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Shuberoff calcula que la UBA debera cerrar por falta de fondos
Solo hay recursos hasta octubre

El rector de la Universidad de Buenos Aires advierte que la casa de estudios corre peligro si se concreta el recorte de gastos educativos, que se suma a los fondos que el Estado ya adeuda a la educación superior. Clases públicas y protesta callejera.

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Un Menem con tijera, imagen de ayer en las manifestaciones contra la poda de gastos.
“Es una pésima decisión elegir la educación para ajustar los gastos”, dijo el presidente del CIN.

Por Javier Lorca y Cecilia Sosa

t.gif (862 bytes) El anuncio más grave salió de la boca del rector de la UBA, Oscar Shuberoff: “La universidad se quedará sin presupuesto para pagar sueldos y afrontar gastos. Nos veremos obligados a cerrar las puertas de todas las facultades, colegios, institutos y hospitales”, amenazó en coincidencia tácita con la ministra Susana Decibe. Es la alianza de hecho contra Roque Fernández.
Las universidades nacionales están al borde de una crisis agónica. La guillotina que amenaza sus cabezas es un recorte presupuestario de cien millones de pesos, decretado por el Poder Ejecutivo. El decreto está firmado –y reduce en 1055 millones el presupuesto nacional–, aunque todavía no está confirmado cuánto perderán el Ministerio de Educación y, en particular, el sistema universitario. De todos modos, se suma un recorte de facto: el Gobierno le adeuda a la Universidad Pública treinta millones de las partidas correspondientes a los primeros meses de este año. Ayer, Buenos Aires sufrió los primeros coletazos de la reacción universitaria. Autoridades, profesores y estudiantes de la Universidad de Buenos Aires salieron a la calle y dictaron clases públicas en repudio a la tijera oficial que pretende restarle 280 millones a los fondos educativos.
Si el Gobierno no da marcha atrás, Shuberoff estima que los fondos sólo alcanzarán hasta el primero de octubre. Ese día, la UBA se autoproclamaría clausurada y dejaría de dictar clases a sus 220 mil alumnos. Seguiría el rastro dejado por Racing Club, el club que cosecha la afición del rector. En una conferencia de prensa realizada ayer en la sede de Ciencias Económicas, Shuberoff dijo que el decreto del Ejecutivo vulnera la Constitución y anunció que la UBA recurrirá a la Justicia: “Ya en el ‘95 quisieron hacer lo mismo. Pero los jueces nos dieron la razón y tuvieron que devolver el dinero y agachar la cabeza”, recordó en su primera aparición pública tras los problemas de salud que sobrellevó el mes pasado. “No va a ser fácil que nos dobleguen. Tendrán que aplastar la Constitución y espero que no estén dispuestos a hacerlo”, desafió. Y concluyó: “El recorte pone al desnudo el papel que tiene la educación para los responsables de este desatino”.
Pese a que no recibieron ninguna comunicación oficial, las universidades casi dan por seguro que el recorte se llevará los cien millones de pesos que habían recibido como aumento para el presupuesto de 1999. Y hacen bien: en diálogo con este diario, la ministra de Educación, Susana Decibe, confirmó que el detalle del decreto que ella se niega a firmar, le quita cien millones al sistema de educación superior (ver página 2). De esa cifra, 16 millones serían los que le toca en suerte perder a la universidad porteña. El aumento de cien millones nació el año pasado con un sino oscuro: nunca fue bien visto por el Poder Ejecutivo. En su momento, el presidente Carlos Menem había vetado el incremento aprobado por el Congreso para la universidad pública. A su turno, la Cámara de Diputados, incluidos oficialismo y oposición, rechazó el veto presidencial y aún se esperaba el veredicto de los senadores, cuando el Ministerio de Economía anunció, la semana pasada, la nueva quita.
“Es una pésima decisión elegir la educación para ajustar los gastos. Lo que hace el Poder Ejecutivo es caprichoso e inadecuado. Y revela un alto grado de irracionalidad. Van a generar una gravísima crisis en la educación y en toda la sociedad”, protestó Enrique Isola, el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el organismo que agrupa a todos los rectores de las universidades públicas del país. “Este nuevo recorte se sumaría a los 30 millones de pesos que el Gobierno todavía no nos giró este año. Pero las universidades vamos a defender con todas nuestras fuerzas lo que había votado el Congreso”, dijo a Página/12 Isola, rector de la Universidad de la Patagonia Austral.
Al interior de la UBA, la protesta logró unir a todos los sectores, shuberoffistas o no, frente al enemigo común. A la amenaza de autoclausura proclamada por el rector, se sumaron también las declaraciones de estado de emergencia permanente anunciadas por los consejos directivos de, entre otras, facultades como Ciencias Sociales, Psicología y Ciencias Veterinarias. El rechazo al decreto de Menem desató ayer el repudio de los gremios de los docentes –Aduba convocó a un paro para el jueves y el viernes–, los no docentes (Apuba), y de todos los centros y federaciones estudiantiles. Anoche, la Facultad de Filosofía y Letras permanecía tomadas por los estudiantes.

