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UNA MEDIDA SIN PRECEDENTES DESDE
LA NOCHE DE LOS BASTONES LARGOS
La UBA se acuarteló como en el ‘66

Como símbolo de resistencia al recorte de gastos para educación, que afecta a las universidades públicas en 100 millones, la UBA inició anoche una vigilia en el rectorado y las facultades que terminará recién hoy al mediodía. na03di01.gif (22979 bytes)


Por Javier Lorca

t.gif (862 bytes) En el pico de un torbellino de repudios, cortes de calles y clases públicas contra el recorte presupuestario, la plana mayor de la Universidad de Buenos Aires decidió ayer acuartelarse durante toda la noche en una sesión permanente de su Consejo Superior. Una sola vez en los 177 años de historia de la UBA había ocurrido algo así. Fue hace 33 años, en la jornada previa a “La Noche de los Bastones Largos”, cuando Juan Carlos Onganía reprimió a los universitarios con la Guardia de Infantería.
En el rectorado y también en diversas facultades, todos los decanos y los representantes de profesores, alumnos, graduados y empleados de la UBA iniciaron una vigilia –que concluirá este mediodía– a la espera de que el Gobierno defina en cuánto reduce el presupuesto educativo y, en particular, el universitario. Pese a las esperanzas de la comunidad académica, en las últimas horas de ayer se supo que el decreto del Poder Ejecutivo que le recorta 280 millones al presupuesto educativo y cien al sistema de educación superior ya es un hecho. El martes el rector de la UBA, Oscar Shuberoff, había anunciado que, si esto ocurría, la UBA estaría obligada a cerrar sus puertas el 1º de octubre. Además, a su reclamo se sumaron los de varios rectores de universidades públicas del interior del país.
Anoche, afincado en el Rectorado de la UBA, en Viamonte al 400, el decano de Psicología, Raúl Courel, le dijo a Página/12: “Hacemos esta vigilia para que la locura que implica este recorte no se produzca. Desde octubre no podremos funcionar más. No habrá cómo pagarle a la gente, ni posibilidades de hacer más ajustes de los que ya se han hecho. Hemos tocado fondo”, sentenció. La vicerrectora Susana Mirande advirtió que la desaparición de la UBA “sería una catástrofe para el país” y, en diálogo con este diario, agregó: “Vamos a hacer todo lo posible para que el Gobierno dé marcha atrás. Incluso, acampar acá mismo, como en los viejos tiempos”. “Nos vamos a quedar acá toda la noche para que nos dejen seguir construyendo una universidad democrática, para que no nos obliguen a destruir el futuro”, dijo, más tarde y en una conferencia de prensa, el decano de Ciencias Económicas, Juan Carlos Chervatín. Ayer, el rector Shuberoff no estuvo al frente de la protesta porque sufrió un golpe personal: falleció su madre.
“La defensa de la universidad pública es ajena a cualquier partidismo, es una razón de Estado”, decía por la mañana el mismo Chervatín, antes de dictar una clase pública y encarnar una imagen que se multiplicó durante todo el día en los barrios porteños vecinos de las sedes de la UBA. Decanos mezclados con alumnos protestaban desde escenarios improvisados. Militantes de agrupaciones estudiantiles repartían volantes y consignas. Carteles y banderas repudiaban el recorte oficial. Grupos de estudiantes se concentraban frente a los oradores. Sonaban bombos y aplausos, gritos, cantitos, petardos y bombas de estruendo. También sonaban bocinazos. Todo ocurría en mitad de la calle, para desesperación de autos y colectivos que quedaron atascados frente a la plaza Houssay, en la avenida Cantilo cerca de Ciudad Universitaria, sobre Corrientes y Angel Gallardo, sobre Independencia en sus cruces con Paseo Colón y Urquiza, en Marcelo T. de Alvear y Uriburu. Los cortes de calles también visitaron dos esquinas de Caballito: los cruces de Puán con Rivadavia y con Pedro Goyena. Allí, los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras sostienen la postura más radical dentro de la casa de estudios porteña y mantienen tomada la unidad académica. En la sede de Ciencias Sociales, cerca de las 19, el centro de estudiantes sacó a la calle varias computadoras para que los alumnos envíen e-mails de repudio a través de la red informática. También organizaron una radio abierta.
El abanico de protesta se abrió ayer en el interior. Hugo Juri, rector de la Universidad de Córdoba, donde hay 104 mil alumnos, dijo que la reducción de los cien millones obligará a la institución a “suspender todos los proyectos de investigación y a convertirse en un colegio quetransmite conocimientos generados por otros”. “En este momento tenemos fondos para pagar los sueldos hasta fin de año, pero no hay con qué abrir las puertas de la universidad a partir de setiembre. No hay dinero para pagar la luz, el agua, la calefacción, el teléfono y otros servicios”, aseguró Jorge Ravassa, rector de la Universidad del Comahue, que tiene 25 mil alumnos en Neuquén y Río Negro.
El reclamo seguirá hoy en varios frentes. “Los gremios de docentes y no docentes convocamos a un paro de 48 horas desde hoy –dijo Javier Hermo, de Aduba–. Y la Conadu también convocó a un paro nacional.” Además, los maestros de capital y de Buenos Aires impulsan un paro nacional de la CTERA. Por su lado, la Federación Universitaria Argentina (FUA) programó, para las 19 de hoy, apagones y protestas en todo el país.

