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Página/12 en Londres Por Marcelo Justo Desde Londres Tres muertos y más de 65 heridos, muchos en estado crítico, es el saldo provisional de la bomba que colocó el viernes un grupo de extrema derecha inglesa en un pub gay en pleno centro de Londres. Se trata del tercer atentado en menos de tres semanas reivindicado por el mismo grupo de extrema derecha, los White Wolves (Lobos Blancos). En los tres se usó la misma metodología y un blanco similar: una primitiva pero potente bomba de clavos, oculta en una bolsa y abandonada en un lugar público vinculado a alguna minoría nacional. El sábado 19 de abril, una bomba en un mercado de Brixton, un barrio al sur de Londres que tiene la más importante comunidad negra de la capital, dejó decenas de heridos, entre ellos un bebé de meses al que hubo que extraerle clavos de la cabeza. El sábado 26 el lugar elegido fue Brick Lane, en el este de Londres, donde habita una minoría oriunda de Bangladesh: la explosión sólo dejó tres heridos gracias a la decidida acción de un transeúnte que colocó la bomba en el baúl de su coche. La policía inglesa declaró ayer que se encuentra en estado de máxima alerta e instó a todas las minorías, y en particular a la colectividad judía, a que extremen la vigilancia. El Admiral Duncan, un pub en una zona frecuentada por la comunidad gay en el centro de Londres, era un escenario infernal el viernes poco después de que la bomba estallara a las 18.37. Hora pico de la semana, el pub estaba abarrotado de gente, mucha de la cual, para huir del amontonamiento y disfrutar de un día inusualmente caluroso, se habían llevado sus pintas de cerveza a la vereda. La explosión sacudió a toda la calle. En seguida el Admiral Duncan se convirtió en una nube de fuego y humo, dijo un testigo presencial. Cuerpos desparramados por el lugar, inconscientes o incapaces de moverse, gente que salía gritando, sangrando, desorientada por el poder de la explosión, presa del pánico, de la posibilidad de una segunda bomba colocada en el lugar. Es difícil precisar cómo van a evolucionar muchos de los heridos. Hay amputaciones, heridas profundas con metal o clavos, indicó uno de los médicos del hospital St. Thomas. Según la información del hospital, de los 68 heridos hay 23 graves y por lo menos cuatro en una condición muy seria. El ministro del Interior Jack Straw se hizo presente ayer en el hospital y después de visitar a las víctimas condenó el atentado. Este es un ataque que se realiza contra todos y cada uno de nosotros, indicó el funcionario laborista. En un sentido similar se pronunció el jefe de la Policía Metropolitana, sir Paul Condon, quien hizo hincapié en que se había nombrado a un oficial para que hiciera de enlace con la comunidad gay. Mientras tanto el presidente del British Board of Deputies, la institución máxima de la comunidad judía en Gran Bretaña, indicó que se adoptarían medidas especiales de seguridad. Las sinagogas aumentarán a partir de ahora las medidas de seguridad ya existentes y tendremos patrullas especiales en los barrios judíos, dijo su portavoz Mike Whine. Los White Wolves son un desprendimiento del principal grupo de extrema derecha violento, los Combat 18, que toman su nombre de la primera y octava letra del alfabeto en honor a las iniciales de Adolf Hitler. Recientemente enviaron una serie de cartas a diputados y personalidades representativas de las distintas minorías indicándoles que debían abandonar el país o serían exterminados. Judíos y no blancos que permanezcan en Gran Bretaña después de 1999 serán exterminados. Cuando el reloj dé las doce del 31 de diciembre de 1999 los lobos empezarán a aullar y cuando los lobos aúllan es porque salieron a cazar, señalaba la carta.La policía no descarta que haya una conexión con un grupo serbio de extrema derecha que lleva el mismo nombre. Según los expertos en racismo, hay una docena de grupos de extrema derecha en Gran Bretaña que juntos tendrán entre 300 y 500 miembros, muchos de los cuales concentran sus actividades en las canchas de fútbol alentando los desmanes de los hooligans. A diferencia de otros países europeos como Francia, Austria e Italia, donde los movimientos neofascistas tienen considerable apoyo popular, los fascistas ingleses son electoralmente insignificantes. Ni siquiera en su época de apogeo, previo a la Segunda Guerra Mundial, consiguieron tener un diputado en el Parlamento. En 1993, cuando el desempleo superaba los tres millones de personas, ganaron una concejalía municipal que perdieron en seis meses después. La reducción del desempleo desde esa fecha redujo aún más su ya exiguo impacto electoral. Paradójicamente, quizá sea su misma debilidad la que los haya llevado a lanzar estos sangrientos aullidos.
EL BARRIO GAY DE LONDRES DESPUES DEL ATAQUE The Guardian de Gran Bretaña
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