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Vecinos escépticos ante otro plan de seguridad

Granillo Ocampo se presentó con Macri en La Boca para lanzar el plan de prevención. Los vecinos explicaron que ya tienen uno.

Los vecinos escucharon pacientemente los discursos.
Pero comentaron que allí venden droga y la policía no hace nada.

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Por Carlos Rodríguez

t.gif (862 bytes) En una reunión donde hubo desencuentros políticos y hasta deportivos, el Ministerio de Justicia impulsó la puesta en marcha, en los barrios de La Boca y Barracas, de un plan de prevención del delito denominado “Seguridad Cooperativa”, similar al que funciona en Saavedra. El ministro Raúl Granillo Ocampo, hincha de River, tuvo la ingrata tarea de presentar el proyecto en el estadio de Boca, en medio de comentarios jocosos sobre el resultado del último superclásico. Cuando Granillo se fue, otros funcionarios discutieron la propuesta con los vecinos, que agradecieron la intención pero recordaron que en los dos barrios “ya funciona un Consejo para la Prevención del Delito” motorizado por el gobierno porteño. En definitiva, le pidieron a Granillo que se sume al grupo preexistente.
En su intervención inicial, Granillo dijo que la violencia “ha salido de los marcos habituales”, que la inseguridad “no obedece a un incremento del índice de los delitos porque en realidad han descendido”, pero que hay “una mayor violencia” en las calles. Entre las causas del fenómeno citó el “debilitamiento de la familia como dique de contención de los jóvenes”, los mensajes de violencia de la TV “donde hasta los `buenos’ solucionan todo a los tiros”, la drogadicción que “provoca excesos de crueldad” en los delitos y los problemas económico-sociales, aunque aclaró que eso “no significa ponerle el rótulo de delincuentes a los más pobres”.
El ministro instó a “reforzar los lazos entre la comunidad y la policía para modificar las formas de control en los barrios” teniendo en cuenta la experiencia del barrio de Saavedra. Cuando se retiraron Granillo y el presidente de Boca, Mauricio Macri, comenzó el debate. El que recibió las críticas fue el secretario de Política Criminal del Ministerio, Julio Aparicio, que provocó evidente malestar con su larguísimo discurso.
En nombre de una coordinadora que agrupa a 25 entidades barriales, Martha Orengo Caffarena le recordó a Aparicio que ya funciona en La Boca y Barracas “un Consejo para prevenir el delito” y que hace dos semanas los vecinos fueron al Congreso para reclamarles “a todos los bloques que dicten leyes para preservarnos porque ésa es su obligación”. Luego, “en un gesto de gentileza”, como ella misma lo definió, invitó a Aparicio “a sumarse al Consejo que ya hemos conformado”. El funcionario aceptó el convite sin más trámite y el martes se hará la primera reunión conjunta.
Como para ir calentando el ambiente hacia el próximo encuentro, Orengo Caffarena recordó a este diario un párrafo de la carta abierta que dirigieron a los legisladores “de todas las bancadas” y que dice: “El país asiste absorto al triste y obsceno espectáculo que ofrecen políticos (de todas las capillas) más preocupados por sus problemas de candidaturas y luchas por el poder que por los problemas de la gente”. Por su parte, Mónica Pinto, de la Asociación Mutual Esperanza, aseguró que en la zona de La Vuelta de Rocha, en el llamado “Barrio Chino” de La Boca, “la droga se vende en lugares públicos y la policía no hace nada”. El guante fue arrojado hacia los comisarios de la seccionales 24ª, 26ª y 30ª, con jurisdicción en distintos sectores del barrio, pero sus jefes ya se habían ido, junto con Granillo y con Macri.

 


 

EL CLINICAS, EN CRISIS, REDUCE LA ATENCION
La mitad de las camas quedan vacías

t.gif (862 bytes) En el marco de la crisis que vive el Hospital de Clínicas, su director, Jorge Itala, anunció en una conferencia de prensa que desde el martes la institución trabaja con una “limitación transitoria de camas”, de cerca de un 50 por ciento de la capacidad, por falta de presupuesto. Por eso reclamó un incremento de presupuesto de 2 millones de pesos, ya que el aumento “que se votó en el Congreso nunca llegó”. Aunque el gremio del personal no docente anunció que, si la Universidad no destina más dinero, “el hospital no puede seguir funcionando”. Itala sostuvo que no está en discusión la posibilidad del cierre de la institución. Ambos, sin embargo, se mostraron esperanzados con la noticia de la marcha atrás, al menos en parte, del recorte a Educación. Por eso ayer se levantó el paro contra el recorte presupuestario por el cual desde el jueves el hospital atendía sólo urgencias.
“La situación económica del hospital sigue siendo difícil. La deuda más importante es la del PAMI, que todavía debe alrededor de 1.600.000 pesos”, relató Itala. Además del PAMI, varias obras sociales tienen una deuda crónica con el hospital que oscila en 5 millones de dólares. En algunos casos, según Itala, son “deudas incobrables”. Lo cobrable serían 1.500.000 pesos, “pero a través de un circuito muy lento”, se lamentó el director del Clínicas. Todo eso, sumado a la baja de la recaudación por autogestión y la obligación del hospital de comprar insumos, pagar los servicios, los premios a los empleados y la mitad de la beca de los residentes, hicieron que las cuentas no cerraran. Por eso, el lunes el directorio sacó una resolución que “limita transitoriamente” el número de camas disponibles de 476 a 238. Sin embargo, Itala aclaró que hoy había 140 camas ocupadas, es decir que no se llegó a ese límite, y que por ahora no se produjo ninguna derivación a otro hospital.
El Clínicas recibe 29 millones anuales de la UBA para el pago del personal y el 50 por ciento de la beca de los residentes. Los gastos restantes corren por cuenta de la autogestión, que recauda unos 21 millones, según informó Miguel Skandar, delegado general de la comisión interna y miembro de la Asociación Personal Universidad de Buenos Aires. Itala afirmó que para funcionar normalmente el hospital necesitaría un presupuesto de más de 2 millones de pesos, más allá de lo destinado al pago de sueldos.
Por otro lado, ayer se levantó el paro en apoyo a las protestas contra el recorte a Educación, por el cual hospital atendía sólo emergencias, como los días domingo. En asamblea los empleados del hospital decidieron reclamar ante el rectorado el aumento del presupuesto, la confirmación de los empleados contratados y el pago de premios. “Hoy la realidad nos indica que es imposible sostener el hospital abierto en estas condiciones”, afirmó Skandar. Por eso, si la respuesta del rectorado es negativa, la semana que viene marcharán hacia allí con los otros hospitales universitarios. Como las autoridades del hospital, Skandar espera que con la vuelta atrás del recorte los fondos entren al hospital.

 

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