Página 12 en Chile
Por Fernando Cibeira desde Santiago, Chile
Espero que no sea
la última foto que se saquen juntos. En un dificultoso castellano, un suizo
radicado en la Argentina les expresaba sus simpatías a los dos políticos frente a la
posibilidad de un acercamiento electoral que ambos niegan con igual énfasis. Los dos
candidatos presidenciales, Fernando de la Rúa y Domingo Cavallo, posaban sonrientes para
las cámaras luego de haber dejado claro frente al auditorio de empresarios que se había
acercado a escucharlos la enorme diferencia de estilos que los separan.
En rigor, ninguno de los dos participó como orador en algunas de las tantas mesas de la
Cumbre Económica del Mercosur como sí lo hizo, por ejemplo, Graciela Fernández Meijide
(ver aparte). De la Rúa finalizó ayer una visita de tres días a Chile, en donde se
entrevistó con los principales políticos, incluyendo al presidente Eduardo Frei, y sólo
intervino en un par de los tantos meetings que se realizan en forma paralela a la Cumbre.
Cavallo, en cambio, llegó el miércoles a la noche para una cena y, como su plato fuerte,
el desayuno de trabajo que reunió a ambos.
En un elegante salón del primer piso del Hotel Hyatt, De la Rúa comenzó a hablar a las
ocho en punto. Entre los empresarios que lo oyeron había varios argentinos como Amalita
Fortabat, Carlos Bulgheroni y Eduardo Elsztain, de IRSA. El candidato aliancista insistió
en los mismos puntos que remarcó cada vez que pudo durante estos tres días.
Básicamente, sus ideas sobre la necesidad de acabar con la inequidad social. En
nuestro país hubo un olvido del tema social, reiteró.
Como si estuviera en una charla diferente, después subió Cavallo y sacudió a los
hombres de negocios con su discurso enérgico sobre la necesidad de liderazgos
fuertes y transformadores en la Argentina. Explicó cómo en su momento Raúl
Alfonsín y Carlos Menem habían encarnado esos liderazgos pero luego lo habían perdido
con actitudes como, según explicó, darles el Ministerio de Trabajo a los sindicalistas.
Más tarde, ante una pregunta de otro suizo acerca de qué rol imaginaban los candidatos
que desempeñaría Menem en el futuro gobierno el suizo preguntó si el Presidente
podría adoptar el papel del cardenal Richelieu y aportar materia gris desde las
sombras, Cavallo mandó a Menem y a Alfonsín a dar charlas por el
mundo.
Pese a que insistió en que no bajará su candidatura a presidente, el ex ministro
reconoció que obviamente, De la Rúa y Eduardo Duhalde tienen más posibilidades de
ganar que yo, por lo que su objetivo será tratar de instalar los liderazgos que
plantea en las provincias. Y habló de su aliado Gustavo Beliz en la Capital Federal. Pero
también mencionó al demócrata Carlos Balter en Mendoza y, sorpresivamente, a Carlos
Reutemann en Santa Fe. Nosotros los vamos a apoyar, anunció.
A la hora de las preguntas, el ex ministro se cuidó de tirarle flores a De la Rúa y al
economista Adalberto Rodríguez Giavarini que asentía desde una mesa cuando
contó que en su gestión en la Ciudad de Buenos Aires se había avanzado mucho en
transparencia. Cuando terminaron, De la Rúa fue quien se acercó a Cavallo a saludarlo y
luego posaron para las cámaras. A un costado, Amalita Fortabat no sabía si salir en las
fotos o no. Vení, Amalita. Que cualquiera de los dos que salga presidente te va a
nombrar embajadora igual, le dijo el ex ministro.
Del desayuno, De la Rúa salió a entrevistarse con el presidente de la Cámara de
Diputados, Carlos Montes, y de ahí al aeropuerto. Mientras, en el lobby del hotel,
Cavallo evaluaba que se había podido comparar estilos y personalidades de los
dos. Creo que tengo condiciones de liderazgo. Tengo coraje, fortaleza, ideas claras,
muy profundas, evaluó sobre sí mismo. Pero, si todo eso no le alcanza para llegar
a la Rosada, se mostró tan dispuesto a apoyar a De la Rúa como a Duhalde en el caso de
unasegunda vuelta electoral: Vamos a estar dispuestos a apoyar la implementación de
nuestras ideas, las haga el gobierno que las haga.
