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Por Maximiliano Montenegro Finalmente, la directora del Banco Mundial para Argentina, la canadiense Myrna Alexander, cedió a las presiones del gobierno. Ayer, envió a esta redacción una carta dirigida al jefe de la sección de Economía de este diario en la que dice que el informe de evaluación de la pobreza a nivel nacional, publicado por Página/12 el viernes pasado, es sólo un borrador elaborado por un grupo de técnicos del Banco Mundial y, como si se excusase ante el presidente Menem, afirma: Lamentamos profundamente que este borrador, de alguna manera, llegó a la prensa (ver aparte). Página/12 revela aquí que el cálculo de que en Argentina existen 13,4 millones de pobres es la hipótesis de mínima, basada en cifras del INdEC, que manejan los técnicos del organismo. La otra estimación, en base a una encuesta de Desarrollo Social, habla de 14,6 millones de argentinos pobres. Desde el viernes, los disparos del gobierno a los representantes del Banco Mundial se multiplicaron. Ese día, este diario publicó que, según un informe del organismo, en Argentina había 13,4 millones de personas (el 36,1 por ciento de la población) bajo la línea de pobreza y 3,2 millones (el 8,8 por ciento) que vivían en la indigencia. El documento en cuestión se titula Poverty and Income Distribution in Argentina y forma parte de un estudio mayor que, en secreto, realiza el organismo a manera de auditoría social de la gestión menemista. Este trabajo, al que está abocado un pelotón de 15 investigadores, servirá como balance social para el próximo gobierno al acordar el Plan de Asistencia para el año 2000. Aunque está prácticamente listo, el Banco Mundial planeaba publicarlo recién después de las elecciones de octubre. Inmediatamente después de la difusión, la secretaria de Equidad de la Jefatura de Gabinete, Carola Pessino, exigió, en nombre de su jefe, Jorge Rodríguez, una desmentida oficial del organismo. En tanto, reprochó a Alexander el haber ocultado que se estaba realizando semejante estudio. Por su parte, el secretario de Programación, Rogelio Frigerio, se comunicó con Paul Levy, un alto funcionario del Banco en Washington, quien le comunicó que Norman Hicks, el coordinador del estudio en cuestión, había sido amonestado por la filtración de la información. Alexander no podía desmentir la existencia de un trabajo al que el organismo destina cuantiosos recursos y del cual este diario publicó facsímiles. Así que optó por relativizarlo. En la carta, casi la misma que envió a los despachos oficiales, dice: Nuestros datos estimados al presente muestran que el nivel de pobreza en Argentina parecen ser menores que aquellos presentados en la primera versión preliminar, realizada hace apenas poco más de un mes. Sin embargo, Página/12 publicó sólo una de las dos estimaciones que constaban en el estudio, la más conservadora, basada en datos del INdEC. La otra estimación, elaborada a partir de una encuesta de la Secretaría de Desarrollo Social, arroja que el 39,5 por ciento de los argentinos es pobre. Esto es, 14,6 millones de personas no llegan a comprar a fin de mes una canasta elemental de bienes y servicios, valuada en 140 pesos. Mientras que el 12,5 por ciento, 4,6 millones de argentinos, ni siquiera consume diariamente una dieta mínima en calorías (ver facsímil). Página/12 publicó ayer que el mismo documento, en el capítulo dedicado a la distribución del ingreso, confirma el abrupto salto de la desigualdad entre ricos y pobres en los últimos años. Y de los datos se desprende que la concentración del ingreso con que concluirá el gobierno de Menem es similar a la registrada durante el peor mes de la hiperinflación, en octubre del 89.
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