires, abril 27 de 1999

Señor Jefe del Estado Mayor Ejército Argentino Teniente General Don Martín Balza
Presente

De nuestra mayor consideración:
Tenemos el agrado de dirigirnos a usted, en nombre de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, en referencia a la situación planteada en torno al comandante del Segundo Cuerpo de Ejército, General de División Eduardo Rodolfo Cabanillas.
Al respecto debemos señalar:
1) Se ha planteado una compleja situación cuya resolución es esencial en el esfuerzo que se ha venido realizando en los últimos tiempos, para replantear la doctrina militar y asumir la correcta versión de los dramáticos sucesos del pasado, en los que se destaca la sistemática violación de los derechos humanos y la utilización del recurso del terrorismo de Estado.
2) El señor Jefe del Estado Mayor, en una actitud que respetamos y valoramos, porque advertimos las dificultades que esto puede haber ocasionado, subrayó reiteradamente sus críticas enérgicas a ese pasado y a la metodología represiva a la que calificó de inmoral. En el mismo sentido, el señor Jefe del Estado Mayor condenó la doctrina de la obediencia debida, advirtiendo que ella no podría encubrir los hechos aberrantes, el secuestro, la tortura, el asesinato y la apropiación de menores.
3) El Comandante del Segundo Cuerpo, General Cabanillas se encuentra incurso en estas definiciones. La situación se agrava en cuanto se advierte que, si bien este oficial pasó oportunamente por los filtros de la Comisión de Acuerdos del Senado de la Nación y de los procedimientos públicos que posibilitaban su examen, esta circunstancia se encuentra envuelta en el manto de la sospecha.
4) Hemos tenido a la vista el legajo enviado al Senado con los antecedentes del General Cabanillas para su último ascenso. Con solo mirarlo se advierte que voluntaria o involuntariamente fueron omitidos datos esenciales. En efecto, en el resumen, durante el período de vigencia de la dictadura militar, figuran cinco destinos. La Escuela Superior de Guerra en dos oportunidades; el Escuadrón de Exploradores; la SIDE, y el Estado Mayor del Ejército, en una oportunidad. Cuatro de los destinos tienen precisos los roles cumplidos: dos como cursante; uno como auxiliar; y otro como jefe. Sólo el destino de la SIDE aparece con un escueto ‘sin datos’, omisión que sería incomprensible si no fuera tan evidente y tan direccionada.
5) El período ‘sin datos’, agosto de 1976 - enero de 1977, pertenece al tiempo en que el hoy General Cabanillas, con el grado de capitán, prestó servicios en la ‘OT 18’, conocido como ‘Automotores Orletti’. En el expediente instruido en la justicia militar, que es ya públicamente conocido, el entonces capitán Cabanillas, admitió su rol en ese centro de detención clandestino, al igual que sus vinculaciones con la banda de Aníbal Gordon, y su relación con oficiales de fuerzas armadas latinoamericanas que actuaban en el marco del ‘Operativo Cóndor’.
6) El propio General Cabanillas, en recientes declaraciones a un diario patagónico que no son ignoradas, ratificó su presencia en rango decisorio en un centro clandestino de detención, al que –por otra parte– se trasladaron mujeres embarazadas y donde, ya está probado por la justicia, se apropiaron de menores.
7) El General Cabanillas, con excepción de los datos que han sido públicos, guardó un llamativo silencio, sólo interrumpido por ladistribución de material que defendía los actos condenados ya por la justicia y que el actual mando del Ejército ha considerado incompatibles con el honor militar y el respeto por la democracia.
8) Esta es una cuestión extremadamente grave. La omisión de información implica la sustracción de elementos claves para quienes debían adoptar una decisión sobre el futuro de un oficial superior. La circunstancia de que la justicia ya comprobó en la ‘OT 18’ el funcionamiento de un Centro Clandestino de Detención tristemente conocido como ‘Automotores Orletti’; y que algunas de las denuncias acerca de apropiación de menores en ese lugar y período son coincidentes con la presencia decisoria del entonces capitán y hoy General Cabanillas en el lugar, también fueron comprobadas por la justicia, tornan incompatible la presencia de este oficial superior en el mando militar, a la vez que contradictoria, su presencia en ese destino, con la doctrina establecida por usted.
9) Por estos motivos, requerimos al señor Jefe del Estado Mayor el relevo del General Cabanillas de su cargo de Comandante del Segundo Cuerpo de Ejército, por no reunir las aptitudes necesarias para el ejercicio del mando militar en el marco democrático. Igualmente, estimamos imprescindible la adopción de medidas de investigación administrativa para verificar las responsabilidades por la omisión de información consignada en el pliego de acuerdo remitido al Poder Legislativo de la Nación en cumplimiento de la expresa cláusula constitucional.
Saludamos a usted con nuestra mayor consideración y respeto.”

 

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