Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Cuando para Kosovo (no) me vuelvo

Tony Blair prometió ayer en Macedonia que los refugiados volverán a Kosovo. Para muchas mujeres albanesas nada será igual.

na20fo01.jpg (13287 bytes)


The Guardian 
de Gran Bretaña

Por Jhon Hooper, Chris
        Ward y Lucy Ward

Desde Macedonia


t.gif (862 bytes)  "Tony, Tony", gritaban ayer en Macedonia los refugiados, bajo un sol de primavera que hacía que empeorara el olor de la basura del campo donde están concentrados. El premier británico Tony Blair les prometió que todos volverán a Kosovo. Es obvio que las cosas no volverán a ser iguales.

Ferida no es su nombre real. Ella es una estudiante de 23 años que entró en Macedonia hace ya tiempo. Había estado viviendo en Pristina, la principal ciudad de Kosovo. Después que los serbios comenzaran su campaña de limpieza étnica, ella se dirigió a su ciudad natal de Urosevac, al sur de Pristina, donde se enteró de que su familia ya había huido.

Ella y dos amigos determinaron que también escaparían y decidieron hacer el viaje juntos en coche. "A pocos kilómetros de la frontera nos pararon unos serbios enmascarados y armados que vestían ropas civiles", dijo. "Primero tomaron nuestro dinero. Luego sacaron a mis amigos del auto y les pegaron salvajemente con las culatas de sus rifles. A mí me llevaron lejos, a una casa donde me obligaron a quitarme la ropa. Luego los hombres me violaron. Eran cuatro." Después la dejaron ir. Encontró a sus dos amigos, pero estaban tan malheridos que ninguno podía manejar. Ferida terminó manejando ella, aunque la acababan de violar.

La historia de Ferida, que ella cuenta con asombroso desinterés, no pudo ser verificada. Ella dice que a su llegada al campo de refugiados de Brazda, al norte de Skopje, había buscado asistencia médica en el primer puesto de ayuda dirigido por un equipo médico de la OTAN. Pero el puesto estaba atendiendo más de 300 casos por día y ninguno de los médicos de guardia la podía recordar.

Otras historias de horror están surgiendo entre los refugiados kosovares en Macedonia. Los relatos de primera mano siguen surgiendo en los campos. Un hombre que quiso identificarse solo como Sadik, de 23 años, dijo que había visto cómo se llevaban a una chica adolescente del pueblo de Llovc. En el campo de refugiados de Stankovic, Ferida Kamberi describió cómo los serbios involucrados en la evacuación del distrito de Pristina donde ella vivía habían exigido 1000 marcos alemanes para no llevarse a la hija de 15 años de una vecina.

La semana pasada, una mujer joven en el campo de Neprostend, en el noroeste del país, sufrió un ataque epiléptico mientras la entrevistaba un equipo de la televisión italiana. Después contó que la habían golpeado durante su huida de Kosovo. Pero sus parientes dijeron en privado que, en realidad, la habían violado. Esto último es más probable, dada la tradicional resistencia de los musulmanes kosovares a revelar los ataques sexuales que sufren. Hasta ahora, no existe una firme evidencia en los relatos de los refugiados llegados a Macedonia que puedan confirmar las sugerencias de la OTAN sobre violaciones sistemáticas, a diferencia del tipo de ataque sexual horrible pero aislado al que Ferida dice que fue sometida. La historia real no se conocerá hasta que finalicen las investigaciones que se están llevando a cabo.

Mientras tanto, el Vaticano se opuso a la distribución de píldoras para "la mañana siguiente" por parte de los asistentes de la ONU a refugiadas kosovares. La máxima autoridad del catolicismo dijo que su uso en víctimas de violación era equivalente a un aborto. Monseñor Elio Sgreccia, vicepresidente de la Academia Pontificia de la Vida, dijo que la píldora era una "técnica verdadera de aborto" que no debía confundirse con un anticonceptivo.

(Traducción: Celita Doyhambéhère)

 

PRINCIPAL