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La Alianza triunfó ayer por primera vez de manera contundente sobre el menemismo. El candidato aliancista a la gobernación, Alfredo Avelín, superaba anoche por más de 15 puntos a su adversario, el justicialista Jorge Escobar, según los datos de boca de urna en los que coincidieron diversas consultoras, incluso las oficiales. La brecha iba a disminuir cuando se conocieran los datos del interior provincial donde la llegada de Escobar es muy fuerte, pero la tendencia era irreversible. La diferencia no dejó lugar a dudas, y el actual gobernador reconoció la derrota en una triste y solitaria conferencia de prensa, tal como suele suceder en los anuncios de las malas nuevas (ver aparte). Avelín, en cambio, fue flanqueado a la hora de la victoria por los candidatos presidenciales de la Alianza, Fernando de la Rúa y Chacho Alvarez, además de dirigentes y diputados que festejaron el resultado como si fuera la antesala del infierno del peronismo en las elecciones generales de octubre. "Este es el comienzo de la revolución de los decentes y los honrados, hoy somos más en San Juan, hoy somos más en la república y seremos millones en octubre", vaticinó De la Rúa desde el improvisado palco montado en la plaza central de la capital provincial. Por la mañana, cuando los datos todavía eran inciertos, ambos candidatos coincidieron en la misma escuela y a la misma hora para votar. Si bien el capricho del padrón fue anticipado ayer por Página/12, tanto el justicialista Escobar como el recientemente alineado a la Alianza, el veterano dirigente de Cruzada Renovadora, Alfredo Avelín, no le quitaron el cuerpo a un encuentro que ya sabían que sería registrado por la prensa regional y nacional. Y les dieron el gusto a los fotógrafos y camarógrafos que pudieron registrar un histórico abrazo entre dos viejos adversarios, aunque algo forzado y confuso. A la hora de mostrar los documentos, el doctor Avelín, tal como lo llaman en San Juan, dio muestras de ahorro en los gastos del Estado. Presentó ante el presidente de mesa en la escuela Obreros del Porvenir su libreta de enrolamiento original, la que lo muestra en la foto cuando tenía 20 años de vida y no como ahora, que por fin logró ganar en su quinto intento la gobernación, algo más viejo pero a los saltos con 20 años en el corazón. Pero los latidos acelerados que anoche golpeaban el pecho del ahora gobernador electo no fueron tan emocionante para la Alianza como la comprobación de la magnitud de la derrota infringida al hijo pródigo del presidente Carlos Menem. El arribo de los candidatos aliancistas a suelo sanjuanino fue cuestión de un par de horas. A los dirigentes embarcados en la campaña presidencial se les hacía agua la boca con sólo pensar en que lograban un doble triunfo que hasta hace poco tiempo era inimaginable. Imponerse por diez puntos a un pura sangre menemista, quien además había recibido en el último tramo de su campaña el apoyo expreso y concreto del precandidato a presidente del PJ, Eduardo Duhalde. El bonaerense apostó el sábado por la noche todas sus fichas a favor de Escobar durante una conferencia de prensa en la vecina provincia de Mendoza. Los justicialistas esperaban un milagro, a tal punto que el propio Duhalde dejó una avioneta presta para volar a San Juan para sumarse a un inesperado triunfo oficialista; Menem envió una avanzada de su custodia que desde el sábado por la tarde se paseó abiertamente por las confiterías céntricas de la provincia, y el puntano Adolfo Rodríguez Saa también despachó a uno de sus hombres de más confianza para seguir en vivo el pulso de la elección de la que no quería estar ausente por cuestiones de vecindad. Sin embargo todos optaron por una llamada telefónica de consuelo. Quien le puso el cuerpo al cierre de las elecciones anticipadas en San Juan fue la fórmula presidencial de la Alianza, que integran Fernando de la Rúa y Chacho Alvarez. "El país está mirando a San Juan y esto fortalece a la Alianza, que hoy se consolida como una nueva alternativa política en la Argentina", aseguró el jefe de Gobierno de Buenos Aires. "Este resultado es un anuncio, una señal que nos anticipa que Fernando (por De la Rúa) será el próximo presidente de los argentinos", subrayó