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YUGOSLAVIA ANUNCIO UNA RETIRADA PARCIAL DE SUS TROPAS
Nos vamos de Kosovo, pero no tanto

El ejército serbio reducirá sus fuerzas
en la provincia yugoslava, pero la OTAN exigió que esta retirada sea total.

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t.gif (862 bytes)  El gobierno yugoslavo decidió ayer un retiro parcial de las fuerzas militares serbias en la provincia de Kosovo “al nivel de los tiempos de paz”, ya que “las acciones contra el UCK (el Ejército de Liberación de Kosovo) han concluido”. El presidente yugoslavo Slobodan Milosevic conversó con el diplomático japonés Yakushi Akashi, ex enviado de la ONU para la ex Yugoslavia, para expresarle “su voluntad de paz”, según el mismo Akashi. Desde Washington, la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, dijo que no se aceptará esta “decisión a medias”, y desde Bruselas el portavoz de la OTAN, Jamie Shea, declaró que “las cinco condiciones de la OTAN para dar por concluida la operación aérea” –una de las cuales es la retirada “total de las fuerzas militares y policiales serbias de Kosovo”– “son muy claras y la misma continuará hasta que se cumplan totalmente”.
En Pristina, capital de Kosovo, fuentes militares serbias explicaron que “existe un gran peligro de que durante su retirada las tropas se conviertan en blancos de la aviación de la OTAN” y que “por eso la retirada no se realiza en convoyes”. Agregaron que la operación se hace “lenta a causa de la destrucción de puentes en los límites de Kosovo”. En la provincia existen actualmente unos 100.000 efectivos militares y paramilitares serbios, apoyados por 300 tanques. Con la medida tomada el domingo por la noche, estas fuerzas quedarán en 25.000 hombres.
Pero la OTAN desconfía de la información. “Estamos investigando para saber qué grado de veracidad tienen los informes”, dijo Shea, aclarando que “cualquier retirada de las fuerzas yugoslavas de Kosovo debe ser creíble y verificable”. De hecho, la Alianza atlántica tiene informaciones sobre “operaciones muy intensas de las fuerzas especiales del ejército yugoslavo a lo largo de la frontera con Albania para cortar el corredor creado por el UCK en la región de Junik”, según el vocero. Shea también subrayó que la limpieza étnica proseguía en Kosovo, “entre Pec y Prizren”.
Pero el vocero de la Alianza atlántica extrajo consecuencias positivas de esta información aún no confirmada. “Si Milosevic ordenó de verdad que sus fuerzas se retiren de Kosovo, demostrará que la campaña aérea de la OTAN empieza a tener efecto y que el presidente se da cuenta”, explicó Shea, “y todo parece indicar que él tiene que recurrir a fuerzas especiales, porque el ejército convencional ya no logra llevar a cabo esa misión, en particular por los daños que le causaron las fuerzas de la OTAN”.
En la ONU y en algunos países europeos, la retirada parcial de tropas serbias de Kosovo constituye “un acontecimiento positivo”, según un comunicado del organismo internacional. La Presidencia del Consejo de Ministros italiana dijo que “se trata de un gesto positivo, pero que parece insuficiente con respecto a lo que espera la comunidad internacional, así como a las condiciones enunciadas por el secretario general de la ONU”. Las palabras duras quedaron para Gran Bretaña y para Estados Unidos. El presidente norteamericano Bill Clinton dijo que “la campaña militar continuará hasta que se cumplan todas las condiciones puestas por la OTAN para un alto el fuego”.
Después de dos noches de paz para Belgrado, los objetivos militares de la OTAN contra el territorio yugoslavo se concentraron en la zona industrial de la ciudad de Cacak, causando cuatro muertos y 13 heridos, según la agencia yugoslava Tanjug. También fue destruida la sede de la Policía serbia en Valjevo, una de las localidades más castigadas desde el inicio de los bombardeos. Por la noche, en Belgrado, la capital yugoslava, se escucharon fuertes explosiones, luego de 48 horas de “descanso” de ataques aéreos. La municipalidad de Belgrado suspendió ayer el suministro eléctrico por razones de economía, después de los desperfectos provocados la semana pasada por bombas de grafito lanzadas por la OTAN, que dañaron seriamente las líneas de alta tensión.
Desde Bruselas, el portavoz militar de la OTAN, Walter Jertz, explicó que el comandante de la Operación Fuerza Aliada, general Wesley Clark,está “muy interesado” en ampliar las baterías misilísticas terrestres alrededor de Yugoslavia, en referencia a las informaciones publicadas por medios norteamericanos sobre la instalación de estas baterías en Croacia y en Eslovenia. Jertz explicó que los aviones utilizados en la operación vuelan muy rápido y que a veces les resulta difícil atacar blancos móviles terrestres que se encuentran camuflados.

 

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