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El día D para el país D en la crisis de Kosovo

La Duma rusa decidirá hoy si inicia el impeachment contra el presidente Boris Yeltsin. En los próximos días, también deberá aceptar o rechazar al candidato a premier del mandatario.

 


El País
de Madrid

Por Luis Matías López
Desde Moscú


t.gif (862 bytes)  Mientras Rusia lidera los esfuerzos para llegar a un acuerdo de paz sobre Kosovo entre Yugoslavia y la OTAN, la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso) votará hoy los cargos presentados contra el presidente Boris Yeltsin y decidirá así si inicia o no el proceso de destitución. El líder del Kremlin, acusado de genocidio y alta traición, corre peligro de ser hallado culpable de uno de los cinco “delitos graves”: el de haber desencadenado la desastrosa guerra de Chechenia. Mientras tanto, el candidato de Yeltsin para premier, Serguei Stepashin, aumentó sus posibilidades de ser confirmado en el cargo por la Duma.
La fragmentación de la Duma, los indicios de compra de votos y los temores a que Yeltsin se aferre al poder incluso recurriendo a la fuerza, convierten en arriesgado el pronóstico para las votaciones de hoy. Se da por seguro que no prosperarán cuatro de las acusaciones: genocidio, destrucción de la capacidad de Defensa de las Fuerzas Armadas, disolución ilegal de la Unión Soviética en diciembre de 1991 y bombardeo criminal del Parlamento en octubre de 1993.
Sobre Chechenia, parece claro que se pronunciarán contra Yeltsin los comunistas, sus aliados nacionalistas, la mayor parte de los liberales de Grigori Yavlinski, un tercio de los agrarios y algunos independientes y disidentes de Nuestra Casa es Rusia, el grupo de Viktor Chernomyrdin, actual enviado ruso para los Balcanes. Con la calculadora en la mano, la suma arroja un total cercano a los 300 diputados, la cifra mágica (dos tercios del total) necesaria para que se condene al presidente. La cuenta particular del presidente de la Duma, el comunista moderado Guennadi Selezniov, le hace pronosticar que se pasará de los 312.
Aunque así fuese, la destitución de Yeltsin seguiría siendo un asunto poco menos que imposible.
Tras los dictámenes de los tribunales Supremo y Constitucional, la última palabra la tendría el Consejo de la Federación, la Cámara alta que reúne a los líderes regionales. Quince de éstos, incluido al general retirado y gobernador de Krasnoyarsk Alexandr Lébed, se dirigieron el jueves a la Duma para intentar evitar el peligroso escenario al que conduciría el veredicto de culpabilidad.
Yeltsin ha demostrado que no consiente que nadie le haga sombra despidiendo a Yevgueni Primakov, el primer ministro más popular de sus ocho años de mandato, que había logrado una envidiable estabilidad política. Este cese se ha convertido en el primer puntal de su respuesta al desafío de la Duma. El segundo ha sido proponer para el relevo a su fiel ministro del Interior, Serguei Stepashin, que se acreditó como “halcón” en la guerra de Chechenia, y del que se teme que obedecería al presidente si éste recurriese a una solución de fuerza.

 

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