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LOS ALIADOS ATACARON UN HOSPITAL EN NIS Y LA EMBAJADA CHINA EN YUGOSLAVIA
Otro importante “daño colateral” de la OTAN

En el peor de lo que los aliados llaman
“daños colaterales”, fue destrozada la
embajada china en Belgrado. Hay 26 heridos.

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t.gif (862 bytes)  Los voceros de la OTAN se habían instalado en los púlpitos desde los que lanzan el informe de prensa diario para reconocer el enésimo error de la Alianza Atlántica: el ataque a un hospital y a un mercado en la ciudad de Nis, ocurrido ayer por la mañana, y que dejó un saldo de por lo menos 15 muertos y 50 heridos. Pero en ese mismo momento la Radio Beta de Belgrado informaba sobre el peor “desvío” de un misil de la OTAN en las seis semanas de bombardeo. La embajada china en Yugoslavia fue alcanzada por un misil y el gobierno yugoslavo dijo que, por el momento, se registraron 26 heridos, ninguno de gravedad. Desde Pekín, la agencia China Nueva informó que además hay cuatro desaparecidos. También fue alcanzado el edificio central de la Policía yugoslava y el Hotel Jugoslavija, cercanos a la embajada.
“Están locos. Esos pilotos de la OTAN están locos”, dijo el ministro yugoslavo sin cartera Goran Matic, mientras informaba a la prensa que 26 ciudadanos chinos que estaban en la embajada fueron trasladados a un hospital. El edificio de la representación diplomática china, en el que residían 20 de sus funcionarios, estaba ayer cubierto por una espesa capa de humo detrás de la cual se podía ver a todas sus ventanas destruidas. Cerca de allí está la sede de la cadena de televisión privada BK, perteneciente a Bogoljug Karic, un allegado del presidente yugoslavo Slobodan Milosevic y que es ministro sin cartera del gobierno serbio. También se escucharon explosiones en Novi Beograd y varios periodistas vieron relámpagos en dirección a la sede del gobierno federal y al cuartel general del Ejército yugoslavo, que ya fue atacado la semana pasada.
Por la mañana era en Nis donde gritaban que “los pilotos de la OTAN están locos”. Según fuentes de la OTAN, el objetivo de los ataques era su aeropuerto de la tercera ciudad más importante de Serbia. Pero las bombas aliadas se estrellaron contra un hospital y un mercado. Como es habitual, el portavoz de la OTAN, Jamie Shea, no desmintió ni confirmó en principio la versión de los medios serbios. Por la tarde la confirmó. En el ataque también fueron destruidos e incendiados coches y edificios civiles. Zoran Zivkovic, el alcalde de Nis, declaró a la agencia Reuters: “Sobre el mercado cayeron bombas de racimo. Varios edificios tienen el aspecto de un queso gruyère”. Zivkovic también declaro que instalaciones de la universidad habían sido alcanzadas.
Las escenas transmitidas por la televisión serbia (RTS) dieron sólo una limitada magnitud del nuevo “error” de la OTAN, que insiste en que no tiene intención de atacar objetivos civiles, pero admite que en algunos casos los proyectiles se desvían accidentalmente de su trayectoria y causan bajas civiles no intencionadas. El bombardeo de ayer ocurrió horas después de intensos ataques que destruyeron varios objetivos en la zona noroeste de la ciudad, incluyendo varios tanques de almacenamiento de combustible. Medios oficiales yugoslavos añadieron que también fue alcanzado un tramo de la línea ferroviaria entre Belgrado y Bucarest.
Los bombardeos también pulverizaron las esperanzas serbias de un alto al fuego a la luz del incipiente plan de paz delineado el jueves en Alemania por los miembros del G8 y que debe ser presentado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para después ser convertido en una resolución concreta en los próximos días. El gobierno de Belgrado aún no se ha pronunciado al respecto, pero todo hace pensar en que va a aceptar la fórmula bajo la cual la ONU impondría una fuerza de interposición en Kosovo para facilitar el retorno de los millares de refugiados y, al mismo tiempo, neutralizar a la fuerza guerrillera del llamado Ejército de Liberación de Kosovo (UCK, por sus iniciales en albanés) que tiene su base principal en Albania.
En medios políticos de Belgrado se dice que Milosevic hará conocer su posición una vez aprobada la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU y que insistirá en que la fuerza de cascos azules comprenda a tropas depaíses no miembros de la OTAN y que estén sólo ligeramente armadas. Que se sepa, Belgrado no encuentra inconveniente en el repliegue de la mayor parte de sus 49.000 hombres de Kosovo siempre y cuando la futura fuerza internacional se encargue de desarmar y desarticular al UCK.
Según una encuesta realizada por el diario Politika, voz oficiosa del régimen, el 75 por ciento de la población yugoslava es proclive a aceptar “observadores desarmados” de la ONU. De ese sector, 58 por ciento están de acuerdo con recibir fuerzas internacionales siempre y cuando esté excluida la OTAN. En resumen, el sondeo plantea por primera vez una aceptación a la intervención extranjera para solucionar la crisis. Y ése es el mensaje que el gobierno de Milosevic está interesado en transmitir a la población para preparar el terreno a la llegada de una fuerza de paz sin que aparezca obligado a aceptar condiciones impuestas por el G8.

