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Paraguay vs. el resto del Mercosur (sin Brasil)

El presidente paraguayo volvió a acusar a Argentina por el  asilo de Lino Oviedo y no se disculpó por las palabras contra Uruguay de su reemplazante interino, Juan Carlos Galaverna.

El presidente paraguayo Luis González Macchi junto a su par chileno Eduardo Frei.
A la vuelta de su viaje a Santiago, el mandatario avaló tácitamente las acusaciones contra Uruguay.

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t.gif (862 bytes)  El Mercosur sigue tensándose por el lado de Paraguay. Su presidente, Luis González Macchi, dijo que no se va a disculpar con su par de Uruguay, Julio María Sanguinetti, a raíz de las expresiones de su reemplazante Juan Carlos Galaverna, que había dicho que Uruguay mantenía “relaciones hipócritas con Paraguay”. La piedra del escándalo es el asilo político que se otorgó en Montevideo, la semana pasada, al general retirado José Segovia Boltes, ex ministro de Defensa del gobierno de Cubas, señalado por las autoridades como un prófugo de la Justicia por el crimen del vicepresidente paraguayo Luis María Argaña. Además de avalar tácitamente las acusaciones de Galaverna, González Macchi reiteró que el gobierno argentino “genera inestabilidad en la región” por el asilo otorgado al ex golpista Lino Oviedo.
“Yo no puedo disculparme en nombre de Galaverna. El era el presidente interino del Paraguay y ahora de nuevo el presidente soy yo”, observó en tono firme González Macchi cuando volvió a Asunción, el viernes por la noche, proveniente de Santiago. El canciller interino de Paraguay, Carlos Mateo Balmelli, dijo este sábado que el gobierno local no tiene agendado disculparse y resaltó que las relaciones paraguayo-uruguayas no podían ser las mismas desde el asilo de Segovia. Expresó que el Ministerio de Relaciones Exteriores buscará recomponer las relaciones sobre la base de que el Paraguay “necesita de la comprensión de la comunidad internacional y sobre todo del mundo del Mercosur en su afán de castigar a los responsables de los hechos ocurridos en marzo”.
El nuevo gobierno paraguayo, que reemplazó al del ingeniero Raúl Cubas luego del crimen de Argaña y de la crisis política que desató, consideró desde el principio que era un error dar asilo político a cualquier persona cercana a Oviedo, a quien se sindica como el principal responsable del asesinato. Dentro del ahora oficialismo, Galaverna fue el primero en denunciar con nombres y apellidos a los supuestos colaboradores de Oviedo en Argentina y en Uruguay y no dudó en acusar a sus gobiernos de estar involucrados indirectamente en la muerte de Argaña.
En la última semana, los dardos de Galaverna, ahora titular del Senado y hasta ayer presidente interino de Paraguay, se dirigieron contra el ex embajador uruguayo en Asunción, Federico Bouza, y contra el representante diplomático argentino Néstor Ahuad. También declaró que el actual embajador uruguayo Rodolfo Olavarría, que fue llamado a consultas a Montevideo en señal de protesta, tenía la misión de proteger a Oviedo y advirtió que sabía de más cosas que todavía no podía revelar.
Junto con el ahora ministro del Interior, Walter Bower, Galaverna es la punta de lanza de las múltiples denuncias, públicas y judiciales, que llueven contra los sectores cercanos a Oviedo, quienes devuelven la pelota aludiendo a “una persecución política”. Galaverna tramita actualmente una querella contra el director el diario oviedista ABC Color, Aldo Zuccolillo, a quien acusó de difamación y calumnia.

 

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