 

“Un arma para suicidarnos”

“Parece surrealista que en las vísperas del siglo XXI haya que discutir un recorte al presupuesto educativo. Es pensar qué arma elegimos para suicidarnos”, dijo a Página/12 la vicerrectora de la UBA, Susana Mirande, mientras a su alrededor se desarrollaba una de las cuatro clases públicas que la comunidad universitaria llevó ayer a las calles porteñas. Detrás de Mirande, en el escenario montado en la esquina de Córdoba y Junín, un Menem enmascarado hacía rechinar una enorme tijera sobre la cabeza de los disertantes. Frente a la puerta de la Facultad de Ciencias Económicas, decanos, alumnos y docentes protestaban contra el recorte presupuestario. Los cortes de calles y las clases abiertas comenzaron después de las 17 de ayer, en Independencia y Urquiza, Paseo Colón e Independencia y a metros de la Ciudad Universitaria. A esa hora, todas las facultades cerraron sus puertas. El acto central se hizo frente a la Plaza Houssay y lo inauguró el decano de Económicas. “La universidad ha sido gravemente agredida y vamos a luchar para evitar el tijeretazo”, aseguró Juan Carlos Chervatín, acompañado por un coro de bombas de estruendo. “Están tratando de medir nuestra capacidad de reacción. Espero que con esto den marcha atrás”, se esperanzó la secretaria académica de la UBA, Alicia Camilloni. También Regina Wikinski, decana de Farmacia, Máximo Giglio, de Odontología y Norberto Alayón, vicedecano de Sociales, sumaban allí su reclamo. Mañana, a las 19, las federaciones estudiantiles de Buenos Aires, Rosario, Tucumán y La Plata, entre otras, realizarán un apagón en las diversas universidades.


Tres opiniones contra la poda de la educación y de la universidad

Por Pablo Jacovkis *

No llegamos a fin de año
El recorte propuesto por el Poder Ejecutivo nacional va a resultar un duro golpe a la educación pública en general. Aunque es una barbaridad pensar en ajustar el área educativa, la medida responde a la lógica de este Gobierno, que siempre consideró la educación como un gasto y no como una inversión.
En cuanto al impacto que tendrá sobre la universidad, coincido con el rector de la UBA en el sentido de afirmar que el ajuste propuesto por el Poder Ejecutivo hace peligrar seriamente la finalización del ciclo lectivo. En la Facultad de Ciencias Exactas las consecuencias de esta medida serían gravísimas. El 90 por ciento del presupuesto se destina a sueldos. Como los salarios de los docentes y no docentes son una variable inflexible, cualquier recorte debe focalizarse en las otras áreas. Y la de Ciencias Exactas es una facultad con importantes requerimientos de infraestructura: laboratorios, heladeras, equipamiento en general.
A esto se suma otro dato: el Gobierno también prevé un recorte en el área de Ciencia y Técnica, de donde depende el Conicet. La UBA, al igual que otras universidades, desarrolla programas de investigación financiados por el Conicet, por lo que la medida también tendría un impacto importante en este sentido.
Ante la gravedad de esta medida, el Consejo Directivo decidió entrar en estado de sesión permanente hasta que se resuelva la situación. Los estudiantes ya se manifestaron y volverán a hacerlo, porque lo central es llamar la atención de la sociedad sobre los costos que supondría un recorte de esta magnitud.
En síntesis: si finalmente se concreta el ajuste en el área de la educación, las consecuencias serían gravísimas. A tal punto, que en el caso de la UBA no estaríamos en condiciones de garantizar la normal finalización del año lectivo.

* Decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA.
Por Marta Maffei *

Atropello a la razón
Es una barbaridad y un atropello a la razón este nuevo recorte presupuestario en un país que necesita desesperadamente salir de la recesión y del endeudamiento, de los que todos sabemos que sólo se sale por la vía de la educación porque los demás caminos están obturados.
Desde el Ministerio de Economía, en lugar de procurar reestablecer alguna forma de equidad, devolviendo a los más pobres y a los más necesitados una parte de la riqueza, se los vuelve a castigar y a limitar las políticas sociales para favorecer a los sectores más concentrados del capital. En lugar de hacer una recaudación adecuada, que es el rol principal que debe cumplir su ministerio, Roque Fernández sale a recortar y a achicar la inversión social, cuando en su carácter de economista sabe bien que ésa es una de las pocas políticas anticíclicas que permiten salir de la recesión. Una mejor recaudación y una mejor distribución son las claves para evitar la recesión en la que hemos entrado y mejorar la situación social, muy comprometida a raíz del desempleo, los bajos salarios, la violencia, temas todos que decididamente están vinculados con el proceso educativo. Siempre es malo reducir la inversión educativa, siempre daña a la sociedad restringir el horizonte del conocimiento y las posibilidades de los sectores más empobrecidos de acceder a ese conocimiento, que están centradas casi exclusivamente en la escuela pública. Pero, en una situación como la actual, el daño es doble. Fernández tiene un profundo rechazo hacia la escuela pública y una profunda desvalorización de lo que significa para cualquier proceso de desarrollo o decididamente, teniendo conocimiento de lo que esto implica, ha resuelto seguir boicoteando las posibilidades de nuestro pueblo de tener alguna posibilidad más.
Afortunadamente el fondo de financiamiento educativo no entró dentro del presupuesto porque si no también hubiera caído en la guillotina del ministro, que ahora intenta fagocitarnos de otra manera con esta decisión política con forma de venganza con los trabajadores de la educación y con el sistema educativo.

* Secretaria general de la Ctera.
Por Pablo Javkin y Raúl Sánchez *

¿Y los gastos reservados?
En este país del revés, mientras se protegen los gastos reservados y el presupuesto de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), se recorta ferozmente el presupuesto educativo. Mientras se manifiesta la preocupación por preservar los fondos para la seguridad pública, se desatiende gravemente el área más importante en cuanto a la prevención de los problemas generados por la exclusión social.
Este sinsentido traerá como consecuencia que las universidades públicas no puedan finalizar el ciclo lectivo que ya comenzó. No existe tremendismo en esta afirmación. El presupuesto no va a alcanzar hasta diciembre para afrontar el pago de los salarios y de servicios básicos como el agua, la luz o el gas. Esto se va a trasladar también a las escuelas medias y a los hospitales dependientes de las universidades públicas.
El Gobierno ajusta para afrontar el pago de la deuda externa. Y para ello multiplica la cada vez más pesada deuda interna: la del hambre y la marginación social, la de la desigualdad, la de la desintegración nacional. No hay espacio para la hipocresía. Esta medida se comparte o no. Si no se comparte, no basta con declamar el rechazo, hay que actuar en consecuencia. Cualquier especulación política frente al problema educativo es una actitud denigrante y repudiable.
Los estudiantes vamos a salir a protestar. Vamos a dar clases en la calle y sin luz, como quieren obligarnos a hacerlo. La Argentina necesita de su Universidad Pública. De una universidad con salarios dignos, con excelencia académica, que aporte a la creación y distribución del conocimiento, con inserción social. Una universidad que estudie y contribuya a la solución de los problemas más urgentes de nuestra gente. En estos tiempos, en los que mucho se habla de políticas de Estado, habrá que hablar menos y hacer más. Para que la sola idea de futuro no se convierta en una utopía irrealizable.