 

Claves
* El bombardeo a la embajada china en Belgrado es el error más grave de la OTAN desde el inicio de los ataques contra Yugoslavia.
* China es una potencia nuclear que tiene poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, el nuevo escenario de las negociaciones de paz.
* China puede reaccionar tratando de capitalizar políticamente el hecho o directamente tomar medidas de presión militares en su área de influencia.


Donde dijo “fuerzas de seguridad” debió decir civiles. O militares

La cuestión del carácter –militar o civil– y provenencia –de países de la OTAN o no– de las fuerzas a emplazar en Kosovo es el eje de una nueva negociación.

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t.gif (862 bytes) Comienza una nueva ronda de negociaciones, aunque el último “error” de la OTAN (ver nota adjunta) podría perjudicarla. Después de las esperanzas generadas ayer por el acuerdo del Grupo de los Ocho (G-8), las Naciones Unidas se preparan para asumir un papel central en el conflicto: el secretario general de la organización, Kofi Annan, nombró ayer a sus dos enviados especiales para los Balcanes y anunció que una misión de ese organismo viajará a Yugoslavia para analizar la situación humanitaria de la región. Sin embargo, aún no está definido con claridad cómo estará conformada la “presencia internacional civil y de seguridad” en Kosovo acordada por el G-8.
En un intento por hacer valer su posición en el conflicto, Rusia exigió ayer que las negociaciones continuaran “sin pausa ni interrupciones”. Así lo subrayó el presidente Boris Yeltsin en una reunión mantenida con su representante para los Balcanes, Viktor Chernomyrdin, para evaluar los principios aprobados en Bonn. “No hay que detenerse ahora, sino más bien acelerar el trabajo para preparar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU”, declaró en sintonía el ministro del Exterior, Igor Ivanov, al conocer la decisión del G-8 de postergar hasta la semana próxima la discusión del proyecto acordado ayer en Bonn.
El secretario de la ONU, Kofi Annan, anunció que el ex primer ministro de Suecia, Carl Bildt, y el ministro de Relaciones Exteriores de Eslovaquia, Eduard Kukan, serán los enviados de la ONU que “trabajarán para facilitar una solución política”, en “contacto continuo” con el G-8. La necesidad de legitimar la operación de la OTAN a través de la ONU está ahora fuera de discusión, pero aún quedan por conciliar las diferencias más importantes: mientras Yugoslavia rechazó tajantemente la posibilidad de que países de la alianza participen de la fuerza internacional, Occidente reiteró su decisión de formar parte de esa presencia en Kosovo.
El representante yugoslavo ante las Naciones Unidas, Vladislav Jovanovic, anunció que su país “se opone a toda presencia militar extranjera”. “La palabra ‘seguridad’ no está definida” en el acuerdo -señaló–. “Si es un eufemismo para una presencia militar internacional, entonces eso será un problema”. No hubo comunicado del gobierno en Belgrado sobre el tema, aunque ayer se conoció una decisión de Milosevic de permitir el ingreso en Yugoslavia durante 10 días a una misión humanitaria de las Naciones Unidas para que evalúe los daños causados por la guerra. La medida tomada por Milosevic, que puede interpretarse como un primer intento por preparar a la opinión pública yugoslava para un eventual diálogo, fue tomada con cautela en Washington por considerar que puede tratarse de una trampa propagandística del régimen.
“Funcionará mejor si tenemos un sistema como el de Bosnia, donde hubo aprobación de la ONU. Las fuerzas de la OTAN fueron el núcleo, pero hubo participación rusa, participación ucraniana –dijo el presidente Bill Clinton–. Puede haber alguna otra forma de hacerlo en Kosovo, pero no quiero prejuzgar sobre los detalles”. Al mismo tiempo, el vocero del Departamento de Estado norteamericano, James Rubin, anticipó que habrá que recorrer “un camino muy, muy largo” antes de llegar a un arreglo, y reiteró que la OTAN deberá tener el mando de toda presencia internacional en Kosovo. Aunque el acuerdo no lo dice con claridad, los aliados aseguran que el término “presencia de seguridad” implica una fuerza militar de la que la OTAN debe ser el núcleo. Sin embargo, Rubin se preocupó por demostrar que las diferencias con Rusia no impedirán negociar, al anunciar que el vicesecretario de Estado, Strobe Talbott, viajará el lunes a Moscú para analizar la crisis con funcionarios rusos. El viaje de Talbott fue acordado ayer por la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, y el ministro ruso del Exterior, Igor Ivanov, quienes además discutieron la exigencia del G-8 de desarme del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK).
El UCK rechazó el acuerdo elaborado en Bonn, porque “no garantiza una solución estable al problema”, y negó que el jefe moderado de losalbaneses, Ibrahim Rugova, quien fue autorizado por Belgrado para salir del país, tenga “mandato para negociar sobre el problema de Kosovo”. Un vocero del UCK, Jakup Krasniqi, advirtió que “mientras el régimen de Milosevic siga en su lugar, nosotros no podremos aceptar el desarme del UCK”. El portavoz consideró inaceptable que la presencia internacional no incluya a la OTAN, porque “no podría asegurar su propia defensa y aún menos la de la población de Kosovo”. “Sólo la continuación de los bombardeos y el despliegue de fuerzas terrestres podrían poner fin a la tragedia, pero si la OTAN no puede, hay que entregar armas al UCK y dejar que luche”.


