Recurrimos
a la Justicia para que declare la inconstitucionalidad de este disparate que ha cometido
el Poder Ejecutivo, anunció ayer Oscar Shuberoff, el rector de la Universidad de
Buenos Aires, mientras entraba en Tribunales. Al pie de las escalinatas, la UBA no
se cierra, coreaban a los saltos cientos de estudiantes, profesores y no docentes.
Hasta los decanos de todas las facultades cantaban, mientras acompañaban al rector en la
presentación judicial que hizo para frenar la reducción presupuestaria. El reclamo
universitario cumplió ayer su cuarto día sin perder empuje: los cortes de calles, las
facultades tomadas, las clases populares y las manifestaciones volvieron a recorrer, de la
mañana a la noche, toda la ciudad.
Si este atropello se concreta, la UBA se cierra, no porque queramos, sino porque nos
dejarán sin el dinero para poder funcionar, reiteró Shuberoff. Al mediodía,
cientos de universitarios marcharon desde la Plaza Houssay y diversas facultades hacia
Tribunales, para secundar el reclamo de nulidad del decreto que cercenó el presupuesto
educativo en más de 280 millones de pesos y el de la UBA, en 17 millones. Patrocinado por
Andrés DAlessio, decano de Derecho, y otros profesores, Shuberoff solicitó una
medida de no innovar, aduciendo que una universidad cerrada, sin docentes ni alumnos y con
sus institutos clausurados es una realidad imposible de revertir. La UBA
fundó su petición en que no existían causales de necesidad y urgencia para decretar un
recorte. Y en que no se cumplió el requisito constitucional que exige la firma del
decreto por parte de todos los ministros, ya que Decibe no lo suscribió. A su vez, dos
alumnos de Derecho solicitaron otra medida cautelar: Mariano Heller, del centro
estudiantil, y Alejo Monner Sans, consejero directivo.
Desde Tribunales, los universitarios marcharon hasta el Palacio Pizzurno, para
hacerle una despedida simbólica a Decibe, comentó Pablo Javkin, de la FUA. Los
cortes de calles volvieron un caos el tránsito porteño. Por la mañana, alumnos y
docentes de las facultades de Agronomía y Ciencias Veterinarias ocuparon el cruce de la
avenida San Martín y Chorroarín. Al mismo tiempo, Córdoba era interrumpida frente a la
Plaza Houssay, entre Junín y Uriburu, al igual que Paraguay, por estudiantes, docentes y
empleados de Medicina, Farmacia y Ciencias Económicas. A pocas cuadras, Callao y Marcelo
T. de Alvear eran cortadas por alumnos secundarios de la Escuela Superior de Comercio
Carlos Pellegrini. Por la tarde, hubo otra tanda de asambleas en la calle: de
nuevo alrededor de Plaza Houssay; también sobre Angel Gallardo y Corrientes, obra de la
gente de Ciencias Sociales; y sobre Figueroa Alcorta, a metros de Derecho. Por su lado,
desde Filosofía y Letras marchó una columna hasta plantarse en Acoyte y Rivadavia.
Cuando caía la tarde, hubo una clase pública frente a la Fundación Favaloro y, luego,
otra en la Plaza de Mayo, que concentró a estudiantes de Ciudad Universitaria (ver
aparte). Hasta anoche, estaban tomadas las facultades de Medicina, Filosofía, Exactas y
todas las sedes del CBC.
Mientras se aguarda a la Justicia, las esperanzas universitarias están fijas en el
Congreso. Shuberoff dijo que se pedirá a todos los legisladores que no se dejen
atropellar y rechacen el decreto del Poder Ejecutivo. Además, el Consejo
Interuniversitario Nacional, que nuclea a los rectores universitarios, llamó a un
plenario extraordinario para el lunes. También resolvió apoyar el proyecto de ley
presentado por el diputado Eduardo Mondino (PJ), que rechaza el ajuste. Para la semana
próxima, Conadu convocó a un paro docente de 48 horas desde el lunes. Y los estudiantes,
a una marcha de la UBA para el martes.
