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Por Nora Veiras La renuncia de la ministra de Educación, Susana Decibe, pareció ayer un hecho durante las horas que mediaron entre el fin de la reunión de gabinete y un llamado que recibió de Carlos Menem. Decibe salió al mediodía de la residencia de Olivos con las manos vacías: el recorte de 280 millones de pesos para su área había sido ratificado por el Presidente. Pero poco después, el mismo Menem la llamó para pedirle que esperara porque mañana (por hoy) va a haber una reconsideración del tema y por la noche se reunió con los padres del ajuste educativo, Roque Fernández y Jorge Rodríguez. A última hora, Decibe le dijo a Página/12 que siempre es posible hacer un esfuerzo, estamos dispuestos a hacerlo, pero no podemos admitir el terremoto que provoca el recorte que nos hicieron y aseguró que, de lo contrario, hoy será su último día como ministra. ¿Si no le dan nada, mañana (por hoy) es su último día? Claro, supongo. Estoy acá porque el Presidente me lo pidió, si no estaría en mi casa. ¿La llamó algún ministro para darle apoyo? ¡Uy! ¡Qué mal! Ahora me doy cuenta que no me llamó nadie. Di Tella me llamó pero no sé para qué. Los pasillos del Palacio Sarmiento eran ayer un hervidero de especulaciones sobre el desenlace del duelo Economía-Educación mientras deliberaba el Consejo Federal de Cultura y Educación. Los ministros de todo el país, incluidos la duhaldista Graciela Giannettasio y el radical Mario Giannoni, acordaron un pronunciamiento unánime en rechazo al recorte que cercena en un 40 por ciento los proyectos para Educación General Básica, en un 60 por ciento Ciencia y Técnica y en un 70 por ciento los programas de infraestructura. Los ministros pidieron que se modifique el decreto 455/99 y se restituyan las quitas presupuestarias a educación y se declararon en sesión permanente. En Diputados, el nutrido bloque duhaldista también se sumó al rechazo del veto y presentó un proyecto de ley para dejar sin efecto el recorte que logró volcar a los universitarios a las calles y provocó el rechazo de la sociedad. Antes del plenario del gabinete, Decibe le anticipó a Menem que si no le restituían el recorte, ella renunciaba porque se quedaba sin margen para hacer nada. El Presidente la escuchó atento pero delante de todos mostró su enojo por el escándalo provocado por la pelea en los medios y cuestionó a Fernández por no haber explicado bien la necesidad del ajuste. El ministro de Economía detalló un plan plurianual para mejorar la recaudación y más de uno lo miró incrédulo. Tiene 17 mil millones de pesos que no puede recaudar y a siete meses de dejar el gobierno presenta eso. Nos está cargando, despotricaban en Educación. Decibe dice que ella ya hizo el duelo por la despedida del gabinete a raíz del desgaste acumulado en las sucesivas batallas contra su ex jefe Jorge Rodríguez y Roque Fernández. Poco antes de recibir el llamado de Menem, le había dicho a uno de sus hombres de confianza, Osvaldo Devries: andá preparando la dinamita. Estaba dispuesta a anunciar la renuncia. Entre sus asesores prima la lectura de una especie de vendetta del jefe de Gabinete y su segundo Miguel Solé contra la ministra. No tiene racionalidad ni política ni económica provocar un cambio de gabinete por un monto que con voluntad se podría recortar de otras áreas, comentaban mientras anunciaban las renuncias en masa de casi todo el Ministerio. En la danza de nombres para un eventual reemplazo aparecieron el secretario de Planeamiento Estratégico, Jorge Castro; la secretaria de Cooperación Internacional de Educación, la ex senadora tucumana Olijela del Valle Rivas, y hasta el rector de la Universidad de Belgrano, Avelino Porto. Si hoy Rodríguez no le asegura fondos, Decibe renuncia.
DIJO QUE DECIBE Y DUHALDE HACEN TELETEATRO
Cuando sea Presidente les vamos a restituir las partidas a las universidades.
Esa fue la promesa que lanzó ayer Fernando de la Rúa, después criticar el recorte
presupuestario para el área educativa dispuesto por el Gobierno y advertir que la
desinversión en educación significa más violencia e inseguridad y menos desarrollo
social.
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