 


“Quieren doblegar el último bastión crítico”

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Suelta de globos negros contra el recorte, ayer por la mañana en Económicas.
En Filosofía y Letras los alumnos interpretan la poda como una presión para arancelar.

Por Cecilia Sosa

t.gif (862 bytes) “Facultad tomada por recorte presupuestario. Quedate”, dice el cartel que sella la entrada de la Facultad de Filosofía y Letras, en Caballito. Desde la noche del martes, las clases están suspendidas y los alumnos y no docentes en asamblea permanente. Es la única de las trece facultades de la UBA que no esperó a octubre para cerrar sus puertas.
“Están doblegando el último bastión de pensamiento crítico. Vivimos la agonía de la universidad pública”, dice Gastón Celaya, estudiante de Filosofía. Cada dos horas, la bandera negra del centro de estudiantes recorre las cinco cuadras que separan el edificio de Puán al 400 de la avenida Rivadavia. Sobre el pavimento, los estudiantes pintaron grandes anillos concéntricos. “Es un blanco, como hicieron en Yugoslavia para repudiar los bombardeos de la OTAN”, explica Julieta. “Aunque ahora las víctimas somos nosotros”, replica Laura, estudiante de Historia. Pero el clima no es trágico: “Guarda que nos van a cagar a tiros en serio. Ganas no les faltan”, grita alguien, entre risas, desde el tumulto que interrumpe el tránsito. Anoche, una asamblea decidió que la toma no será levantada.
“Con el recorte nos matan –se lamenta Christian Barbarini, de 19 años– Están buscando poner un arancel y así no va a poder estudiar nadie”, agrega mientras se apura a sumarse a las decenas de estudiantes que, ayer a las 17, por cuarta vez en el día, emprende la marcha hacia Rivadavia. Adelante un patrullero le disputa la vanguardia a la bandera del centro y dos motos escoltan los cánticos de los estudiantes. “Acá está Filosofía por más presupuesto para la educación” –cantan– y el clásico “Traigan al gorila musulmán...”, son los preferidos para amenizar la caminata.
En Filosofía y Letras, la protesta no es sólo de los estudiantes. Desde hace una semana, los no docentes están en huelga. Y el centro estudiantil, liderado por la Corriente Estudiantil Popular y Anti-imperialista (Cepa) busca diferenciarse de Franja Morada. Sólo en cuatro facultades no domina el brazo universitario del radicalismo. “La política de ahogo a la universidad no es nueva. Hasta hoy las autoridades trataban de administrar el ajuste. Parece que recién ahora se dan cuenta de que, así, no va más”, dispara el vicepresidente del centro, Francisco Yofré, de 26 años, corriendo su boca de la del megáfono. “Los estudiantes no estamos detrás de Shuberoff. Lo que defendemos es la universidad pública”, advierte David, de 20 años, alumno de Antropología, mientras sigue caminando. Atrás quedan las paredes de Puán 480, cubiertas de carteles y fotocopias de los diarios de la mañana de ayer, que anunciaban el virtual cierre de la UBA, rector dixit. Ya sobre Rivadavia, los cánticos y tambores redoblan su esfuerzo. Los autos retrucan con bocinas impacientes. Algunos peatones insultan, otros son indiferentes. Pero, Elisa Cazenave, de 78 años, está firme en su puesto: “Yo no tengo título ni nada, pero sufro por el futuro que les espera a mis nietos. Estoy avergonzada de este recorte a los estudiantes y de lo que ha llegado a ser la Argentina”, dice. A su espalda, el blanco pintado por los estudiantes brilla sobre el pavimento.
Pese a la energía desplegada, se oyen comentarios desalentadores. “Están doblegando el último bastión de pensamiento crítico que queda en el país. Vivimos la agonía de la universidad pública”, dice Gastón Celaya, estudiante de Filosofía. Con todo, muchos descreen de que la universidad vaya a cerrar. “A pesar de que la UBA vive la peor crisis de su historia, sería muy loco aventurar un cierre completo. Además, estamos acá para pelear contra eso”, dice Gastón. “No cerrará pero a largo plazo vamos camino a la privatización”, completa Luciana, de la carrera de Artes. “No al FMI, sí a la educación”, corean cuando cae la noche y empiezan a desandar Puán.