No se puede escribir un discurso progresista y servir al mismo tiempo a un gobierno
cuya política para la educación es la exclusión, concluyó Shuberoff, sobre la
renuncia de la ministra Decibe. Desde la FUBA, Gustavo Fernández Russo fue más duro:
Después de aguantar todo tipo de ataques a la educación, Decibe se va ahora que el
Gobierno termina su mandato. En cualquier momento la vemos con otro candidato a
presidente. Tras la caídade la ministra, la comunidad universitaria ya encontró
dónde posar su mira: Ahora vamos por Roque, anunció Fernández Russo.
CLASES EN LA CALLE NO APTAS PARA CARDIACOS |
Favaloro hipócrita Educación
pública por siempre. Favaloro hipócrita, escribe un alumno cada vez que la marcha
de estudiantes se detiene. Encabezados por la FUBA, alumnos de Medicina, Nutrición,
Enfermería, Obstetricia, Kinesiología, Fonoaudiología, Farmacia y Bioquímica marchan
hasta Belgrano y Entre Ríos, para hacer una clase pública y un escrache frente a la
Fundación Favaloro. A las 17, ya habían hecho un abrazo simbólico a la manzana donde
funcionan sus facultades. No me gustaría que a mi nieto le impidan estudiar porque
no tiene para pagar una privada, dice una señora, al paso de la columna donde se
suman maestras del jardín maternal de Farmacia, alumnos de la Escuela Nacional de Arte
Dramático, de la sede Uriburu del CBC, y cien personas sin techo de El refugio de
los pobres. No se cierra, la UBA no se cierra, corean. Pero al llegar a
Belgrano todos callan. En la fundación hay gente internada y no queremos
molestarlos, explica Hugo Fernández, de la FUBA. Tomados de la mano, los
estudiantes se sientan a metros de la fundación, tras una bandera que pide al cirujano
cardiovascular que defienda la universidad pública. Allí, Alberto Boveris,
ex decano de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, se las ingenia para dar una clase
pública sin micrófono ni altoparlante. El equipo de sonido se había quedado atascado en
el caos vehicular. No tener educación y no tener salud es no tener futuro para el
país, dice. Después, leen una carta a Favaloro. Siendo uno de los más
destacados y reconocidos egresados de una universidad nacional, sus dichos nos producen
una gran desilusión y nos preguntamos qué hubiera pensado usted si, cuando era
estudiante, se cerraba la universidad por exceso de profesionales. Tras declarar a
Favaloro persona no grata, la columna sigue camino hacia Plaza de Mayo.
Sexo en la plaza
Les voy a dar una clase pública sobre sexo les anuncia a los estudiantes,
el profesor Lino Baragnao, titular de Química Biológica. Es teórica,
lamentablemente. La práctica corre por su cuenta. Son cerca de las 18.30. Son
cientos los que escuchan desde el pavimento de Hipólito Yrigoyen, al lado de la Plaza de
Mayo. Es el único tema que podía mantenerlos a todos quietos, certifica
Luciana. Los primeros en llegar fueron los de Ciencias Exactas, Arquitectura y el CBC. En
tren, desde Ciudad Universitaria y desde Retiro. Llegaron al ritmo de Traigan al
gorila musulmán. Allí, se suma el centro de estudiantes del colegio Nicolás
Avellaneda, más guardapolvos blancos y hasta un grupo de obreros de la Terminal Portuaria
Nº 6. Desde un andamio que bordea la vereda, pancartas de Carlitos entregá ya el
presupuesto festejan las ocurrencias del profesor Baragnao. Incluso en el operativo
policial que mantuvo vallas todo el día se dibuja alguna sonrisa. Hay
una gran voluntad y está bien porque esto viene para largo, dice Sergio, de
Exactas. De hecho, mañana a las 9.30 habrá una clase pública de Biología Molecular en
Cabildo y Juramento. El sexo lleva ya una hora cuando una nueva columna irrumpe por
Diagonal Sur: son los centros que vienen de escrachar a Favaloro. La clase los recibe de
pie. La UBA no se cierra, corean todos, por si quedaba alguna duda. Un
travesti enarbola su propia suerte: Gracias a la UBA, soy abogado. Hay bombos
y bombas (de estruendo). Desde el fondo se pide silencio. Vamos que hay que
terminar, bromea el profesor Baragnao, de la Facultad de Ciencias Exactas y
Naturales. ¿De qué es la clase?, indaga una recién llegada. De
sexo, responde un coro desde el piso. Ah, qué lindo, dice la chica y se
acomoda como puede.
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