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CONVERSACION CON JUAN PABLO SORIN
“Si uno no tiene sueños es como si no viviese”

El lateral de River está en su mejor momento y es de nivel más parejo en el fútbol doméstico. Entre partidos, viajes y concentraciones, se las ingenia para conducir su programa de radio y salir de la burbuja de la pelota.

Juan Pablo Sorín ya jugó en Europa y es figura en River.
“Admito que el fútbol es un negocio pero es mucho más que eso.”

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Por Gustavo Veiga

t.gif (862 bytes) En el pequeño estudio de radio, Juan Pablo Sorín juega con los auriculares y el micrófono. Maneja los tiempos como en la cancha, pero no tiene la camiseta de River puesta. Parece un estudiante desprejuiciado, que disfruta de lo que hace. Habla de política, literatura y otros temas que poco o nada tienen que ver con el fútbol. Lo abordamos con una propuesta idéntica y comenzó a desgranar sus ideas midiendo el alcance de cada palabra.
–¿Cuál es el grado de compromiso que puede tener un futbolista con el país y su gente?
–Es difícil hablar de eso. Uno imagina que ser una persona pública es muy lindo. Salir a la cancha y brindarle una alegría a la gente los domingos. Después, lo que cada uno haga en su vida privada es una cuestión personal. Un jugador debe comprometerse amando al fútbol, sintiendo este deporte.
–¿Alguna vez te costó un dolor de cabeza hacer públicas tus inquietudes?
–No, nunca.
–¿Te interesa todo aquello que rodea al poder?
–El poder no me interesa. Me da hasta cierto temor el significado de esa palabra, por cómo se usó en este país durante los últimos años y por lo que envuelve. Poder es sinónimo de vanidad, de manejar muchas cosas, de estar arriba. Pero eso no quiere decir que sea malo o que la política sea igual.
–¿Qué pensás de los hombres que se perpetúan en el poder o que pretenden hacerlo con recursos reñidos con las leyes?
–Mientras todo se haga sin violar la Constitución, me parecen perfectas las ambiciones si se tiene en cuenta el sentimiento del pueblo. Pero si las cosas se hacen por apetencias personales, está mal. Como también es malo que se quiera hacer un plebiscito si está prohibido.
–¿Cómo definirías el poder del fútbol?
–El poder en el fútbol, como en todos lados, existe. Por algo hay clubes grandes y chicos, está la AFA y completaría esta síntesis con la televisión y el monopolio que ha creado Torneos y Competencias.
–¿Con cuál de estas frases te identificás: el fútbol es mucho deporte para ser un negocio o es mucho negocio para ser un deporte?
–No me gusta elegir una de esas dos. Yo no lo siento como un negocio -por más que lo admita– y me permita comer. Al fútbol lo vivo desde muy chiquito y, aunque suene superlativo, es como un arte, como el amor más fiel. Por eso, cuando se mezclan estas cosas, hasta me duele.
–Si te convocaran para disputar un partido contra la campaña de la OTAN en Yugoslavia, ¿aceptarías jugarlo?
–(Sonríe primero y después responde.) Es un tema en el que no me quiero meter. Repudio antes que nada las guerras. Este asunto lo deben abordar los especialistas y, más aún, la gente que lo está viviendo.
–¿En qué causa volcás tus energías o tus sentimientos más allá del fútbol?
–El programa que hago en la radio es uno de los caminos para que se acerque gente que nos permite hacer donaciones a lugares donde las necesitan, como comedores, escuelitas o el Patronato de la Infancia.
–¿No te parece que es bueno hablar de la solidaridad en una época en que escasea?
–Siempre tratamos de hacerlo en la radio. Y en esto marco la actitud de los futbolistas que, cuando se necesita plata para una operación o jugar a beneficio, están a disposición. En ese sentido, los jugadores le cierran la boca a mucha gente que tiene prejuicios.
–Ya transcurrió un tiempo considerable desde que finalizó la huelga de jugadores, ¿creés que sirvió para algo?
–Sí, se ha parado bastante la violencia y, fundamentalmente, les han devuelto el trabajo a nuestros colegas. Y aunque fue un paro que muchas personas tildaron de raro, hasta hoy sirvió.
–¿Cuál es tu opinión sobre las ideologías en los tiempos que corren?
–Mientras el hombre exista, van a existir las ideologías. En este país, después de la dictadura más sangrienta y más terrible que tuvimos, desapareció una generación muy pensante. Por eso, estamos viviendo un poco la resaca del temor a meterse nuevamente en política. Pero no murieron las ideologías ni las utopías. Si uno no tiene sueños es como si no viviese.
–¿Qué sabés de aquella generación de los setenta?
–Era muy grossa, sin entrar en la lucha armada o en las divisiones, creo que era una generación muy fuerte y que quería cambiar al mundo en serio.
–¿Se corrió el límite político a la derecha a escala mundial?
–Se corrió a un escalón más arriba, para el lado del capitalismo. O sea, en el sentido de que cada vez se separan más las clases y cada vez sufre más el pueblo. Y, por otro lado, vivimos pendientes de que baje el alpiste en Asia y podamos sufrir una crisis.
–¿El sueño de la Argentina rica y opulenta ha quedado sepultado para siempre?
–Mucho no nos queda. No tenemos luz, no tenemos teléfonos, está todo en manos de capitales extranjeros. Sí creo en la juventud argentina con recovecos de una cosa cultural muy fuerte. La cuestión es que hay un país rico en cosas y ricos que nos han sacado las cosas.
–¿Se juega al fútbol como se vive?
–Sí, en muchísimos casos se da algo así. No es tan político el concepto, es más sobre la vida, más humano. Si uno es generoso en la vida, quizá lo sea adentro de la cancha. Siempre me gustó el fútbol lírico y bien jugado.
–¿Con qué jugador te identificás respecto a la generosidad que debe privar en un campo de juego?
–Maradona fue la generosidad, la alegría y esas dos cosas mezcladas con el talento. Magia total, pero además, una pizca de egoísmo que lo hizo grande. A mí también me gustaba mucho Platini. Era francés en todo.
–¿Siempre respondés cada pregunta buscando la palabra justa, como si midieras lo que vas a decir?
–Sí, aunque hay excepciones.
–¿Cuáles? ¿Las notas de vestuarios?
–En las de vestuarios uno no medita tanto, porque te preguntan siempre lo mismo y se responde igual. Se habla de que te ponés el casete, pero no hay otra.

 

Fútbol, prensa y después

–¿Qué considerás que se hizo mal y debería cambiarse de la relación entre la selección nacional y los medios?
–De eso no hablo porque yo no estuve en el Mundial de Francia. La respuesta la dejo para la gente que vivió ese proceso.
–¿Se dialogó sobre este tema con Bielsa?
–En este ciclo la relación con los periodistas es buena y muy cálida.
–¿Cuál es tu impresión sobre la prensa deportiva?
–Creo que hay muy pocos programas buenos de fútbol. “El Aguante” y “Simplemente Fútbol” y, por supuesto, “Fútbol de Primera”, que me parece un programa distinto en el mundo en cuanto a las imágenes.
–¿Qué tipo de notas te interesan?
–Me sigue gustando el periodismo de investigación, el que tiene fundamento y profundiza, como algunas cosas distintas que hacía Quique Wolff o lo que era “Fútbol Prohibido” de Diego Bonadeo.
–¿Aceptarías integrar el staff de “El Equipo de Primera”?
–No. No quiero desmerecer a nadie, ni entrar en polémicas. Pero no es un programa que me guste.

 

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