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Se fue una esperanza de la OTAN. El viceprimer ministro yugoslavo, Vuk Draskovic, fue destituido ayer por sus declaraciones públicas, que se contradicen con las del gobierno y atentan contra la imagen del mismo. El alejamiento de una de las figuras más propensas al diálogo con los aliados dificulta aún más una solución pacífica del conflicto al reforzar a los sectores más duros del régimen, a la vez que hizo visible la primera fisura de la unidad nacional en la que se escuda el presidente Slobodan Milosevic. Draskovic había apuntado sus palabras hacia Milosevic el martes, al decir que la más alta dirección del Estado y los denominados patriotas no deberían seguir mintiendo más al pueblo, sino que deberían decirle la verdad, al tiempo que dio una muestra a favor del despliegue de fuerzas internacionales al agregar que una tropa de paz bajo bandera de la ONU y con el mandato del Consejo de Seguridad no sería un ejército de ocupación. Mientras tanto, las negociaciones parecen colocar a Rusia en el rol de mediador que tanto busca. El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, llegó ayer a Moscú con la consigna de acercar las posiciones de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, entre los que se encuentran Estados Unidos y Rusia.Draskovic fue separado de su cargo por el jefe de gobierno yugoslavo, Momir Bulatovic, un hombre cercano al presidente Milosevic que será quien ahora ocupe ese puesto. Draskovic, jefe del monárquico Movimiento Serbio de Renovación, formaba parte de la coalición gubernamental desde enero, junto al Partido Socialista de Milosevic y la Izquierda Yugoslava liderada por Mira Markovic, esposa del presidente yugoslavo. De perfil más liberal que el resto del gobierno, se convirtió en la voz prooccidental de la coalición, que equilibró el peso del ultranacionalista Partido Radical Serbio liderado por Vojislav Seseli. El atentado contra la imagen del gobierno realizado por Draskovic fue su declaración de que Belgrado estaba dispuesto a aceptar una misión de la ONU en Kosovo, con mandato del Consejo de Seguridad, que Milosevic relativizó luego de la reunión que mantuvo con el representante ruso Viktor Chernomyrdin la semana pasada. Eso quiere decir que estamos muy próximos a un compromiso, disparó Draskovic, al tiempo que instó indirectamente al presidente yugoslavo a cooperar con la comunidad internacional para poner fin a los bombardeos de la OTAN. La verdad es que estamos solos: la OTAN no se va a derrumbar, Rusia no ayudará militarmente a Yugoslavia y la opinión internacional está contra nosotros, declaró anteayer al canal de televisión Studio-B, controlado por su partido, al pedir a los dirigentes que no mientan más al pueblo y digan por fin la verdad. En protesta por el alejamiento forzado del líder de su partido, los ministros de Información, Comercio Interior y otro sin una cartera específica asignada, renunciaron a sus puestos. Tras su destitución, Draskovic declaró a la CNN que era una victoria de los duros.La reacción de los aliados fue unánime: todos coincidieron en que la decisión de Belgrado muestra las fisuras internas del régimen de Milosevic. Tenemos indicios claros de que hay diferencias de opinión que emergen de manera clara en Belgrado declaró el presidente Bill Clinton. La destitución de Vuk Draskovic es la señal de un total desprecio del presidente Milosevic por quienes dicen la verdad, indicó el portavoz del Departamento de Estado, James Rubin. Demuestra el aislamiento creciente de Milosevic, coincidieron el portavoz de la OTAN, Jamie Shea, y el jefe de la diplomacia británica, Robin Cook. En ese clima cada vez más hostil a una solución, las negociaciones diplomáticas en Rusia tuvieron sin embargo un día agitado. Luego de reunirse con el subsecretario de Estado norteamericano, Strobe Talbott, -quien ratificó la voluntad de Estados Unidos de cooperar con la ONU y con Rusia, el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, viajó ayer a Moscú para entrevistarse con el presidente Boris Yeltsin y el primer ministro Evgueni Primakov, para buscar un acercamiento de las posiciones de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad y lograruna solución política para el conflicto sin dejar afuera a Rusia. Aunque el presidente serbio, Milan Milutinovic, y el líder moderado de los albaneses, Ibrahim Rugova, acordaron reactivar las negociaciones para otorgar a Kosovo una amplia autoadministración, la solución política de la crisis está cada vez más lejos y ningún compromiso significativo parece inminente. Estamos al comienzo de un largo y penoso proceso. No hay que plantearse expectativas poco realistas, dijo Annan luego de reunirse en Berlín con el canciller alemán Gerhard Schroeder, quien por su parte afirmó que para lograr una salida al conflicto será necesaria más paciencia de la que puede aspirar todo hombre razonable.
