Por Facundo Martínez En medio de un clima de
nerviosismo e impotencia, Boca sacó un punto de la galera al empatar sobre el final con
Colón por 1 a 1, en lo que fue la peor presentación del conjunto que dirige Carlos
Bianchi en lo que va del torneo. Lo mejor del partido fue la actuación de Colón que
salió a jugarle de igual a igual al puntero y por largos momentos pareció ser superior a
su rival. Los santafesinos se mostraron mejor parados en la cancha y aprovecharon todos
los errores de la defensa de Boca que, sin Samuel, se mostró lenta, imprecisa y
vulnerable. El árbitro Oscar Sequeira se equivocó, y mucho: ante la duda cobró siempre
para Colón.Boca salió a jugar con todo, pero la agresividad le duró apenas cinco
minutos, porque los volantes de Colón no se quedaron atrás y poco a poco comenzaron a
adueñarse del medio de la cancha. El partido fue abierto y peleado, y la lucha en el
medio desconectó a los volantes xeneizes de la dupla alternativa BarijhoPalermo,
que no dio resultado. La presión de los puntas de Colón, Fuertes y Gorostidi, y los
anticipos de Córdoba, Aguilar y Cantero alcanzaron para desequilibrar el mecanismo de
Boca, que sintió claramente las ausencias de Samuel y del mellizo Guillermo. Claro que en
algunos pasajes del encuentro Boca manejó la pelota pero todos los intentos del puntero
murieron en los defensores de Colón que rápidamente le tomaron el tiempo a Barijho,
Basualdo y Palermo, y prácticamente los anularon, por lo menos hasta mediados del segundo
tiempo. Colón sorprendió a su rival porque jugó mejor aprovechando los errores que
produjeron los volantes y defensores xeneizes que estuvieron muy imprecisos. A los 28
minutos llegó el gol de Fuertes y esa diferencia acicateó a los jugadores de Boca. La
desesperación por la derrota parcial y las desinteligencias que llegaron con ella
hicieron que el planteo xeneize cayera en un agujero negro. En las tribunas, casi en
presencia de una tragedia, los hinchas trataron de explicarse el imprevisto espectáculo
insultando al árbitro Sequeira, quien cometió muchos errores que, esta vez, perjudicaron
a Boca. Durante el segundo tiempo el partido no cambió. Boca siguió mal y Colón, más
preocupado por no perder, comenzó a especular con el contragolpe. La entrada de Giménez
por Basualdo le cambió el ritmo al juego de Boca y acentuó el conservadurismo de Colón.
Francisco Ferraro cambió un punta por un volante y ahí se acabó el ataque de los
santafesinos. Sobre el final, a puro nervios, llegó el centro de Cagna y la cabeza de
Palermo para alcanzar el empate, que le sirvió a Boca para mantener la distancia sobre
River, y a Bianchi para igualar el récord de 39 partidos invicto en campeonatos oficiales
que ostentaba, como técnico, Juan José Pizutti desde 1967.
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