 


Las preguntas

1. Si usted fuera presidente, ¿aceptaría que se recorten gastos del Estado para cumplir con el Fondo Monetario Internacional?
2. Si el recorte fuera inevitable, ¿de qué áreas recortaría?
3. René Favaloro dijo que no pasaría nada malo si se cerraran por un par de años facultades como la de Medicina y la de Derecho. ¿Qué piensa?

Eduardo Duhalde (precandidato a presidente
del PJ)
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1 Depende de la circunstancia. No es una cuestión taxativa, pero cuando se hace inexorable un recorte hay que hacerlo sin afectar el área social ni la educativa.

2 Un buen gobierno eliminaría el gasto superfluo. Todas las áreas deben tener una administración austera: el tema central es cómo presupuestar las políticas de Estado. Impulsar una política de empleo y no tomar conciencia de que hay que educar y capacitar, es no entender el asunto. La enorme cantidad de adolescentes que están fuera del sistema educativo nos arroja resultados desgarradores en relación con temas como la marginalidad y la droga. La mayoría de la gente que hoy está en prisión no ha recibido educación secundaria, y en muchos casos tampoco ha completado la educación primaria. También ocurre en la actualidad que muchos de los jóvenes que ingresan en la actividad delictiva lo hacen por no haber tenido la posibilidad de educarse en forma sostenida y su inserción o reinserción en el sistema se dificulta. Por todo esto, no poner en el centro de las actividades políticas el tema de la educación implica también fracasar en la pretensión de pleno empleo, en las políticas sociales y en las de seguridad y prevención. Hoy por hoy, el nombre de la justicia social y el trabajo, conforme a las nuevas modalidades productivas, está íntimamente relacionado con la capacitación y, por ende, de la educación.

3 No voy a opinar de lo que dijo René Favaloro, prefiero hablar conceptualmente del tema.
Domingo Cavallo (candidato a presidente
de Acción por la República)
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1 No creo que en este caso el presupuesto se esté recortando por compromisos con el FMI. El problema reside en que el sector público argentino gasta mucho y gasta mal.

2 Haría cumplir las leyes que existen. La Ley Federal de Educación y Pacto Federal Fiscal son leyes convenio entre la Nación y provincias que no se están cumpliendo. La solución de este problema presupuestario requiere un replanteo integral no sólo de los pocos gastos que controla el gobierno federal sino también de todo el gasto público consolidado. Hay una mala administración en sentido integral. Si la administración fuera eficiente, los fondos para educación podrían aumentar la próxima semana.
Por otra parte, está mal que el Poder Ejecutivo decida por decreto las cuestiones presupuestarias. El Congreso debe imponerse la responsabilidad de regular el buen nivel de gasto de la Nación y de las provincias.

3 No creo que haya que cerrar de repente ninguna universidad, pero soy un convencido de que hay que planificar el número de vacantes en las distintas carreras que se ofrecen. El quid de la cuestión es, entonces, hacer una reforma, pero sin afectar la situación de los estudiantes actuales. Cualquier modificación que se introduzca no debe ser inmediata. Tiene que ser una modificación pensada para disminuir el número de estudiantes futuros de determinadas carreras en función de las necesidades sociales del momento. En el mediano plazo, es una medida sensata que ya se ha tomado en el exterior. En todos los países del mundo, si hay algo que se planifica, son los lugares dentro del sistema universitario en función de la oferta y la demanda en el mercado.
Graciela Fernández Meijide
(candidata de la Alianza a la gobernación bonaerense)
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1 Es muy difícil hacer futurismo en ese sentido, pero lo que sí sé con seguridad es que no recortaría gastos en áreas como educación y gasto social.