QUIEN ES VUK DRASKOVIC, EL VICEPREMIER QUE
CAYO Por Alfredo Grieco y Bavio A sus 52 años, Vuk Draskovic lidera el Movimiento Serbio de Renovación (SPO), un partido monárquico. O más exactamente, un movimiento: Draskovic desconfía de la partidocracia. Hasta ayer, cuando Milosevic le pidió la renuncia, era viceprimer ministro de Yugoslavia. Sin embargo, dijo, seguirá sirviendo a la Patria. Draskovic comparó a los serbios con los judíos de la Segunda Guerra Mundial. Todos los serbios somos víctimas de esta venganza colectiva, de este ciego odio, explicó. La renuncia de Draskovic, sin embargo, fue celebrada ruidosamente como una victoria por un Occidente que no encuentra muchas otras entre los resultados de su campaña militar. En 199O, Draskovic fundó el anticomunista SPO. Ya antes había abandonado el periodismo para escribir una decena de novelas de tema y entonación nacionalista. Sobre una de ellas, que lleva el gráfico título de Cuchillo, se filmó uno de los últimos films yugoslavos. Draskovic sigue soñando con armas. Ayer, en la conferencia de prensa que siguió a su dimisión, dijo: A menudo, de noche, sueño, que tengo alas y que soy un arma especial que puede destruir todos los aviones de la OTAN. Durante las guerras de Croacia y de Bosnia, Draskovic fue visto por Occidente como alejado del belicismo, aunque no del nacionalismo, serbio. En 1996, una serie de manifestaciones multitudinarias en Belgrado hizo pensar durante tres meses que en Yugoslavia iba a moderarse el autoritarismo político nunca interrumpido desde diez años antes, con la llegada de Slobodan Milosevic a la dirigencia del Partido Comunista serbio. El foco de las protestas era el fraude electoral, que había dejado a Milosevic en el poder. En aquella ocasión, muchos, incluso del SPO, llevaban banderas europeas y norteamericanas. Pero en 1997 Draskovic ya no veía tan mal a Milosevic, y participó en unos comicios que el resto de la oposición prefirió boicotear. Su acercamiento al régimen culminó el 21 de enero, cuando asumió como viceprimer ministro federal en el contexto de una condena internacional casi unánime para Yugoslavia por el genocidio de los albaneses étnicos en la provincia serbia de Kosovo. La renuncia de Draskovic deja con más fuerza al otro partido que forma la coalición gubernamental de Milosevic. Es el Partido Radical Serbio de Voyislav Seseli, un viejo amigo y correligionario de Draskovic, y ex paramilitar en las guerras de Croacia y Bosnia. Cada uno fue padrino en la boda del otro. Ahora están distanciados. Y según el New York Times, algunos funcionarios yugoslavos se preguntaban si las declaraciones de Draskovic no fueron calibradas con precisión para apartarse de un gobierno donde sabe que no puede llevar las de ganar.