Alvarez. El diputado provincial Marcelo Stubrin fue más cauto. "Ya tenemos una mala experiencia de soberbias, esto nos indica que el rumbo es consolidar la Alianza en todo el país y pelear voto a voto sin descanso", aseguró en clara referencia a la derrota que sufrió Ramón Mestre en Córdoba por negarse a formar en esa provincia la coalición. Dos horas después de cerrados los comicios, los primeros conteos del escrutinio oficial confirmaban los datos brindados por boca de urna. "Ayer se cumplieron diez años del triunfo de Menem en las presidenciales del '89. Un día después se viene la Alianza", sintetizó un entusiasta frepasista sanjuanino apelando al slogan de campaña de Avelín, mientras destapaba la primera botella de vino apenas finalizó la veda de alcohol vigente durante la jornada electoral. PERFIL DE ALFREDO AVELIN Alfredo Avelín es un ejemplo de perseverancia. Ayer logró la gobernación de San Juan después de haber sido derrotado en siete oportunidades en diversas elecciones desde 1963. El sanjuanino había sido vencido en cinco elecciones a gobernador, en una a intendente y en la otra a diputado nacional y recién obtuvo una banca como senador por la minoría. "La octava es la vencida", pronosticó Avelín antes de emitir su voto en una escuela a dos cuadras de su casa, a la que llegó caminando pese a sus 72 años. El actual senador nacional todavía atiende en su tiempo libre el consultorio que tiene en una de las dependencias de su casa en la capital sanjuanina. Avelín fundó el partido Cruzada Renovadora en 1960 junto a otros dirigentes que se habían separado del radicalismo. Era una expresión provincial de orientación federal con la que compitió por primera vez por la gobernación en 1963, perdiendo a manos del bloquista Leopoldo Bravo, hoy también senador nacional y socio político del futuro gobernador. Fue intendente de San Juan y diputado nacional en 1989. Como senador -fue electo en 1992-- Avelín se caracterizó por la defensa de los Hielos Continentales Patagónicos y por presentar otros 40 proyectos relacionados con la defensa de la integridad territorial. Se lo considera un estatista, a diferencia de las tendencias nacionales en sentido contrario y que proponen achicar el Estado al máximo. Un par de días antes del cierre de la campaña electoral el futuro gobernador anunció un aumento de sueldo para todos los empleados públicos sanjuaninos, y se comprometió a asegurar el financiamiento educativo y la gratuidad de la educación. El sector público y docente fueron los más perjudicados por la gestión de Jorge Escobar. También se comprometió a incentivar el desarrollo de los microemprendimientos a los que les brindará asesoramiento del INTA "para afrontar los desafíos de la globalización. Yo soy más justicialista que los peronistas", aseguró ayer el veterano dirigente al abandonar la escuela en la que votó después de presentar su libreta de enrolamiento original, que muestra la imagen del político cuando tenía 20 años.
Por F.A. "Esto no es un velorio; es una elección que perdimos. Pero tengo bronca". El gobernador Jorge Escobar eligió las palabras justas para describir el clima que se vivía en la sede del Partido Justicialista, el escenario elegido para reconocer la derrota. Pasadas las 21.30, mientras algunos militantes intercambiaban con gesto grave los datos de boca de urna que confirmaban la derrota, Escobar cumplió con la formalidad de felicitar a los ganadores e intentó explicar los resultados adversos del comicio mediante el imperio de las circunstancias. Se lamentó por la demora de la empresa Correo Argentino que hasta última hora apenas había difundido el resultado de unas pocas mesas, Y relativizó los datos de boca de urna brindados por la oposición, en un intento por atenuar la magnitud de la derrota. "Este fue el gobierno del ajuste. Tuvimos que tomar medidas que pueden haber lastimado a muchos, y que nos costaron la elección, pero no me arrepiento de haberlo hecho", señaló, flanqueado por su compañero de fórmula, el diputado nacional Guillermo De Sanctis. El gobernador también apeló a la aritmética para responder al argumento del voto castigo. "Nosotros mantuvimos el mismo caudal de votos que en las elecciones que ganamos en el '95. Pero hoy, esa mayoría que estaba diseminada