Por Fernando Almirón
La elección interna del
justicialismo bonaerense va camino al escándalo. Fuentes de la lista que encabeza el
senador Antonio Cafiero adelantaron que no reconocerán ningún resultado de la elección
del domingo porque el oficialismo que encabeza el gobernador Eduardo Duhalde
se negó a que una empresa privada se ocupe de llevar el cómputo de los comicios, el que
ahora quedó a cargo de una junta electoral fraudulenta en la que hay siete
duhaldistas y sólo un representante de nuestra lista. El escenario ya anunciado
para el domingo prevé al gobernador junto al vicepresidente Carlos Ruckauf festejando un
resultado que será considerado falso por parte de Cafiero y el presidente de la Cámara
de Diputados Alberto Pierri, y probablemente se repita en el territorio provincial lo
sucedido en las internas del justicialismo porteño, las que a partir de hoy están en
manos de la Justicia.
Los impulsores de la fórmula Antonio Cafiero-Federico Scarabino que el próximo
domingo enfrentará a Carlos Ruckauf-Felipe Solá por la candidatura a la gobernación
bonaerense por el justicialismo se anticipan al cierre de la elección y pronostican
maniobras de fraude por parte del oficialismo. Por alguna razón Duhalde desechó
contratar a la empresa Correo Argentino, tal como lo habíamos pactado oportunamente, y
dejó el recuento de los votos en manos de una junta electoral que le es absolutamente
adicta, aseguraron ayer en el entorno de Alberto Pierri, quien se ocupa de diseñar
buena parte de la estrategia electoral de Cafiero.
El menemismo pretendió dejar al descubierto la junta al impugnar ante la Justicia a dos
sus miembros, que responden a Duhalde, aduciendo incompatibilidad de tareas.
Se trata de Hugo Curto y Eduardo Bustos, quienes cumplen el doble rol de fiscalizar los
comicios en los que al mismo tiempo se presentan como candidatos a intendente de Tres de
Febrero y diputado provincial respectivamente. Curiosamente se dieron cuenta cinco
días antes de la interna, cuando la junta electoral ya tiene más de cinco meses de
vida, argumentaron desde el duhaldismo desestimando los reclamos de último momento
(ver aparte).
Los cafieristas dicen que no pretenden esconder en denuncias anticipadas de fraude una
posible derrota electoral. Se trata de advertirle a Duhalde que no estamos
dispuestos a aceptar ninguna clase de irregularidades en los comicios del domingo, y que
no dudaremos en armar un escándalo si nos pretenden robar en la junta electoral lo que
ganamos en las urnas, amenazó ayer Federico Scarabino.
Los operadores más pícaros aseguran que en la sede de la junta no hay espacio físico
para depositar las 18 mil urnas de la elección, y con ironía especulan que Duhalde
estaría dispuesto a ofrecer un rinconcito de su quinta de San Vicente para
guardarlas hasta el recuento final de votos. Al margen de las bromas, están seguros
de que el domingo terminará con denuncias por fraude por parte de la lista opositora. En
otras palabras, que no avalarán el escrutinio aunque lleguen a alzarse con la minoría,
el que siempre fue su objetivo de máxima.
Pierri no niega que la lista que apadrina corre con otras desventajas. Justamente él fue
uno de los artífices del poderoso aparato electoral que hoy controla Duhalde en la
provincia de Buenos Aires, y que ahora deberá enfrentar: Ciento cuarenta mil
manzaneras, miles de personas que dependen de los planes de trabajo, y 89 intendentes
contra 5 que nos apoyan a nosotros son herramientas valiosas a la hora de ganar una
elección.
También desde el pierrismo afirman que es normal y comprensible que el oficialismo
siempre te ponga con un cierto porcentaje de votos, por eso vamos a enviar
veedores propios a ciertas mesas para controlar de cerca la elección.
Si cometen fraude, lo sentimos por Duhalde, quien vería dañada su imagen en plena
campaña presidencial, porque le prometemos un escándalo aún mayor al que siguió a las
internas porteñas, y si es necesario vamos aapelar a la Justicia impugnado todas las
mesas o la elección en los distritos en los que se hayan detectado irregularidades,
amenazan en el comando de campaña de Cafiero, en el que también temen una manipulación
con los datos de boca de urna, según dicen experimentados políticos que
alguna vez también fueron oficialistas y conocen ambos lados del mostrador. Recuerdan,
sin forzar mucho la memoria, que en las reñidas elecciones del PJ Capital el ministro de
Justicia Raúl Granillo Ocampo anunció dos horas antes del cierre de los
comicios una holgada victoria invocando sondeos de boca de urna.
Uno de los hombres claves de la provincia describió lo que a su entender es el eje de la
interna del domingo: Nosotros no queremos cagar al Negro, pero Duhalde se plantó
frente el PJ bonaerense con dos cucharas. En una tenía dulce de leche, en la otra mierda.
La del dulce de leche era su candidatura presidencial, la de mierda la de Ruckauf para la
gobernación. Y nos dijo: El que quiera comerse el dulce de leche primero se tiene
que comer la de mierda. Y nosotros no comemos mierda.
LA RESPUESTA DE LOS DUHALDISTAS
Quieren embarrar
Por F. Y.