2 Recortaría los gastos de la SIDE, cuyos integrantes se ocupan de hacer encuestas y pinchar teléfonos, pero no son capaces de investigar los atentados que sufrió el país. Sacaría plata de los gastos reservados, de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y de todo lo que fuera “armada” del aparato político. También reduciría, por dar un ejemplo, los dos mil dólares viáticos que le llegan a la actual secretaria de Medio Ambiente, María Julia Alsogaray.
3 La del doctor René Favaloro es una visión puramente economicista que no comparto en lo más mínimo. Considero que su criterio es muy miope. No se le puede sacar a un joven, lleno de vitalidad, el derecho a estudiar lo que quiere, a hacer su vocación. No se los puede frustrar en eso también, porque a la angustia y el fracaso que hoy les provoca la desocupación, estaríamos añadiendo la frustración que les provocaría no poder estudiar aquello que desean. Es cierto que hay superpoblación en algunas carreras, pero es natural que esto ocurra: los chicos se tiran a las carreras que consideran más atractivas.
Por eso, son pocos los que eligen carreras como geología o biología marina, que a lo mejor les parecen muy interesantes en sus contenidos, pero no muy rentables económicamente. Y es natural que así sea. De ninguna manera se los puede coartar en su elección vocacional. Esa no es, a mi entender, la solución del problema.


CONCLUSIONES DE LA PEDAGOGA GUILLERMINA TIRAMONTI
“A Menem no le importa el comicio”

Por N. V.

t.gif (862 bytes) “Mirado desde el Presidente, la única explicación que le encuentro al recorte presupuestario en educación es que no esté interesado en el resultado electoral”, consideró la pedagoga Guillermina Tiramonti, profesora titular de Política Educativa en la Universidad Nacional de La Plata.
Tiramonti señaló que la decisión de realizar un ajuste que reduzca los fondos asignados a educación muestra cuáles son las “prioridades” del Gobierno. La titular de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) dijo que en esta coyuntura “habría que apoyar la posición de la ministra Susana Decibe, hacer fuerza socialmente para que este gobierno comprenda que la opinión pública no está dispuesta a soportar que el Estado gaste plata alegremente sin dar cuenta a la sociedad”.
–¿Recortar por educación muestra que no es una política de Estado?
–Recortar por educación es una decisión que menoscaba la pretendida centralidad de la educación para el futuro siglo, transforma en mera retórica lo de la sociedad del conocimiento, la importancia de la educación. No es que no haya otros lugares para recortar: hay gastos reservados –más allá de que eso alcance o no–, es un gesto que el Estado debería hacer. En este sentido, habría que apoyar la posición de la ministra.
–¿El recorte responde a una directiva del Fondo Monetario Internacional?
–No creo que el Fondo haya decidido que tiene que recortar sobre educación, eso se define nacionalmente, son prioridades que establecen este gobierno y el Ministerio de Hacienda. Si bien hay pérdida de autonomía, hay un espacio donde los gobiernos pueden decidir.
–¿A qué atribuye que el mayor peso del ajuste caiga sobre el sector universitario?
–Pareciera que en la educación superior es más legítimo el recorte que en la educación básica y, por lo tanto, se trasluce una política que plantea la necesidad de que la educación superior busque otros recursos. Creo que ésa es una larga discusión que se debe hacer seriamente con menos ideologismo. Hay que repensar, reestructurar el gasto, pero no hay que recortar. La verdad, en esta universidad así como está no vale la pena aumentar demasiado los presupuestos, pero hay que poner mucha más plata que la que se pone para cambiarla.
–Teniendo en cuenta el repudio social que provoca el recorte en educación, ¿cómo explica la elección?
–Si lo pienso desde Roque Fernández digo que es un funcionario que carece de sentido político, cree que la educación no debería estar a cargo del Estado, debería ser privada. Desde ellos es lógico recortar por ahí y no pensar en otros recortes que benefician a otros grupos clientelares como el financiero. Desde Educación no es la posición de la ministra. Desde Menem, la verdad que no sé, probablemente porque no está interesado en el resultado electoral.

 

 

 

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