Graciela pide cambios La candidata a gobernadora bonaerense, Graciela Fernández Meijide, pidió
ayer a la clase política de Latinoamérica hacerse cargo de los cambios sociales
que han traído tantas penurias. En su participación en una mesa sobre
gobernabilidad en el marco de la Cumbre Económica del Mercosur, advirtió sobre el riesgo
de confundir estabilidad con consolidación de las democracias. Graciela
tendrá una segunda intervención hoy, día de cierre de la Cumbre. Hoy también llegará
a Santiago el solitario representante del gobierno argentino, el canciller Guido Di Tella.
Graciela alternó mesas de debate con entrevistas informales con personalidades y hombres
de negocios en el alborotado lobby del Hotel Hyatt. En su exposición de ayer, mencionó
varias razones por las que cree que la democracia se ve amenazada. Cuando los
partidos proponen versiones apenas diferenciadas de una misma política, cuando los altos
ingresos no guardan relación con el mérito, cuando el terror al futuro se apodera de las
clases medias y cuando la desocupación avanza, enumeró. |
LOS ESCUDEROS DE DE LA RUA EN CHILE
Candidatos a ministro
Por F.C.
Acompañaron a Fernando
de la Rúa a todas sus reuniones y, por momentos, pasaron casi inadvertidos. Se negaron a
maltratar a su colega Ricardo López Murphy por sus declaraciones sobre la reducción de
salarios y menos que menos quisieron marcar qué diferencias había entre ellos. Por la
cercanía que mantuvieron con el candidato durante estos tres días, José Luis Machinea y
Adalberto Rodríguez Giavarini confirmaron su condición de favoritos para ocupar un
puesto en el gabinete de un eventual gobierno de la Alianza. Claro que, a la hora de
elegir qué puesto les gustaría, ambos se limitaron a decir que irían a dónde se
pueda ser útil.
Con sus ademanes de un caballero de otras épocas y sin un cabello fuera de lugar,
Rodríguez Giavarini asegura que López Murphy fue malinterpretado. Porque su
colega que por culpa de sus dichos quedó fuera de carrera para un ministerio
sólo quiso mostrar dramáticamente a qué nivel habría que llegar si no se realizaban
algunas correcciones en forma urgente. Fue sacado de contexto, sostiene en su
defensa. Aclara que desde que se fue del gobierno de la ciudad mantiene con De la Rúa un
trato casi a diario y que los temas de conversación van más allá de lo económico.
Hombre de dieta rigurosa sólo almuerza un yogur, Rodríguez Giavarini
incorporó también elementos de la Tercera Vía a su discurso que para De la
Rúa ya son lo que el preámbulo de la Constitución para Raúl Alfonsín. Por ejemplo,
habla de que no deben confrontar más el Ministerio de Economía y el de Educación.
También se muestra convencido de que el futuro canciller debe ser un hombre de
conocimiento de economía para que ayude a colocar los productos argentinos en todo el
mundo. Pero, obviamente, no está dispuesto a admitir que ese hombre pueda ser él.
Por favor, pide si se le menciona esa posibilidad.
El aspecto ligeramente desprolijo de Machinea parece mucho más el de un político que el
de los formales economistas que poblaron Santiago para el Davosito. Con
respecto a Rodríguez Giavarini tiene una desventaja: no puede mostrar una aquilatada
relación con De la Rúa, a quien recién ahora está tratando más a menudo. En cambio,
otras características hacen que se lo coloque como número puesto para Economía. Por
ejemplo, el consenso que tiene su nombre dentro de la Alianza. En la campaña para la
interna, Graciela Fernández Meijide había dicho que si ganaba lo elegiría como
ministro, aunque fuera radical.
Machinea reconoce que tal vez no sea tan ortodoxo como los otros economistas
radicales que se mencionan como posibles ministros y habla de la revalorización del papel
del Estado que se debería jugar en un futura gestión aliancista. Hay que
equilibrar, argumenta. Sostiene que no será necesario una política de shock cuando
asuma el nuevo gobierno, sino más bien poner en un funcionamiento tres o cuatro
medidas fundamentales que prefiere no comentar y que ya dejó para que se conviertan
en el núcleo de lo que será la plataforma electoral que la Alianza presentará a toda
orquesta el 25 de mayo.
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