Yabrán está vivo.Se falseó el análisis de ADN
Daniel Corach, director del Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Facultad de
Farmacia y Bioquímica (UBA), profesor en la cátedra de Genética y Biología Molecular,
investigador del Conicet. Practicó los estudios de ADN de la familia Yabrán, trabajo que
llevó tres semanas.
Un
análisis de ADN se basa en la extracción, purificación y análisis de material
genético a partir de fragmentos de material cadavérico (tejidos de diferentes partes del
cuerpo como los pulmones, el riñón, el hígado, pelo y también sangre). Cada progenitor
cede a sus hijos el 50 por ciento de la información genética que posee. Es posible hacer
una rastreo para cotejar las características presentes en los padres con las que poseen
los hijos y determinar, así, si una persona es hija de otra.
En el
caso de Alfredo Yabrán, teniendo el material genético del cadáver, primero se verificó
que todos los fragmentos pertenecieran a una misma persona. Luego se relacionaron los
marcadores presentes en el cromosoma masculino y se vio que los restos cadavéricos y los
hijos varones tenían idéntica información genética. También se estudiaron los
marcadores presentes en los cromosomas comunes (no sexuales) de los hijos y, comparados
con los cromosomas presentes en el material sanguíneo de la madre se pudieron determinar
las variables obligadas presentes en el padre. Siempre hubo coincidencias. Es decir, se
analizó un conjunto de más de 25 marcadores y todos ellos confirmaron que el material
genético presente en los restos analizados correspondía a quien en vida fuera el padre
biológico de Pablo y Mariano Yabrán, considerando que la madre, como también se había
confir-
mado, era la madre biológica. Si se parte de pensar que Yabrán está vivo y que
el cadáver es de otro, para fraguar el análisis de ADN la alternativa es pensar que
mandó su propio material genético para que lo analicen. En el caso de Yabrán se
mandaron más de 600 gramos de tejidos. Por eso es imposible que una persona esté viva
con tanto tejido de menos.
Yabrán está vivo.Se falsificó la autopsia
Mario Rosenfeld, médico forense de la Morgue Judicial de la Capital Federal. Actuó en
casos resonantes como el de las manos de Perón, Menem Junior, el caso Schoklender.
De las
autopsias se sacan fotos y en los hechos trascendentes, como el suicidio de Yabrán, se
filman. De manera que todo es verificable y, además, en este caso participó de la
autopsia una cantidad importante de jueces, fiscales, abogados y forenses. No se puede
sustituir a un verdadero Yabrán por uno falso con sólo tener un cuerpo que mida, por
ejemplo, 1,78 metros, es decir la altura del verdadero. Siempre se verifica la historia
médica anterior, si Yabrán tenía las cicatrices que tenía y lo mismo con la historia
dental. De manera que hay imágenes para ver y una identificación no sólo visual sino
también relacionada con las historias clínica y dental.
Yabrán está vivo.Se hizo una maniobra con las huellas digitales
Eduardo Frigerio, licenciado en criminalística, trabajó 25 años como perito de
Gendarmería, ahora actúa como perito de parte. Participó en las pericias de la muerte
de Menem Junior, del brigadier Rodolfo Echegoyen, fue profesor de técnica de
investigación criminal en la UBA.
Las
huellas digitales, las características del dibujo papilar se forman en el quinto mes de
vida uterina. Es uno de los fundamentos que permiten elegir a las huellas como forma de
identificación de personas. Son perennes, inmutables y únicas (no hay dos personas con
la misma huella).
Suponiendo que
el muerto no es el que se cree, para falsificar las huellas digitales en una ficha
habría que utilizar algún procedimiento técnico como, por ejemplo, obtener una muy
buena fotografía de la huella verdadera y hacer una especie de sello de goma que permita
reproducirla. Otra posibilidad sería preparar un molde en látex, también a partir de
una fotografía, pegarlo en un guante de cirujano, y tomarme yo mismo las huellas. Pero,
la verdad, son trampas muy difíciles de hacer.
La otra
posibilidad es reemplazar las fichas en las instituciones donde se guardan los registros
de huellas dactilares (poner las del verdadero muerto en el lugar de las del falso
muerto). Actualmente hay fichas en el Registro Nacional de las Personas y en la Policía.
Para reemplazar esas fichas hay que contar con una red de complicidades que permita
acceder a los prontuarios. Una complicación puede ser que, en la Policía, por ejemplo,
hay planillas de cuatro o cinco períodos de la vida de una persona. O sea, tengo que
tener accesos a toda la documentación.
Yabrán está vivo.Es imposible que se haya pegado un tiro con una escopeta, sentado en
una silla
Aníbal Sciarretta, licenciado en criminalística, especialista en balística, documentos
y accidentología vial.
