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 Los datos de
marzo de la balanza comercial reflejaron, una vez más, los problemas estructurales que
padece la economía. La recesión impactó sobre las importaciones, que cayeron 23 por
ciento con respecto a marzo de 1998. Sin embargo, también retrocedieron las
exportaciones, un 14 por ciento, a pesar de que la menor demanda interna deja mayores
saldos para vender al exterior. En 1995, cuando la economía se hundió por el efecto
tequila, la balanza comercial logró finalizar con resultado positivo. Pero ahora, la
caída de actividad ni siquiera ofrece como contrapartida ese consuelo secundario. En
marzo, el rojo comercial ascendió a 166 millones de dólares, sumando 879 millones en el
primer trimestre.Cuando el año pasado el déficit superó los 5500 millones de dólares, el equipo económico lo atribuyó al auge de la economía. “No se puede forzar al sector privado a que importe menos”, dijo el propio Roque Fernández. Pero el ministro olvidó algo: las exportaciones. Ahora la menor actividad de las empresas provocó la caída de las importaciones. Pero esa resultó no ser la solución para superar el problema del déficit comercial, con que Roque parece condenado a convivir hasta el fin de su mandato. El principal inconveniente de las exportaciones es que los precios de los productos que vende Argentina –básicamente materias primas– siguen sin recuperarse. Entre enero y marzo, la cantidad física de mercaderías que se colocó en el exterior cayó 2,8 por ciento, respecto de igual período del año pasado. Pero los precios de esos productos derraparon en promedio 13,5 puntos. En consecuencia, el descenso neto de los ingresos por exportaciones fue de 16 por ciento. A la vez, la crisis brasileña golpea a las ventas industriales. Las exportaciones de automóviles bajaron en el primer trimestre 407 millones de dólares, en comparación con el mismo lapso del ‘98. Brasil es el mayor mercado exportador de Argentina, y hacia donde se canaliza el grueso de las ventas al exterior de las pequeñas y medianas empresas. Las exportaciones al Mercosur sumaron 1461 millones de dólares, 29 por ciento menos que en el primer trimestre del año pasado. Las importaciones, en tanto, fueron por 1419 millones, 25 puntos por debajo del ‘98. El saldo fue positivo en apenas 62 millones. El Ministerio de Economía difundió ayer datos preliminares sobre la evolución de las compras desde Brasil en abril, en respuesta a los reclamos de la Unión Industrial, que teme un aluvión de importaciones de ese origen. La planilla indica que las compras de automotores bajaron 52 por ciento, seguidas por las de maquinarias y equipos (-42%), metales comunes (-39%), alimentos y bebidas (-38%), productos químicos (-32%), y papel (-26%). Sin embargo, reconoce que aumentaron las importaciones de algunos subproductos de metales comunes (30%), medicamentos (9%) y subproductos de papel (7%). La UIA insiste en que en pocos meses se producirá una avalancha de ventas del principal socio del Mercosur, que lesionará gravemente a los productores locales. En cuanto a la composición de las ventas totales en el trimestre, disminuyeron las de combustibles (-55%), las de origen industrial (-25%), y las de productos primarios (-16%). En cambio, aumentaron las de origen agropecuario (12%). Por el lado de las importaciones, la caída más pronunciada entre enero y marzo fue la de automóviles (-40%), seguida por piezas y accesorios de bienes de capital (-32%), bienes de capital (-26%), bienes intermedios (22%), combustibles (-13%) y bienes de consumo (-1%). En este caso, las cantidades disminuyeron 17,3% y los precios 6,3 puntos. En el intercambio con el Nafta, Argentina finalizó con un déficit de 668 millones, en tanto que con la Unión Europea el rojo fue de 533 millones, y con los países del sudeste asiático, de 432 millones. En los últimos doce meses, el déficit comercial se ubicó en los 4274 millones de dólares.
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