en distintos partidos se unió en la Alianza y eso fue suficiente para que lograran la victoria", explicó. Con gesto adusto, se permitió una ironía: "La Alianza va a tener suerte cuando asuma el gobierno, porque va a encontrar una provincia ordenada, estabilizada y con obras en marcha", dijo, pero dejó clara su intención de no compartir el crédito. "Voy a continuar en mi puesto hasta el 10 de diciembre; no va a haber cogobierno en la provincia, porque San Juan tiene un gobierno". Justicialista al fin, anticipó la vuelta. "Vamos a recuperar la victoria en la primera oportunidad que tengamos. Y es probable tengamos esa oportunidad de revancha el 24 de octubre". DE LA RUA CELEBRA A CUENTA En un momento de estancamiento en las encuestas, la cúpula de la Alianza no pudo disimular sus ganas de transformar el triunfo de ayer en San Juan en lo que Fernando de la Rúa calificó como "la ratificación de la coalición como la alternativa de cambio". Es decir, una demostración en los hechos de que el favoritismo de la Alianza para las presidenciales de octubre continúa intacto. No importó que el gobernador electo, Alfredo Avelín, perteneciera a un partido provincial, ni que su discurso se pareciera más a los de un tradicional caudillo del interior que al "nuevo camino" delarruista. La fórmula de la coalición se subió a un avión particular en aeroparque antes de que cerraran los comicios para llegar a tiempo a los festejos sanjuaninos, que cerraron por la noche hablando ante una multitud en la plaza 25 de Mayo, en el centro de la ciudad. La muestra más acabada de la importancia estratégica que dentro de la coalición les otorgaron a las elecciones en San Juan la dio el jefe de campaña de De la Rúa, el diputado Rafael Pascual. Llegó el sábado a la provincia para monitorear el resultado desde temprano y, quince minutos después de las 18, no se aguantó más. Fue el primero en anunciar un triunfo de Avelín por una diferencia de "entre 15 y 18 puntos". Y, como al pasar, recordó que en la provincia "gobierna el justicialismo desde hace varios años con la política socioeconómica de Carlos Menem" y que la de ayer fue la primera elección desde que la fórmula del PJ, Eduardo Duhalde-Ramón Ortega, quedó consolidada. O sea, la Alianza no sólo le había ganado a Escobar, sino también a Menem y a Duhalde. Pascual tuvo la confirmación del triunfo con el primer boca de urna de la mañana, una novedad que enseguida comunicó a De la Rúa y Carlos "Chacho" Alvarez. Enseguida, cada dirigente de la Alianza elaboró su lectura del resultado, siempre con la premisa de nacionalizar las elecciones, un objetivo que buscaron a partir de las repetidas visitas que realizó la fórmula presidencial durante la campaña. Así, apenas conocido el boca de urna, Graciela Fernández Meijide aseguró que la Argentina había entendido que "un ciclo terminó" y que ahora "se viene el pacto de impunidad entre Menem, Duhalde y Domingo Cavallo". De la Rúa y Alvarez llevaron a San Juan a los candidatos a gobernador aliancistas en Tierra del Fuego, Jorge Colazo, y San Luis, Walter Ceballos, que serán dos de los próximos test electorales que les tocará afrontar. Con ellos a su lado, De la Rúa aseguró que la jornada de ayer marcaba, más que una victoria aliancista, "una derrota del oficialismo que lleva adelante esta estrategia de elecciones parcializadas en distintas provincias". "La Alianza va para adelante, para ganar en octubre y yo voy a ser presidente de la nación para realizar los sueños y esperanzas de los argentinos", añadió el jefe de Gobierno porteño. Chacho Alvarez, más irónico, dijo que el PJ debería llamarse "Partido Injusticialista" porque "promovió índices históricos de desempleo como nunca se tuvo memoria". Como viene sucediendo después de los últimos Boca-River, al otro día de cada elección provincial las paredes de la Capital Federal y conurbano aparecen afiches dando cuenta de la alegría del ganador. Los comicios de ayer no serán la excepción y, a partir de hoy, la Alianza seguirá buscando sacar réditos con el triunfo de Avelín con una generosa pegatina. Nadie podrá decir que no tenían fe: los afiches estuvieron toda la semana en una oficina del comando de campaña, listos para su distribución.
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