De
acuerdo con la autopsia, Yabrán habría colocado la escopeta Baikal calibre 12.70, de
proyectiles múltiples, en un ángulo de 45 grados. El orificio de entrada del disparo
estaba ubicado en la cavidad bucal, pero no tenía orificio de salida. Una treintena de
perdigones quedaron incrustados en la masa encefálica. El impacto de los proyectiles y
los gases liberados provocaron el estallido del cráneo y su macizo facial.
El modelo
de escopeta utilizado es bastante corto y es factible que se haya pegado un tiro así.
Además, cuando se produce un suicidio de estas características no necesariamente hay que
apretar la cola del disparador con el dedo de la mano, si la posición del cuerpo y del
arma resultan incómodos. Es decir, se puede utilizar cualquier elemento. En muchos casos
los suicidas, por ejemplo, atan un piolín, lo hacen pasar por otro lugar, y producen el
disparo. Eso sí, los que se suicidan con escopeta siempre se ponen el cañón en la boca;
se sientan o se colocan de pie; se introducen el cañón y disparan. Casi no queda nada de
la cabeza. Lo que produce el destrozo no sólo son las municiones. Los gases producto de
la combustión de la pólvora ejercen presión y producen destrozos en la cavidad
craneana. Con esto quiero decir que la muerte de Yabrán no es atípica.
Yabrán está vivo.No es difícil conseguir un doble, matarlo y hacerlo pasar por un
Yabrán suicidado
Eduardo Frigerio.
Siempre
que se usa un doble tiene que ser un muerto o un vivo al que se mata. Tendría que tener
una semejanza física aceptable en cuanto a estatura, color de tez, tipo de cabello tanto
en la forma de nacimiento como color y tipo de pelo, color de ojos, conformación de la
nariz, boca y orejas similares. No es suficiente con que tenga la misma altura y
cicatrices parecidas. Conseguir esto no es tan sencillo. En un caso de sustitución, la
muerte se simula mediante un proceso que implique una agresión bastante más completa del
cadáver, como una inmolación con fuego para que el cadáver quede destrozado y sea
difícil de identificar. A Yabrán el disparo ni siquiera le afectó la totalidad de la
cabeza.
Yabrán se suicidó.Pero fue un suicidio inducido
Oscar Pellicori, abogado de María Cristina y Candela, esposa e hija de José Luis
Cabezas.
Esto no
se investigó como correspondía. Hay un delito que es la instigación al suicidio, que
tiene una pena de uno a cuatro años de prisión. Es cuando una persona le dice a otra vos
no tenés otra alternativa, vos lo único que tenés que hacer es suicidarte, ya sabés lo
que tenés que hacer. Y, por ejemplo, le alcanza un arma. Entre los militares y la mafia
esto no es nada habitual.
Subcomisario Sergio Aliani, del departamento de Homicidios de la Policía de la provincia
de Buenos Aires.
Un
suicidio inducido se da cuando se crea en una persona la necesidad de suicidarse. Se da en
casos especiales y de personajes poderosos, aunque no siempre conocidos. Le van sugiriendo
que la solución última es quitarse la vida. Trabajan sobre la mente de la persona. Por
lo que se supo sobre la muerte de Yabrán, en mi opinión puede haber sido un suicidio
inducido.
La
realidad es que la Justicia cerró la causa sobre la muerte de Yabrán considerando que no
era relevante estudiar las últimas comunicaciones efectuadas con su teléfono satelital.
No es un dato menor porque, ante la hipótesis del suicidio inducido, las llamadas
registradas en ese aparato deberían conducir a quien indujo o al menos compartió su
misteriosa muerte. Los teléfonos satelitales memorizan, aunque se queden sin batería,
los números telefónicos de los últimos llamados. Andrea Bordo, empleada de la estancia
San Ignacio, declaró ante la jueza Graciela Pross Laporte que conocía la existencia de
ese teléfono y que vio al empresario utilizándolo en los días previos a su muerte.
Tampoco se hizo pesquisa alguna relativa a las camionetas 4x4 que estuvieron en la
estancia en los últimos días del empresario ni nunca nadie averiguó quiénes fueron las
personas que lo visitaron en su escondite final. Hay algunos otros elementos que siguen
sin estar claros. Por ejemplo, no se practicaron estudios dactiloscópicos a los cartuchos
para ver si alguien le entregó los proyectiles para el suicidio ni en el
lugar donde minutos antes de morir el empresario había estado almorzando. Las huellas
sólo se tomaron en el baño, el lugar del hecho, pero no en la habitación contigua ni en
el comedor. El Dermotest practicado en la mano izquierda mostró la existencia de una
partícula de plomo. La mano derecha no se analizó nunca. La hipótesis que siempre se
barajó es que Yabrán era testaferro de grandes inversores que, cuando estaba cercado, le
sugirieron que la única salida era la muerte.