* Presidente y secretario general de la Federación Universitaria Argentina (FUA).

 

 

 

“Roque es un perezoso, sólo quiere recortar”

En un reportaje con Página/12, la ministra de Educación criticó  a su colega de Economía y dijo que las planillas que elaboró   con el jefe deGabinete Jorge Rodríguez “son nefastas”.

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Susana Decibe, ministra enojada con ministro.
“Se podría haber negociado mejor con el Fondo.”

Por Nora Veiras

t.gif (862 bytes) Es “perezoso”, “ineficiente”, “en lugar de dedicarse a recortar tendría que recaudar”, dijo sobre Roque Fernández la ministra de Educación, dispuesta a pelear otra batalla y convencida de que el presidente Carlos Menem “todavía no tomó una decisión sobre cómo aplicar el recorte área por área”. En diálogo con Página/12, Susana Decibe confirmó que se sigue resistiendo a que su ministerio no quede condenado a perder 280 millones de los 1055 que el Gobierno se comprometió a recortar ante el Fondo Monetario Internacional.
El enojo de Decibe con Fernández la llevó, inclusive, a coincidir con los universitarios en el rechazo a la poda de 100 millones de pesos que previó Economía. El nuevo match Decibe-Fernández molestó a Menem, pero ella aseguró a Página/12 que a pesar de las “operaciones” que trascienden “a mí nadie me pidió la renuncia y yo no me voy a ir a menos que me lo pidan”.
–¿Qué va a pasar con el recorte para educación?
–No tengo idea, pero las planillas que elaboró Economía con la jefatura de gabinete son nefastas.
–¿Habló con Economía?
–No, para nada. El tema es que el presidente le indicó a Economía que tome medidas para cumplir con el Fondo Monetario Internacional pero sin afectar áreas tan sensibles. Estuvimos veinte días discutiendo y hasta ayer (por el lunes) sigue planteando lo mismo. La primer falta importante es de Economía que no le da alternativas al Presidente. La situación financiera debe ser gravísima para que no se le den alternativas al Presidente para paliar el costo social. Es inexplicable. No es una cifra para tener este problema: se podría haber negociado mejor con el Fondo, incrementar la recaudación, rever las cosas que se está dispuesto a subsidiar como las quiebras de bancos.
–¿Qué programas se afectan con las cuentas de Economía?
–Si se aplica el recorte que ellos hicieron se eliminan 174 millones destinados a la Educación General Básica, 6 millones del Conicet, otros 2 millones de Ciencia y Técnica y 100 millones de las universidades. Esto significa un daño para todas, pero fundamentalmente para las universidades chicas, que no podrán pagar los gastos de funcionamiento. Del ajuste general, habrá 83 millones menos para infraestructura, que en obras son unas 3320 aulas que se dejarán de construir destinadas a cien mil chicos que ingresarían a octavo y noveno año y otros cien mil que no podrán ver mejoradas las condiciones de infraestructura. Además se afectará la reforma administrativa en las provincias, que es una condicionalidad central para el Fondo de Financiamiento. También se paralizará todo lo previsto para equipamiento informático y para laboratorios.
–Usted insiste en que no va firmar el decreto pero el decreto ya está firmado.
–Sí, el decreto está firmado pero no las planillas. Si el Presidente no tiene otra opción es porque el ministro no le da opciones. Voy a comprender la situación del presidente, pero, por principios, no lo voy a firmar. Tampoco estoy condicionando con mi permanencia: yo voy a seguir porque la promoción y gestión del impuesto automotor para el Fondo Educativo depende de este ministerio. Carlos Silvani depende del apoyo nuestro para informar a los contribuyentes porque no tiene ningún respaldo de Economía para hacerlo de manera eficiente.
–Señala que Roque Fernández es ineficiente para recaudar, pero él, en definitiva, es designado por Menem...
–Eso no depende de mí. Yo lo que querría es que Roque cumpla con sus obligaciones. Si no tiene posibilidades de fabricar plata y el único recurso es la recaudación de impuestos y no lo hace, es porque es perezoso y en lugar de trabajar en la recaudación se dedica a recortar, que es más fácil. Parece que el ministro cree que todo se soluciona cortando el gastopúblico pero ya no se puede cortar más. Esto no se hace sin costos sociales y esa es su responsabilidad.
–Pero por lo que dice, ¿la culpa no es del Presidente que lo mantiene a Roque como ministro?
–No voy a juzgar eso, prefiero hablar de las responsabilidades. Esta es mi mirada sobre la situación. No es nuevo esto. En una ponencia en Chile, dije que el problema estructural es la evasión y no hay una preocupación de Economía explicando, enseñando. En realidad, el problema de fondo es que Economía prefiere salvar la ineficiencia del sistema financiero. Si bien es clave tener un sistema financiero fuerte, el problema es que nuestro Banco Central está siempre dispuesto a pagar ineficiencias o corrupciones de bancos que sucesivamente caen, presentan quiebras y esas situaciones son atendidas.
–¿Es decir que usted no va a renunciar?
–El Presidente no ha aprobado nada, tiene la última palabra, está en análisis y discusión.