Una ciudad y su canciónpara los niños muertos The Guardiande Gran Bretaña Lo que quedó de los 12 niños de la calle Jovina está apilado en cuatro mesas de metal en el cuarto trasero de una morgue azulejada de blanco. La calle lleva ese nombre en honor de Zmaj Jovina, un autor de poesía para niños que comenzó a escribir cuentos después de haber perdido a sus siete hijos a manos de la tuberculosis. Ahora, la calle Jovina tiene 12 niños más a los que llorar. El lunes, entre el mediodía y la 1 de la tarde nadie parece recordar exactamente cuándo murieron cuando un misil de la OTAN entró al sótano que era su escondite. Tenían entre cinco y 11 años, dijo el Dr. Alexander Nicolic, aunque era imposible determinar la edad de las cuatro pilas de restos humanos sobre la mesa. La mayoría era de la familia Voyislav. Estaban esperando que regresara su abuelo, que había ido a buscar verdura para la ensalada del almuerzo al jardín de su hermana. A Milic Voyislav le gustaba ser útil cuando estaba en casa de vacaciones. Durante 31 años había trabajado en una fábrica de automóviles en Colonia, criando a sus hijos en la riqueza de la industria alemana. Estas vacaciones estaba cumpliendo con una promesa hecha mucho tiempo atrás: la familia Voyislav finalmente iba a tener una antena satelital. Dragan llegó al mediodía para instalarla. Fue entonces que llegaron los aviones, volando alto sobre los extendidos suburbios de Surdulica. Ahí, la mayoría de las casas fueron levantadas con el dinero de padres inmigrantes; casas simples de dos pisos, construidas entre las décadas de 1970 y 1980, cada una con un automóvil en la entrada.Cuando los aviones de la OTAN terminaron de pasar, el automóvil blanco de cuatro puertas en la entrada de la casa de Milic Voyislav estaba aplastado como un panqueque, apenas se distinguía su número de placa VR633-52 y por lo menos 20 personas, 12 de ellas niños, habían muerto. Ahora es de noche y los que levantan los escombros todavía están trabajando bajo los arcos de luz eléctrica. Hombres vestidos de azul, con cascos blancos y guantes de goma, están rastreando entre los escombros en busca de más cuerpos. Un anciano con los jeans cubiertos de polvo encuentra entre los destrozos su alfombrilla de piel de oveja y un par de pantalones. Los sacude, los dobla y cuidadosamente los apoya a un costado. A su lado, Ilica Srebena está diciendo: Mi hermana está aquí en alguna parte, está aquí en alguna parte. No entiendo. ¿Qué trataban de atacar? Los cuarteles están vacíos desde el comienzo y ellos los bombardearon el 6 de abril. No hay nada más aquí, no esperábamos que vinieran. No hay señales de los soldados o camiones que la OTAN pueda haber estado buscando en Surdulica. El camino a la ciudad, a unos 600 kilómetros al sur de Belgrado, es una ruta fantasma. En una época, los camiones de Alemania, Austria y Hungría pasaban por Serbia camino a Grecia, Bulgaria y Rumania. Ahora no hay nada. Más al sur, la gran ruta se convierte en una huella de barro a través de un pueblo, que gira bajo los puentes del siglo XVI y sigue a través de hosterías de montaña. Se ve la silueta de los soldados en los portones de las casas de sus comandantes, sus camiones estacionados en los graneros de los campesinos o en precarios cobertizos de techos de chapa. Están lejos de los cuarteles militares en ciudades como Surdulica y las calles donde los Voyislav viven.En Gran Bretaña, las instalaciones hospitalarias de Surdulica se llamarían dispensarios, un lugar común donde las mujeres dan a luz y los ancianos mueren. Pero el martes a la noche, no era un lugar que perteneciera a los humanos. En la primera habitación de la morgue, bajo las fuertes luces eléctricas, un mantel blanco gigante contenía una masa de carne humana: los padres y los abuelos de los niños de la calle Jovina. Partes de cuerpos estaban mezcladas con alfombras deshilachadas, diarios, carne desgarrada y huesos pelados. Tres generaciones de la familia deMilic Voyislav están aquí. En algún lugar entre ellos quizás esté Dragan, el hombre que vino a instalar la tan esperada antena satelital. El amigo de Dragan estaba parado en la morgue. La estaba poniendo en el techo de la casa de Milic, dijo. Lo vi ahí arriba, luego golpeó la bomba y cuando di vuelta mi cabeza vi que no había Dragan y no había techo. Milic Voyislav, un abuelo de unos 60 años, que trabajó toda su vida en Colonia, había venido a visitar a su familia, y ahora no queda ninguno de ella. En algún lugar de la morgue están su mujer Vesna, su hija Llijana, su hijo Dladica, sus nietos Jana, Maina y Sash, su hermano Alexander y la mujer de Alexander, Stamena. Fui a lo de mi hermana para buscar ensalada para el almuerzo, dijo el anciano, y cuando llegué frente a mi casa vi que había desaparecido y entonces mi vecino me dijo están todos muertos.Traducción C. D.
