|
Hoy se iba a realizar la primera vuelta de las elecciones generales israelíes, pero en los hechos también será la segunda. Luego de los innumerables pedidos formulados por sus propios partidarios, el candidato centrista Yitzhak Mordejai se bajó de la carrera a primer ministro y llamó a sus votantes a votar por el candidato laborista Ehud Barak. Anteayer, el candidato árabe Azmi Bishara también retiró su postulación pero evitó apoyar explícitamente a Barak. Luego del anuncio de Mordejai, el ultranacionalista Benny Begin renunció a su candidatura para compensar la balanza a favor del candidato del Likud y actual premier, Benjamin Netanyahu. Esto hace que Barak y Netanyahu sean los únicos candidatos para estas elecciones. En los números previos, la balanza ya parece inclinada: con los votos centristas y árabes, Barak se llevaría más del 50 por ciento de los votos. Con los laboristas, Mordejai y Bishara, vamos a ver un Estado palestino a las puertas de Tel Aviv, un Estado que obra para destruirnos, un Estado que pondrá en peligro nuestra existencia. Condenado por unos sondeos que le dan todas las de perder pero esperanzado por el antecedente de los comicios que él mismo ganó en 1996 cuando las encuestas lo ubicaban en el segundo puesto, Netanyahu lanzó su discurso final con un tono apocalíptico, el mismo que hace tres años le dio resultado al calor de los numerosos atentados de las organizaciones terroristas islámicas. El problema es que los laboristas no creen que los territorios de Cisjordania nos pertenecen. Nosotros sabemos que sí: esa es toda la diferencia, reiteró Netanyahu, explotando el hecho de que las tres listas árabes para el Knesset (Parlamento israelí) apoyan a Barak. Las últimas encuestas, que se dieron a conocer el viernes, cuando Bishara y Mordejai todavía eran candidatos a premier, fueron bastante desfavorables para Netanyahu, a quien le otorgaban el 38 por ciento de las intenciones de voto. Barak obtendría el 45 por ciento, Mordejai el siete por ciento y Bishara el tres por ciento. Esto proyectaba una segunda vuelta ampliamente favorable a Barak, porque los votos de Mordejai y Bishara se volcarían hacia él. Con el abandono de estos dos candidatos, el triunfo de Barak parece seguro, porque el ultranacionalista Benny Begin tenía en las encuestas sólo tres por ciento de los votos. Además, Begin evitó pedir el voto para Netanyahu, ya que en su opinión el premier traicionó a la causa del Estado de Israel, cuando en octubre pasado firmó los acuerdos de paz de Wye Plantation para ceder el 13 por ciento de Cisjordania a la Autoridad Nacional Palestina. Para Barak y para Mordejai, al menos, el problema es otro: Netanyahu no cumplió con lo que firmó. Hoy se verá qué dicen al respecto los 4.300.000 israelíes habilitados para votar.
|