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Luego de siete horas de oscuridad casi total, en la mañana de ayer la República Serbia reinició el suministro de electricidad, interrumpido tras el ataque de la OTAN con bombas de grafito. Estas armas ultrasecretas según el portavoz del Pentágono Kevin Bacon generan cortocircuitos en los sistemas eléctricos. Los voceros aliados festejaron la eficacia de esta nueva arma, pero también debieron reconocer dos capítulos más en su serie de errores. El primero fue el ataque, ocurrido el domingo, a un ómnibus que transportaba civiles cerca de Pec, en el suroeste serbio. Hasta el momento murieron 17 personas, según los medios serbios. El segundo fue una bomba que cayó ayer en territorio de Macedonia, uno de los dos países receptores de refugiados y que ayer visitó el premier británico Tony Blair. En este caso, no hubo víctimas. Durante la madrugada del domingo y la noche de ayer, la OTAN también realizó bombardeos convencionales contra objetivos que ya habían sido atacados: la fábrica Krusik, de Valjevo, la refinería de petróleo y el edificio de la Radio y Televisión Serbia (RTS) en Novi Sad, puentes en Prijepolje, supuestas bases militares en Pristina, la capital de Kosovo. En cuanto a la novedad de los ataques contra el sistema eléctrico de la República Serbia no quedó afectado el suministro para Kosovo y Montenegro, las nubes de polvo de grafito, elemento conductor de electricidad, cayeron sobre las centrales termoeléctricas de Obrenovac y Kostolac. Es un arma secreta, de la cual preferimos no hablar públicamente, señaló Bacon, quien agregó que la estrategia tuvo como objetivo sembrar la confusión en el sistema de comando del Ejército yugoslavo. Otra novedad que presentaron los cuadros aliados es la aplicación de la teoría conspirativa para explicar sus propios errores. Si bien el portavoz de la OTAN, Jamie Shea, admitió como fallido el ataque al ómnibus cerca de Pec, expertos aliados que pidieron el anonimato creen que entre los muertos podría haber gente de azul, en alusión a las fuerzas militares serbias en el autobús atacado. Estas mismas fuentes dijeron sospechar que, desde el bombardeo de los convoyes de Djacovica ocurrido el 14 de abril pasado, el Ejército yugoslavo está utilizando autobuses civiles para transportar también soldados o policías que participan en operaciones militares en Kosovo. Según esta interpretación, los serbios limpian de víctimas militares los restos del vehículo atacado, antes de que lleguen las cámaras de televisión. Desde este punto de vista, los ataques aliados a estos convoyes son legítimos, de acuerdo con estas fuentes. Mientras tanto, el secretario general de la OTAN, Javier Solana, descartó la posibilidad de que se desplieguen tropas terrestres. Primero hay que ganar la guerra por el aire, dijo Solana, porque conquistar Serbia no está en nuestros planes. En una entrevista con la cadena española Antena 3, Solana afirmó que una fuerza terrestre internacional sólo entrará en Kosovo para garantizar el regreso de los refugiados. Reconoció que en esta provincia está desplegada una parte importante del ejército serbio, pero que allí es difícil atacar porque los objetivos civiles y militares están muy mezclados.
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