ALBERTO GARCIA, DE MEDICOS DEL MUNDO Por F.G. Todavía no hay un conflicto abierto, pero la tensión está creciendo, no sólo entre los gobiernos de Montenegro y Serbia, sino también entre los mismos ciudadanos montenegrinos. Así describió la situación en la república yugoslava de Montenegro el médico argentino Alberto García, quien integra la delegación de la organización Médicos del Mundo, que viajó a la zona del conflicto ante la catástrofe humanitaria desencadenada por los desplazamientos de refugiados kosovares que huyen del ejército y los paramilitares serbios. En diálogo telefónico con Página/12, García no sólo resaltó que el estado actual de los refugiados empeorará en los próximos días con el embargo petrolero decidido por la Unión Europea; también explicó la situación política que se vive en esa república, a raíz de la conflictiva relación con el gobierno de Slobodan Milosevic. El miércoles pasado, el diario británico Financial Times publicó que el Ministerio del Interior de Montenegro había recibido una carta de Belgrado, en la que lo exhortaba a subordinar la policía montenegrina directamente al ejército de Yugoslavia. Ante el rechazo del presidente montenegrino, Milo Djukanovic, de unirse a Serbia contra la OTAN, la tensión entre las dos repúblicas yugoslavas aumentó hasta el punto de que se empezó a hablar de un inminente golpe de Estado serbio. ¿En qué parte de Montenegro está usted ahora?En la localidad de Rozaje, en la frontera montenegrina con Kosovo (al sudeste). Es en la alta montaña, una zona de mucho frío que es uno de los puntos de entrada de refugiados a la república. ¿Cuál es la situación de la policía de Montenegro?La policía no está subordinada a Serbia, por ahora sigue manteniendo el control en la república, pero la tensión con el ejército (serbio) está aumentando rápidamente.¿Notó algún movimiento atípico de fuerzas militares en los últimos días?Sí, hay un desplazamiento inusual de tropas en Montenegro que se nota a simple vista. Hay muchos más controles de lo habitual y, aunque la policía montenegrina sigue respondiendo al presidente de Montenegro, hay una presencia impresionante de tropas del ejército federal en la república. Yo he visto esta tarde (por el martes), cuando volvía desde Podgorija, un gran despliegue del ejército que, hace dos días cuando hice el camino inverso, no había visto. ¿Cuál es el clima político al interior de Montenegro?La situación es de una gran tensión, tanto entre Montenegro y Serbia, como al interior mismo de Montenegro. Desde que empezó el conflicto, todos los partidos políticos resolvieron mantener la neutralidad de la república, pero a más de un mes del inicio de los bombardeos, una parte importante de la opinión pública empezó a presionar para alinearse con Serbia y darle apoyo a Milosevic. Mientras tanto, el sector que apoya al actual presidente (de Montenegro) Djukanovic también ejerce presión pero para mantener la misma actitud que tienen hasta ahora: la neutralidad.¿Hay riesgo de que se produzca algún enfrentamiento civil?Por ahora no creo. La única manifestación abierta fue el jueves pasado, cuando se realizó un manifestación en contra de la OTAN, pero nada más. Sin embargo, la tensión entre las dos posiciones es enorme y se ve sobre todo en la polarización de la opinión pública. Yo diría que la división es mitad y mitad. No hay un enfrentamiento civil, pero las posiciones se están endureciendo. En esa situación de extrema tensión, ¿cómo es la relación entre la policía de Montenegro y el ejército que responde a Milosevic?Tampoco están abiertamente enfrentados, pero se nota en la calle que son dos fuerzas diferentes. Los controles siguen en manos de la policía, pero el ejército tiene una presencia que antes de este conflicto (entre las dos repúblicas) no tenía. Hay un hecho llamativo: en estos días, la policía montenegrina se multiplicó por diez, aumentó increíblemente lacantidad de efectivos que hay en la calle. No se puede negar que el riesgo de que se produzca un enfrentamiento es bastante alto.
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