Las amenazas sobre la
realización de una denuncia de fraude que realizará la lista del senador Antonio Cafiero
durante las internas del PJ bonaerense no tardaron en llegar al bunker duhaldista. Y no
causaron sorpresas. Ahora quieren denunciar irregularidades, pero ellos participaron
en todo el proceso electoral y no dijeron absolutamente nada, aseguró un operador
del precandidato y agregó que buscan justificar la derrota que sufrirán el
domingo. Para evitar cualquier mal entendido, el propio Federico Scarabino,
compañero de fórmula de Cafiero, advirtió que si hay fraude, hay escándalo y la
responsabilidad será de los duhaldistas que manejan la junta electoral.
Sin embargo, en el duhaldismo hay sectores que creen que, más allá de las amenazas del
cafierismo, no sería nada malo que ellos saquen la minoría. Este sector
sostiene que con Cafiero obteniendo un 25 por ciento de las preferencias no se
convertirán en enemigos y sumarán en las elecciones generales. Otros
operadores, más pragmáticos que los anteriores, dicen que la gente de Cafiero y de
(Alberto) Pierri hará quilombo, pero no pasará nada. Ellos pueden enojarse y patalear,
pero no se irán del partido y terminarán votando junto a nosotros.
A pesar de que fuentes del cafierismo dijeron que con estas denuncias anticipadas están
advirtiendo, en realidad, que no están dispuestos a aceptar ninguna clase de
irregularidad y no buscan enrarecer el clima de las elecciones, entre los duhaldistas
consultados por este diario la advertencia molestó. Muchos hicieron elaboraciones
teóricas sobre la necesidad de contar o no con los representantes del menemismo en las
listas para octubre, pero siempre terminaban coincidiendo en que sólo buscan
embarrar la cancha cuando en realidad nosotros nos tenemos que concentrar en pelear la
elección con la Alianza.
Ellos se quejan porque el recuento de votos no lo hará el Correo Argentino, pero
Pierri y Cafiero, al igual que Duhalde, tienen en su poder una carta del Correo que dice
que no pueden hacerse cargo del escrutinio porque no tienen tiempo para poner en marcha
esa estructura. Además, cuando ellos se quejaron por los padrones el propio Duhalde
postergó la interna para evitar problemas y se convocaron para el 9 de mayo. Hoy, a pocos
días de la interna, salen con estas amenazas. Realmente no los entiendo, se quejó
uno de los hombres de Duhalde que se encargó personalmente del armado de la lista
duhaldista en la provincia de Buenos Aires.
Finalmente, el propio Carlos Ruckauf salió a responder las amenazas del cafierismo al
acusar al propio senador de pretender, en realidad, impedir la consolidación de la
candidatura presidencial de Duhalde. El vicepresidente fue un poco más allá al
nacionalizar la interna del domingo: Es una elección nacional y no un simple
comicio para elegir a un gobernador. Es un error de apreciación, ya que hubo tres claros
intentos para impedir la candidatura de Duhalde.
ECOS DEL SALTO DE RUBEN MARIN AL DUHALDISMO
El candidato ya es el cabezón
Por F.Y.
Realmente el apoyo
de (Rubén) Marín a la candidatura de (Eduardo) Duhalde no fue una sorpresa para muchos
de los que estamos en el gobierno. Pero el problema es que el Presidente sigue escuchando
a esos gurkas que le calientan la cabeza contra el cabezón, aseguró a este diario
una fuente de la Casa Rosada. El operador, autodenominado menemista sensato,
aseguró que, a partir de ahora y sobre todo después de los comicios del domingo, Duhalde
comenzará a recibir llamados de adhesión de todos los justicialistas del país:
Así somos los peronistas, justificó.
El sensato juró que ya nadie en gobierno quiere seguir con esta pelea contra
Duhalde, incluso (Carlos) Corach y hasta (Alberto) Kohan. Obviamente que los
que no quieren dar el brazo a torcer, siempre según la fuente, son los enrolados en el
ultrarrecontramenemismo como Roberto Roby Fernández que para el operador
es un impresentable. De todos modos el hombre de gobierno se apresuró a
aclarar que esto no quiere decir que los que creemos que hay que terminar con la
pelea con el gobernador, significa que nos estamos volviendo duhaldistas. Lo que hay que
hacer es trabajar para mantener el peronismo en el poder.
Los menemistas que creen que es inevitable la candidatura de Duhalde tienen un solo
problema: convencer a Menem de esta realidad. Los gurkas que tiene a su lado no lo
dejan pensar, se lamentan y juran que la relación con Corach está mal y
Kohan está en el freezer.
El sensato operador insiste sobre la decisión de Marín: No es
cualquier gobernador, es un dirigente que siempre estuvo cerca de Menem y con este anuncio
no está diciendo que se cruzó de vereda. El pampeano simplemente dice lo que muchos
vemos: que todo el justicialismo se está inclinando por el bonaerense y no podemos
quedarnos afuera.
Otro dato de esta realidad que maneja el menemista es el pedido de ayuda del
gobernador sanjuanino, Jorge Escobar, al binomio Duhalde-Ortega. Escobar siempre
respondió a Menem, pero como Marín, no come vidrio y ahora le pide que el Negro (por
Duhalde) lo acompañe en la campaña. Si esta elección hubiera ocurrido hace un año,
seguramente que Escobar le pedía a Menem que fuera a la provincia, señaló.
Lo que desvela al menemista es la participación de los gurkas, a quienes
responsabilizó del anuncio de la posible postulación de Eduardo Menem como precandidato
presidencial acompañado por Cafiero: Es otro disparate. Nadie con dos dedos de
frente puede creer una cosa así a esta altura. Si (Carlos) Reutemann no quiso agarrar la
candidatura en diciembre, menos lo hará el hermano Eduardo. Hay que entender una cosa, el
candidato ya es Duhalde.
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