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 En el mismo
tono que el rector de la Universidad de Buenos Aires, Oscar Shuberoff, pero sin la
repercusión social que tuvo aquél, el director nacional de Gendarmería, Timar Musumeci,
amenazó con el cierre, en junio, de 30 unidades de la fuerza, en caso de que se concrete
el plan de recortes que el ministro de Economía, Roque Fernández, pretende aplicar sobre
el presupuesto de la institución. Musumeci, que ayer por la tarde evitó ampliar ante la
prensa su alarmante pronóstico, tiró el guante minutos después de una reunión matutina
con el ministro del Interior, Carlos Corach, quien le dio la razón al jefe de la
Gendarmería. “Para ellos es una dificultad operativa muy seria”, reconoció el
funcionario cuando se retiró del edificio Centinela, sede de la fuerza. El recorte
llegaría a los 5,5 millones de pesos y obligaría a suspender la colaboración que
Gendarmería le presta a la Policía Federal en materia de seguridad. Anoche, voceros del
Ministerio del Interior aseguraron que ya habría un acuerdo de palabra con Economía para
evitar la poda.“Estuvimos tratando el tema presupuestario, porque la Gendarmería, si realmente se concreta alguno de los recortes que se prevén, va a tener dificultades muy serias”, admitió el ministro Corach, quien ante Musumeci se comprometió a “replantear el tema con su par Roque Fernández”, aseguraron a este diario fuentes de la fuerza de seguridad. En breves declaraciones a la prensa, Corach insistió en que “el compromiso es no recortar en fuerzas de seguridad”. El golpe a las arcas de Gendarmería dejaría mal parado al secretario de Seguridad, Miguel Angel Toma, quien le había pedido a Economía que “se excluyan a las áreas de seguridad del recorte presupuestario” de 1500 millones de dólares acordado con el FMI. Toma reiteró que el tema seguridad tiene “prioridad absoluta” para el Gobierno, lo que supone que Roque tendría que volver atrás, una vez más. Lo que sorprendió fue la crudeza con la que Musumeci planteó el problema en declaraciones a la agencia DyN. Sobre la poda presupuestaria prevista, aseguró que para la fuerza implica “un diez por ciento del presupuesto y llevándola a la práctica significa paralizar 30 unidades a partir de junio porque ya no hay para pagar combustible, gas, luz, servicios de comunicaciones y otros rubros”. Para completar el cuadro general, el director de Gendarmería acotó: “Y no digamos para la compra de uniformes, forraje, alimento para canes...” Musumeci precisó que, según lo anunciado por el Ministerio de Economía, “en el inciso 1 (del presupuesto de la fuerza), correspondiente a personal, habría un recorte de tres millones de pesos, y en los incisos 2 y 3, correspondientes a gastos de mantenimientos y operativos, de 2,5 millones, lo cual representa en total el 10 por ciento” de los gastos anuales asignados a la Gendarmería. Tanto Corach como Musumeci defendieron ayer la partida presupuestaria extra, prevista para reequipamiento de la fuerza, que va a ser pagada durante cinco años. Ninguno de los dos manifestaron precisiones acerca de si esa partida se verá afectada por el recorte. Para delimitar el alcance de su reclamo, el director de Gendarmería recalcó que se mantendrán sin problemas las guardias preventivas para proteger 120 edificios de las comunidades judía y musulmana. Lo que sí se afectarían son las rondas de prevención que viene realizando la fuerza, junto con Prefectura, para respaldar el trabajo de la Policía Federal. Musumeci aclaró que Gendarmería “nunca ha disminuido el número de efectivos” en la frontera, donde seguirá realizando las tareas de control del “narcotráfico y el crimen internacional”.
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