Por Javier Lorca
Queremos defender
la universidad pública y gratuita, pero no sabemos qué hacer. Si intentamos algo, nos
cagan a trompadas, dice un estudiante de la UBA que milita en una agrupación
independiente. No está acusando a las fuerzas del orden, ni al oficialismo.
Habla de otros universitarios, de los que están integrados en estructuras partidarias y
hegemonizan los reclamos. El recorte presupuestario decretado por el Gobierno generó una
masiva protesta del movimiento estudiantil. Todos salieron a la calle, pero entre ellos
hay muchos matices. Toda una policromía de acusaciones y enfrentamientos cruzados dibujan
la Alianza, las agrupaciones de izquierda y las independientes. Estamos en una
posición muy jodida. Exigimos más presupuesto y también exigimos más transparencia en
el manejo de fondos de la UBA. Pero salir ahora a criticar al rector (Oscar) Shuberoff y a
Franja Morada es darle argumentos al menemismo, explica Matías Mosse, de la
agrupación TNT, de Ciencias Económicas.
Desde el martes pasado hasta ayer mismo, la comunidad universitaria protestó contra el
ajuste de cien millones que sufrió la educación superior con un derroche de cortes
callejeros, clases públicas y tomas de facultades. Ahora, nuestro objetivo es
cuidar y extender la masividad que consiguió la protesta, dijo a Página/12 Pablo
Javkin, titular de la Federación Universitaria Argentina (FUA). Javkin milita en Franja
Morada, que en la UBA encabeza 9 de los 13 centros estudiantiles. Esta semana vamos
a seguir con una marcha el martes, junto con Ctera, y otra el jueves, de toda la
UBA, anunció. Sin embargo, para muchos la estrategia debería ser otra.
Habría que llevar la lucha a tal extremo que el Gobierno dé marcha atrás. Por
ejemplo, hacer una huelga de hambre en Plaza de Mayo, propuso Mosse, alumno de
Economía. Pero la Mafia Morada no permitiría que se haga nada por fuera de su
aparato. La Alianza y la izquierda están desmovilizando a los alumnos. Sus militantes
copan las asambleas estudiantiles y no dejan participar a los demás, dijo.
El recorte no se va a revertir si sigue Menem en el Gobierno. La única solución es
sumar gente de todos los sectores sociales en la calle, afirmó Paula Vincent, de
Ciencias Exactas, desde la maoísta Corriente Estudiantil Popular y Antiimperialista
(CEPA), segunda fuerza dentro de la FUA. Aunque alegó: No es el momento de
criticar, sino de unirnos para frenar el ajuste. Mañana, los alumnos de Exactas
volverán a tener clases, pero en la calle. A las 9, se dictará una materia de Biología
en Retiro. Nosotros proponemos un paro nacional general. Nos oponemos por completo
al recorte y no aceptamos dar ni un peso al FMI, porque esa plata paga los bombardeos a
Yugoslavia dijo Martín, alumno de Ciencias Sociales y militante de En Clave
Roja. Pero también reclamamos más presupuesto y la derogación de la ley de
educación superior, las madres de este conflicto. Y esto no lo plantean ni Franja, ni el
rector y sus decanos radicales.
En la FUA, trabajamos juntos la Alianza y la CEPA. Vamos organizando las actividades
que logran más consenso, retrucó el secretario general de la federación, Raúl
Sánchez (Alianza-Frepaso): Aprobamos un plan de lucha con total libertad para que
cada facultad proteste como quiera, comentó. Lo que pasa es que muchas
agrupaciones independientes y otras de izquierda están muy desorientadas, agregó.
Las diferencias dentro del movimiento estudiantil son parte de nuestra historia.
Pero el Gobierno está muy preocupado por la fuerza del reclamo y tenemos que estar
preparados para enfrentar los intentos de provocar disidencias internas, dijo
Javkin. Desde todos los frentes, los alumnos acusan a la Alianza estudiantil de usar el
conflicto para buscar votos. En lugar de hacer proselitismo, deberían estar
explicando cómo van a financiar la educación, dijo Mosse. Decir que
protestamos para hacer propaganda es menoscabar la inteligencia de los estudiantes que se
movilizaron toda la semana, respondió Sánchez. Y Javkin añadió: El
conflicto no se limita al oficialismo actual. El hartazgo es para con las políticas que
cumplen conlos organismos internacionales aún sobre la educación y la salud. Los
alcances de esto van a pesar también sobre el próximo gobierno.
OPINION
Carta al Presidente
Por A. Pérez Esquivel, Gabriela Cauduro y Beverly Keene * |
Al señor
Presidente de la República Argentina, Dr. Carlos Saúl Menem: Nos dirigimos a usted
preocupados por la grave situación que atraviesa la educación pública en nuestro país.
