OPINION
Basta de dilemas absurdos
Por Pierre Vidal-Naquet * |
El
siglo XX, con su extrema violencia, nació de las crisis balcánicas. ¿Qué será del
próximo siglo? Por el momento, los Balcanes se iluminan nuevamente; Grecia se agita,
Rusia se inquieta. El embrollo es tal que todas las soluciones tomadas en consideración
pueden conducir a lo peor. ¿La división de Kosovo? Es lo que quieren los nacionalistas,
es la inscripción legal de los resultados de la depuración étnica. ¿La intervención
terrestre de las fuerzas de la OTAN? Es elegir la extensión del conflicto. ¿Darle armas
al Ejército de Liberación de Kosovo? Es la aceptación de una lógica de
desestabilización duradera de los Balcanes que no podemos solucionar.
Para salir del drama y de sus impasses, convendría partir de la constatación de que esta
región del mundo paga la pesada cuenta de una larga seguidilla de fracasos. Fracaso de la
Federación Yugoslava que no sobrevivió ni a la muerte de Tito, ni al estancamiento del
proyecto de autogestión y al del comunismo. El fracaso de Europa, que se puso a remolque
de Estados Unidos. Fracaso, finalmente, de la comunidad internacional que, por no
reformarse, se inmovilizó dejando el campo libre especialmente a la OTAN.
No es atizando los odios nacionales que se irán los nacionalismos. No es dejando de lado
los Estados y los pueblos de los Balcanes que se resolverán estos problemas. No es por la
intermediación de la OTAN, ese resto de guerra fría, que se devolverá la paz. ¿Hay que
detener a Milosevic, acusarlo por sus actos? Sin ninguna duda. Pero no se obtendrá
martirizando al pueblo serbio, humillando a Rusia, afirmando el dominio de los ricos
contra la miseria de los pobres.
No nos encerremos en dilemas absurdos: ataques aéreos o capitulaciones frente a
Milosevic, principio de injerencia o soberanía. Encontremos, sin tergiversar, las
soluciones inmediatas; pero no sacrifiquemos en su nombre las oportunidades del porvenir.
* Historiador francés. El texto forma parte de un manifiesto publicado en Libération y
firmado por 29 intelectuales. |
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