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La independencia que (aún) no fue

Tras la demora en la proclamación del Estado palestino, hubo protestas ayer en Cisjordania. Los israelíes respondieron con tiros.

Jóvenes palestinos queman una bandera israelí en Ramala.
El gobierno dice que la postergación es una victoria suya.

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El País de Madrid
Por Ferrán Sales desde Jerusalén

t.gif (862 bytes) Siete jóvenes palestinos resultaron ayer heridos por los disparos de soldados israelíes cuando se manifestaban en diversas localidades de Cisjordania en protesta por el aplazamiento de la proclamación del Estado palestino, que debía de haberse efectuado ayer al finalizar los cinco años de autonomía establecidos en los Acuerdos de Oslo. El aplazamiento fue decidido la semana pasada por la cúpula de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) a fin de no interferir con las elecciones generales israelíes del próximo día 17.
Las manifestaciones de protesta –convocadas por las milicias juveniles del partido gubernamental palestino, Al Fatah, y por los opositores radicales del Frente Popular para la Liberación de Palestina– discurrieron por las localidades de Hebrón, Ramala y Beitunia. En esta última localidad, próxima a Jerusalén, se congregaron más de 1000 estudiantes con gritos hostiles al proceso de paz y a favor del nuevo Estado palestino. Los manifestantes se lanzaron al encuentro del ejército israelí, que mantiene un puesto de control en la carretera, con piedras y cócteles molotov. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Relaciones Exteriores, Ariel Sharon, aprovecharon ayer la oportunidad para celebrar el aplazamiento de la proclamación del Estado palestino, y aseguraron que se trataba de “un retroceso de Yasser Arafat” y de un triunfo de su política.
“Somos hostiles a un Estado palestino soberano que pudiera dotarse de armas, aliarse con Irak e Irán y crear plataformas terroristas a nuestras puertas”, afirmó Netanyahu en plena campaña electoral. Con el recurso del miedo a los palestinos, el candidato conservador trata de superar los ocho puntos que lo separan de su principal rival, el laborista Ehud Barak.
Por otra parte, 500 personalidades israelíes de la política y la cultura suscribieron ayer un manifiesto a favor del Estado de Palestina. Los firmantes del documento proponen que Jerusalén permanezca unificada y se convierta en la capital de los dos Estados.

 


 

Tensión por Córcega

t.gif (862 bytes) El primer ministro francés Lionel Jospin dijo ayer que no renunciará por una torpe operación policial en Córcega que ha manchado la estricta política de ley y orden de su gobierno en la isla mediterránea. “No veo cómo podría surgir la pregunta”, dijo Jospin durante una entrevista de televisión preguntado sobre si renunciaría por el escándalo en el que la policía presuntamente ordenó incendiar un restaurante en la playa. “Está claro que enfrentamos una crisis. El problema es superarla”, agregó Jospin a la cadena de televisión francesa TF1.
Políticos de oposición y dirigentes separatistas corsos instaron a Jospin y a su gobierno a renunciar después que el prefecto Bernard Bonnet, el más alto funcionario del gobierno francés en Córcega, fue puesto bajo custodia como parte de la investigación en torno al incendio premeditado. Seis agentes de la policía paramilitar de elite se encuentran también bajo investigación tras admitir que recibieron órdenes de sus superiores, no identificados, de incendiar el restaurante, que fue construido en la playa sin permiso. Jospin indicó que Bonnet fue destituido de su cargo y será reemplazado en una reunión de gabinete en la mañana de hoy. Agregó que también disolvió la oscura unidad de gendarmes sospechosa de incendiar el restaurante. El premier francés dijo además “no saber” lo que pasó en el restaurante, alegando que “el gobierno no está en Córcega y no vive en medio de esas pasiones contradictorias”.

 

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