Los recortes al Presupuesto nacional que se están realizando a través de la política
económica afectan en forma directa el derecho de una educación para todos y otros
derechos. El Gobierno privilegia el pago de los servidores de la deuda externa y posterga
el derecho del pueblo, que se ve sometido día a día al aumento de la desocupación, como
a la falta de recursos para la atención de las necesidades básicas de la población y
por ende provocando el incremento de la pobreza y la exclusión social.
La Universidad Pública Argentina ha sido siempre orgullo y presencia en el quehacer
nacional e internacional y hoy sufre las consecuencias de la política económica
implementada por el gobierno que usted preside. Reducir el presupuesto educativo atenta
contra el desarrollo del pueblo argentino. Debería tener presente que desarrollo no
significa sumar y restar como hacen sus economistas. La educación es la base fundamental
para el desarrollo y la vida de los pueblos.
Por lo tanto, reclamamos del Gobierno Argentino rever la política económica implementada
y dejar sin efecto la reducción del Presupuesto en Educación. Señor Presidente,
esperamos que el clamor que está surgiendo en todos los sectores educativos y sociales
del país sea escuchado y tenga el coraje de corregir los errores cometidos.
* De la Cátedra Cultura Para la Paz y los Derechos Humanos, Facultad de Ciencias
Sociales, UBA. |
Menem y García Solá
Menem y García Solá
El presidente Carlos
Menem calificó ayer como una mentira y una falacia total las
declaraciones que formuló el rector de la UBA, Oscar Shuberoff, en el sentido de que
podría producirse el cierre de esa casa de altos estudios a raíz del recorte
presupuestario. Por su parte, el flamante ministro de Educación, Manuel García Solá,
les pidió tranquilidad a los estudiantes universitarios.
Es una mentira, una falacia total, dijo Menem sobre las afirmaciones del
rector y agregó que Shuberoff, todos sabemos que es radical y que pertenece a la
Alianza, y utiliza su cargo para crear este tipo de problemas. Cuando se le pidió
que haga un balance de la última semana, dijo: Fue muy buena, pese a los problemas
fue muy buena.
García Solá, en su primer contacto con la prensa como ministro pidió calma a los
estudiantes y aseguró que van a tener los recursos para que la UBA funcione
con el mismo presupuesto que tuvo en 1998. Luego se refirió a la renunciante Susana
Decibe como una queridísima amiga, compañera y jefa, aunque en el entorno de
la ex ministra lo tratan de traidor, ya que junto con Decibe renunciaron las
cabezas de las áreas universitaria y pedagógica y el secretario permanente del Consejo
Federal.
En el Congreso y en la Justicia
también
El presidente del Consejo
Interuniversitario Nacional, Enrique Isola, confía en torcerle el brazo al Gobierno con
una ley y presentaciones judiciales.
Buenos Aires es importante, pero
sólo una parte del sistema nacional.
Pero no puede librar la batalla sola, porque la perdería. |
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Por J. L.
Vamos a tener
éxito en nuestro esfuerzo por detener el recorte presupuestario a las
universidades, aseguró, en diálogo con Página/12, el presidente del Consejo
Interuniversitario Nacional (CIN), Enrique Isola. El CIN, que nuclea a los rectores de las
37 universidades nacionales, tiene sus esperanzas puestas en el Congreso y también en la
Justicia: la mayoría de las casas de estudios prepara presentaciones judiciales para
frenar el ajuste, anunció Isola, rector de la Universidad de La Patagonia Austral.
¿Qué estrategia piensan seguir para no perder los cien millones de pesos?
Vamos a buscar apoyo en el Congreso. Estoy convencido de que el miércoles se va a
aprobar el proyecto de ley presentado por el diputado Eduardo Mondino (PJ), que propone
devolver a las universidades esos fondos. Después habrá que ver si Economía nos gira
las partidas. Por otro lado, estamos trabajando para que cada institución solicite una
medida de no innovar ante la Justicia. Y estamos estudiando hacer una presentación entre
todas. Aunque algunas ya se adelantaron.
Lo dice por la Universidad de Buenos Aires.
Sí. Al adelantarse, habilita lecturas de intencionalidad política. Si nos
presentamos todas las universidades juntas, se vuelve una defensa estrictamente
universitaria. Buenos Aires es importante, pero sólo una parte del sistema nacional. Pero
no puede librar la batalla sola, porque la perdería.
Si el recorte se confirma, ¿cerrarán muchas universidades?, ¿cómo seguirá la
protesta?
En general, no implicaría cerrar las puertas. Cada una deberá decidir si cierra o
deja de pagar la limpieza, gastos, sueldos o programas de investigación. Si no hay una
respuesta rápida del Gobierno, vamos a arrastrar el conflicto todo el año. Y no sé si
la sociedad está preparada para resistirlo.