Yabrán se suicidó.Por sentirse culpable
Wenceslao Bunge, vocero de Yabrán.
No se
suicidó por sentirse culpable, se suicidó por dignidad. Porque creyó más en la
justicia de Dios que en la de los hombres. Ya era pasto de una injusticia y no se quiso
dejar vencer. ¿Que muchos lo veían como un personaje poderoso que difícilmente se
dejara abatir? Una cosa era la percepción que tenía la gente y otra es cómo se sentía
él. Alfredo no quiso quebrarse. Se vio como chivo emisario, al que querían echarle la
culpa de otros y no se dejó doblegar. Voy a dar un ejemplo: salvando las distancias, el
mariscal alemán Rommel y Aldo Rico fueron dos militares derrotados. El primero tuvo honor
y se suicidó. El otro reaccionó de manera diferente. Hay que pensar que a Alfredo no
sólo estaban a punto de detenerlo sino que lo iban a humillar delante de toda la sociedad
y especialmente de sus hijos. Eso era intolerable para él.
Oscar Pellicori.
Las
razones que a la gente la llevan a suicidarse no siempre son las que uno cree, son de la
naturaleza más diversa. ¿Que se haya suicidado por sentirse culpable? La posibilidad
existe aunque también pudo sentirse víctima de una injusticia. Lo objetivo, lo
indudable, es que había un fuerte estado de sospecha, desde el punto procesal se le iban
cerrando los caminos y del expediente surgían elementos claramente incriminatorios que
llevaron a la orden de captura. Sin dudas, se venía su encarcelamiento y es difícil
determinar qué tipo de tortura interior vivió en ese momento.
Yabrán no vendió.Todo sigue siendo suyo
En diciembre de
1997, cinco meses antes de la muerte de Alfredo Yabrán, el Exxel Group compró por 605
millones de pesos las principales empresas del grupo atribuido al enigmático empresario.
A través de una operación saldada en dos pagos, el holding que preside Juan Navarro se
quedó con la firma postal Oca que previamente había absorbido Ocasa con
Villalonga Furlong, y con las participaciones que esta empresa postal tenía en
Interbaires (free shop, el 80 por ciento) y Edcadassa (depósitos fiscales, el 45 por
ciento), a través de Inversiones y Servicios.
Aunque en ese
momento el Exxel anunció públicamente la compra, los detalles de las negociaciones
previas, así como las derivaciones legales y económicas de esa operación siguen aún
planteando muchas dudas que nadie parece dispuesto a develar. Ni Héctor Colella, quien
tras la muerte de Yabrán se presentó como su virtual sucesor, ni Navarro ofrecieron
explicaciones convincentes de por qué aquel grupo inversor se avino a comprar esas
empresas justo en su momento de mayor descrédito.
En rigor,
Yabrán nunca reconoció que fuera el único propietario y, por lo tanto, vendedor de esas
empresas. En ese momento, quien asumió en forma pública este papel fue Andrés Gigena,
presidente y abogado de Inversiones y Servicios, una empresa nítidamente de Yabrán.
Después de la
venta de aquellas empresas, Colella, presunto sucesor y entrañable amigo de don Alfredo,
pasó a integrar el staff del Exxel. Mucho antes de aquella sorprendente venta, Navarro
había coincidido con Yabrán en Juncadella. Uno y otro dato refuerzan la hipótesis de
que, en realidad, el estratégico puñado de empresas no sufrió ningún pase de manos
sino que más bien, se trató de otra de las tantas operaciones cosméticas a las que el
fallecido empresario apelaba con frecuencia.
Yabrán vive.En una playa del Caribe o en una apacible aldea siria
Osvaldo Laborda (criminalista, comandante (RE) de Gendarmería).
Supongamos por un instante lo siguiente: que es posible falsificar el
análisis de ADN, a pesar de que hay muestras de distintos tejidos; que es posible robar
la ficha de las huellas digitales en la Policía Federal; que se puedan robar las fichas
dactilares en el Registro Nacional de las Personas; que también sea factible robar la
ficha en la provincia de Entre Ríos; que, ex profeso, alguien pueda hacer mal la pericia
balística; que sea posible meter mano en la autopsia, aunque fue filmada; que se pueda
matar a alguien parecido a Yabrán y se haga una suplantación. Podemos suponer que cada
una de estas cosas se puede hacer, lo que es imposible es que se hagan todas. Se necesita
una gran cantidad de gente para hacer esa maniobra y son tantos los que tienen que
participar que indefectiblemente en algún punto la cadena se rompe: alguien se equivoca,
a alguien se le escapa la verdad, alguien vende la historia verdadera. No hay un secreto
que pueda ser guardado entre tantas personas, más en un caso de tanta exposición
pública. La conclusión es obvia: Yabrán está muerto y por lo tanto no puede estar ni
en el Caribe ni en Siria ni en ningún lado.
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