PRIMAKOV, NINGUNEADO POR YELTSIN EN PUBLICO
Un primer ministro en problemas


t.gif (862 bytes) El primer ministro ruso Yevgueni Primakov sufre estos días la amarga experiencia de comprobar en carne propia la escasa distancia que media entre estar en la cumbre y ser borrado del mapa. Hace apenas un mes, el ex ministro de Exteriores era considerado todavía como el auténtico “hombre fuerte” y máximo aspirante a sustituir a Boris Yeltsin en el Kremlin. Ahora, sin embargo, ve impotente cómo el presidente, apenas recuperado de su enésima crisis de salud, siega la hierba bajo sus pies y da a entender que piensa deshacerse de él.
Yeltsin tiene un sentido de lo teatral que, con la torpeza de expresión y movimientos a que lo reducen sus numerosos achaques, bordea con frecuencia el ridículo. El espectáculo que protagonizó ayer, con las cámaras de televisión por testigos, tenía pese a todo un objetivo claro: demostrar que conserva el bastón de mando e inquietar a Primakov, a quien una dolencia de espalda le mantiene sólo a medias en actividad. Ante el patriarca ortodoxo, Alejo I, y el propio primer ministro, a mitad de una intervención sobre los actos del 2000 aniversario de la Cristiandad, el presidente se detuvo, miró en torno suyo, frunció el ceño y dijo, tras 15 segundos que se hicieron eternos: “Están sentados de forma incorrecta. Sergéi Stepashin es el primer viceprimer ministro. Cambiate de lugar”. Y dicho y hecho: colocó al lado de Primakov al titular de Interior, un incondicional suyo ascendido hace unos días, cuando fue defenestrado el procomunista Vadim Gustov. La cara del jefe de Gobierno era todo un poema. El incidente constituyó un indicio más de que Primakov, que ha logrado en los últimos meses una estabilidad sin precedentes, ha cometido el “error” de hacerse demasiado popular, hasta el punto de que todas las encuestas lo sitúan como el gran favorito ante las presidenciales de junio-julio del 2000.


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