El gobierno provincial duda. No sabe si hacer una hoguera pública con los documentos o llamar a los investigados y entregarles las carpetas, a modo de disculpa. Se trata de los datos recogidos por la Policía de Mendoza en las tareas de espionaje y seguimiento que realizó hasta hace dos meses. "No sirven ni para espiar", comentó un asesor del ministro de Seguridad, Alejandro Cazabán, después de que éste dijera que los papeles estaban llenos de "imprecisiones y vaguedades" a tal punto que algunos de los políticos cuyanos más conservadores fueron catalogados como marxistas.
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