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Por Sergio Moreno Un grupo de diputados nacionales del Frepaso solicitó que se cite al ministro de Defensa, Jorge Domínguez, a un plenario de las comisiones de Defensa y Derechos Humanos de la Cámara baja para que brinde explicaciones sobre el coronel retirado José Osvaldo Balita Riveiro como asesor de un organismo que está bajo su dependencia. Alfredo Bravo, Nilda Garré, Jorge Rivas y Rubén Giustiniani elaboraron, además, un proyecto de declaración en el que expresan su más enérgico repudio por la contratación del militar experto en inteligencia que condujo el grupo de tareas que asesoró a los contras nicaragüenses y condenó la actitud de Domínguez que intenta traspasar su responsabilidad exclusivamente al Ejército por haber permitido que Balita preste servicios bajo su órbita. Los legisladores del Frepaso pidieron anteayer a los presidentes de las comisiones de Defensa, Juan Manuel Casella, y de Derechos Humanos, Edgardo Angel Barberis, para que dispongan una citación a Domínguez por la cual el ministro brinde explicaciones sobre el nombramiento de Riveiro. Los diputados argumentan que: uEl día 5 de mayo de 1999 el titular de la cartera de Defensa admitió mediante un comunicado que Riveiro se desempeñó en el Instituto de Ayuda Financiera para Pago de Retiros y Pensiones Militares, pero deslindó su responsabilidad transfiriéndosela al Ejército, aduciendo que su ministerio no tiene injerencia en tales designaciones. u El ministro Domínguez no puede desconocer el poder de contralor y de veto que la función que desempeña le confiere, por lo tanto es preciso que brinde información sobre la designación de Riveiro cuyos antecedentes son, entre otros: fue jefe de inteligencia del Ejército durante la última dictadura militar (sic), lideró los Grupos de Tareas en el Exterior (GTE) en Centroamérica entre 1980 y 1985 para desestabilizar al gobierno nicaragüense y está acusado por el Comisionado Nacional de Derechos Humanos de Honduras de haber formado parte del grupo responsable de la desaparición de 184 personas en la región. Riveiro, luego de haber sido jefe de área en los destacamentos de inteligencia del Ejército en Mendoza y Bahía Blanca, fue miembro del grupo de oficiales argentinos que asesoró a los guardias somocistas que llevaban adelante, desde la frontera nicaragüensehondureña, una tarea de acoso militar al gobierno sandinista de Managua. La operación tenía su base en Honduras, cuyas fuerzas armadas daban cobertura política y logística a los escuadrones de la muerte, que eran financiados por la CIA y el Pentágono norteamericanos en una operación encubierta. Riveiro llegó a comandar el GTE, cuya misión era entrenar al ejército mercenario en secuestro, interrogatorios, torturas y desapariciones. El accionar de este grupo está siendo investigado por el Comisionado de Derechos Humanos de Honduras que, desde inicio de los 90, viene solicitando al gobierno argentino cualquier tipo de información sobre el GTE y sus integrantes. Hasta ahora, y a pesar del compromiso que asumió el presidente Carlos Menem, en 1996, ante las autoridades hondureñas, el gobierno argentino no acercó ningún dato. Pero ello no constituyó escollo para que en la órbita del Ministerio de Defensa, precisamente en el IAF, se haya contratado a Riveiro. Los mismos diputados elaboraron, también, un proyecto de resolución para que la Cámara baja exprese su más enérgico repudio por la designación del coronel Riveiro en el IAF y que condene la actitud de Domínguez por intentar trasladar al Ejército la responsabilidad de haber contratado al militar.
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