¿Cómo evalúa la reacción de la comunidad universitaria?
La movilización fue muy fuerte en todo el país, no sólo en la capital. La
relación entre las universidades se volvió más solidaria y creció la defensa social de
la educación pública.
OPINION
La imaginación recortada del poder
Por Mempo Giardinelli |
Resulta
casi imposible imaginar un país nuestro país sin universidad. Cuesta
pensarlo, y además debiera carecer de sentido seguir discutiendo acciones de un gobierno
que está en la puerta de salida. Pero es inevitable ocuparse de esto, porque el recorte
brutal del presupuesto educativo parece ser por lo menos dos cosas: es un hecho y es el
colmo. Los tironeos en el poder, el sainete pre y post renuncia de Decibe y la
ratificación del recorte ya ni siquiera son parte de una política educativa, como no es
una política petrolera lo que están haciendo con YPF. Esto es simple y sencillamente
destructivo. Porque el recorte se produce justo en momentos en que la enseñanza pública
debiera ser la prioridad principal de la Argentina, dados el desaliento generalizado y las
imposiciones del poder mundial. Se produce cuando más cabría mejorar los ridículos
salarios docentes, pero de una vez, de veras y sin mentir más; cuando es imperativo
fortalecer las universidades públicas para que dejen de languidecer y de reducir su nivel
académico; cuando el desempleo está en los niveles en que está y casi no se pueden
cerrar más fuentes de trabajo porque ya no hay fuentes de trabajo.
Como venenosa cereza sobre la crema, se completa la obra: destruido el
aparato productivo, vendido a precio vil el patrimonio social,
desnacionalizado conceptualmente el gran movimiento político que alguna vez se llamó
peronismo, engañada la sociedad una y mil veces hasta que el hartazgo la
lleva a reclamar nuevamente mano dura, ahora se perfecciona la colonización
con este embate final contra la educación. A la cual se pretende quitar todo sentido de
solidaridad y de argamasa colectiva para convertirla en una variable más del Dios
Mercado.
Nuevamente queda claro que la imaginación a este gobierno sólo le alcanza para restaurar
edictos policiales, apoyar a Pinochet o insistir con la instauración de la pena de muerte
a cada rato. Los globalizadores de turno, obedientes y fundamentalistas, recortan con
frialdad de carniceros. Es todo lo que imaginan, cuando habría que imaginar y desarrollar
más fuentes de financiamiento para la educación; cuando se debería duplicar el
presupuesto nacional educativo, reivindicación fundamental e impostergable de la
Argentina del Siglo XXI; cuando las universidades públicas deberían perfeccionarse como
organizaciones de investigación aplicada, de modo que los frutos del conocimiento
redunden en beneficios económicos que las mismas universidades manejen, con autonomía y
de acuerdo a sus propios órganos democráticos de gobierno; cuando más falta hace una
universidad nacional pública de la que ningún argentino quede marginado y en la que la
excelencia académica esté por encima de toda consideración económica.
Pero estos servidores del nuevo procerato internacional sólo son capaces de recortar. O
de acomodarse, como el ubicuo nuevo ministro, que en el Chaco es famoso por sus
condiciones de escalador y porque siempre cae parado justo al lado del calorcito del
poder. No soy experto en educación, pero sí soy producto de la escuela pública y de una
universidad nacional laica y gratuita que me permite ver con toda claridad cómo
amnésicos y conversos han venido destruyendo la educación pública. La cual, bien y mal,
y con claroscuros, durante décadas educó a millones, integró a los inmigrantes con el
país y formó generaciones enteras de gente sabia, sensible, hábil y capaz.
La pregunta es: ¿permitiremos los argentinos, de cualquier ideología, que también se
nos destruya la universidad pública? Si la respuesta es que no, entonces hay que hacer
algo. Y ese algo empieza por plantarse del modo más firme. Aunque así de paradójica sea
esta Argentina que ha tolerado mansamente 10 años de menemismo, que ha consentido la
destrucción de casi todo y que sin embargo aún hoy las encuestas indican que casi un 40
% de la ciudadanía los votaría de nuevo. Aunque así de paradójica sea esta Argentina
en la que uno esperaría que la oposición se plante con firmeza de una buena vez para
encabezar la protesta, pero no: se la ve demasiado tolerante y preocupada por ser prolija
y presentable a los ojos del FMI.
Es difícil tener esperanzas, pero no nos queda otra: resistir, protestar con toda la voz
y, una vez más y sobre todo, guardar la misma buena memoria que tenemos hacia los
dictadores de ayer para los gobernantes de hoy. |
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