 


 

LA LOGICA DE LA DISPUTA
Una pulseada ante Menem

Por N. V.

t.gif (862 bytes) “Yo no voy a polemizar por los medios. No voy a caer en ese juego”, le dijo a primera hora de la mañana el ministro de Economía, Roque Fernández, al secretario general de la presidencia Alberto Kohan. En voz baja replicó con la única carta que, sabe, no puede matarse: “En todo caso tendría que reclamarle al Presidente, que ya firmó los decretos”.
Como no ignoran que ningún ministro tiene tanta osadía como para desafiar al mismísimo Carlos Menem, desde la Jefatura de Gabinete los funcionarios empezaron a lanzar los rumores de renuncia de la altisonante ministra. Y, para complicar aún más el difícil equilibrio de la única mujer del gabinete, salió a defender su planteo el precandidato a gobernador peronista, Eduardo Duhalde, el hombre que parece haber sepultado el sueño reeleccionista del presidente.
La usina de nombres lanzó la candidatura del secretario de Planeamiento Estratégico, Jorge Castro. Entusiasta menemista, suele abundar ante sus interlocutores con las bondades de la sociedad informática. “No nos dan ni para aulas y Castro sueña con sofisticaciones hiperinformatizadas”, sonreían ayer en el Palacio Sarmiento descreídos de un recambio de ministro en los últimos siete meses de gobierno. Claro que el complaciente funcionario jamás protagonizaría trifulcas semejantes con el “perezoso” Roque.
En realidad, la disputa Decibe-Fernández se remonta al comienzo de su gestión. “Yo no aprendí nada en la escuela pública”, dijo él al poco tiempo de reemplazar a Domingo Cavallo. Defensor a ultranza del libre mercado, el economista cordobés doctorado en la Universidad de Chicago pretendería que las escuelas compitan entre sí y en lo posible generen sus propios recursos. En definitiva, que sobrevivan los más aptos.
Desde Educación, en cambio, se aferran al rol central del Estado para impulsar políticas públicas que, dicen, “permitan compensar las desigualdades”. La convivencia en el gabinete es más que conflictiva. El sabe de la antipatía social que provocan sus definiciones. Ella aprovecha ese flanco y lleva la batalla a los medios. El Presidente los deja pelear públicamente hasta que lauda. Conserva a los dos, y hacia afuera acuerda con el discurso de ella pero siempre termina avalando los recortes de él. El Fondo Monetario Internacional es más fuerte.

 

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