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Por J.I.C.  Tras haber entrado al
torneo como “lucky looser” (perdedor afortunado, pese a su derrota en el
preclasificatorio, jugó por lesión de Todd Martin), y luego de salvar un match point en
su partido de segunda ronda, el argentino Franco Squillari, 47º del ranking mundial,
protagonizó ayer el mayor batacazo de la tercera rueda del Abierto de Roma al vencer al
español Carlos Moyá, número 3 del mundo, por 6-3 y 7-5. Hoy, por los cuartos de final
de este quinto Súper 9 de la temporada –que reparte 2.200.000 dólares en
premios–, Squillari enfrentará al también español Alex Corretja, 7º en el
escalafón del ATP Tour. “Jugué un partido excelente ante Moyá (ex Nº 1 del mundo), aunque el resultado no me sorprende”, le contó el argentino a Página/12, casi en la medianoche romana. “Estoy con mucha confianza, y esperaba una victoria así.” En la cancha número uno del Foro Itálico (llamada “Pallacorda”), y con la mayor parte del público en su contra, Squillari mantuvo siempre el control del match. Un quiebre de servicio en el segundo juego del primer set –para colocarse 3-0 adelante– le bastó al argentino para asegurarse ese parcial. En el set final, el desequilibrio llegó en el 5-5: con el saque de Moyá, el porteño devolvió el servicio del español “como los dioses” –tal como él mismo lo reconoció– y así, con el break a su favor, logró la ventaja decisiva. “Traté de errar poco y de jugarle pesado todo el partido, cosa que a él le molestó mucho”, afirmó el ganador. El triunfo de Squillari, de 22 años, ante el último campeón de Roland Garros, no hace más que alargar su racha de grandes resultados en 1999. En Barcelona, un mes atrás, el argentino despachó de manera categórica al ruso Yevgeny Kafelnikov, hoy Nº 1 del mundo. Y dos semanas después, el zurdo que creció jugando en el Club Deportes Racionales, se adjudicó el Abierto de Munich, su primer título en torneos del ATP Tour. “Estos resultados no son de casualidad. Ahora estoy tratando de jugar a conciencia. En mi interior sabía que, tarde o temprano, todo esto tenía que pasar. Era sólo cuestión de tiempo”, afirmó el argentino, que jamás perdió ante Moyá en las tres veces que se enfrentaron. Sobre el partido de hoy ante Corretja, adelantó: “Va a ser muy duro, porque Alex no te da puntos fáciles. Voy a tener que correr más que él”. Y también deberá Squillari agradecer al destino, que le permitió entrar al cuadro principal como “perdedor afortunado” –había caído en la clasificación ante otro argentino, Gastón Gaudio– tras el retiro del norteamericano Todd Martin; y también dar vuelta un partido complicadísimo el miércoles, ante el italiano Davide Sanquinetti. “Es cierto, lo de entrar como lucky looser fue una sorpresa. Y lo del match point en contra ... todos los partidos se pueden dar vuelta, sólo hay que estar preparados”, aseguró el muchacho de Belgrano, mientras digería la bistecca y la pizza que había cenado junto a su hermano Pier. “Pero en el tenis –continuó Franco–, todo puede pasar.”
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